Diamantes que abren heridas
Piden penas que suman 14 años para la presidenta de la asociación de venezolanos y su pareja por una presunta estafa con piedras preciosas
Cero riesgo y una rentabilidad nunca inferior al 100% de la inversión. Con tales premisas, Lucas –el nombre es ficticio– se avino en su día ... a destinar 50.000 euros, que hoy todavía le duelen como 50.000 cuchilladas, a un negocio de compraventa de piedras preciosas que más que ruinoso, porque ni siquiera hubo opción de que el comercio saliera mal, se desveló como una auténtica tomadura de pelo. Como una supuesta estafa, en suma, por la que hoy reclama penas que alcanzan los 14 años de cárcel al aparente hombre de negocios, Antonio Javier D. V., y a su esposa, Verónica Carolina B. S., conocida en la Región por presidir la Asociación de Venezolanos en Murcia y por ser miembro del Consejo de Administración de la Radiotelevisión de la Región de Murcia (RTRM), a propuesta del Partido Popular.
Allá por 2017, Lucas había trabado amistad con Verónica Carolina por el hecho de que esta y el compañero sentimental de aquel compartían nacionalidad. La relación entre ambas parejas, la de Lucas y su novio y la de Verónica Carolina y Antonio Javier, se estrechó tanto y acabó haciéndose tan íntima que el primero, un hombre con una buena posición económica, llegó a sentirse tan cómodo y confiado en su presencia como para confiarles que en los últimos tiempos había tomado algunas malas decisiones con sus inversiones en Bolsa, hasta el extremo de que sus cuentas se habían resentido de manera notable.
Atendiendo al relato que el representante del Ministerio Público y la abogada de la acusación particular efectúan sobre los hechos ocurridos a partir de ese momento, y que ambos han recogido con mayor o menor detalles en sus respectivos escritos de calificación provisional, cabría señalar que Antonio Javier y Verónica Carolina propusieron a Lucas participar en un negocio con el que pronto podría recuperarse de esos últimos golpes económicos.
El denunciante entregó 50.000 euros para adquirir brillantes en Camerún, pero jamás supo de la materia prima ni del dinero
En concreto, según señala el fiscal, la pareja, «con la maliciosa intención de lucrarse, concibió la idea de construir un fantástico relato acerca de una inversión en piedras preciosas en Camerún, con la que Lucas obtendría, sin correr ningún riesgo, una altísima rentabilidad».
Para venderlas en Amberes
La oferta se acabó materializando en la firma de un contrato por el que Lucas se comprometía a entregar 50.000 euros y Antonio Javier, actuando en apariencia en nombre de la compañía Global Diam Gold Ltd, con sede en Camerún, asumía a su vez la obligación de adquirir unos lotes de piedras preciosas en el país centroafricano, que luego revendería en la capital de los diamantes, en Amberes (Bélgica), «obteniendo pingües beneficios, nunca inferiores al 100% de la inversión», tal como relata el fiscal.
La acusación particular, a su vez, advierte de que el inversor, que en apariencia era perro viejo en el mundo de las finanzas y que estaba acostumbrado a que le regalaran los oídos con promesas de negocios siempre infalibles y extraordinariamente rentables, «rompió las medidas de seguridad que tenía establecidas» merced a la «plena confianza» que tenía en Verónica Carolina. Sin ese «plus de confianza» que ella aportaba, Lucas «jamás hubiese transferido los fondos».
Con el transcurso de las semanas, primero, y más tarde de los meses, y la ausencia de noticias sobre el estado de la operación comercial, el socio capitalista comenzó a exigir explicaciones a Antonio Javier y su esposa. Y como este, de manera cada vez más perentoria, les conminaba a cumplir el contrato o a reintegrarle los 50.000 euros invertidos, los supuestos expertos en el tráfico de piedras preciosas «empezaron a pretextar ante Lucas todo tipo de excusas y problemas complicadísimos», como los numerosos trámites internacionales, que tenían que salvar, los retardos surgidos con los permisos, las dificultades en la expedición de los mineros, bloqueos de gestiones bancarias en Hong Kong... con la consecuencia final e inapelable de que, al menos hasta el día de hoy, la víctima de esta presunta estafa haya vuelto a ver un solo euro retornado a sus cuentas.
El fiscal dice que Verónica, miembro del Consejo de Administración de RTRM a propuesta del PP, aportó el «plus de confianza» necesario para que el inversor cayera en la trampa
Extracción de 30.000 euros
Lo más que la investigación judicial ha podido determinar, mediante el análisis del extracto de movimientos bancarios de la cuenta de Global Diam Glod Ltd es que, apenas seis días después del ingreso de los 50.000 euros, Antonio Javier extrajo 30.000 euros en metálico con destino desconocido, además de efectuar una transferencia de 10.000 dólares USA a un banco de Hong Kong, «de la que se desconoce el motivo ni la contrapartida», explica el ministerio público.
La acusación particular, a su vez, no descarta que «esos 30.000 euros no fueran a parar a alguna cuenta de Verónica Carolina o de alguna de las mercantiles de las que era administradora única».
Mientras el Ministerio Fiscal reclama penas de tres años de prisión para cada uno de los acusados de estafa, la representación de Lucas eleva las peticiones de condena hasta los seis y ocho años de cárcel, respectivamente, para Verónica Carolina y Antonio Javier.
«Los tentáculos de Nicolás Maduro llegan muy lejos»
RICARDO FERNÁNDEZ / DAVID GÓMEZ
A través de Avemur, Verónica Carolina B. S. se ha caracterizado durante su vida pública en la Región por la denuncia permanente de la situación política, económica y social que vive su país con el régimen chavista. Por eso no puede evitar ver el trasfondo político en la causa abierta contra ella y su pareja en los juzgados de Murcia por supuesta estafa. «Los tentáculos de Nicolás Maduro llegan muy lejos», declaró ayer a LA VERDAD, mostrándose convencida de que alguien al otro lado del Atlántico tiene interés en hacerla sufrir.
Verónica Carolina explica que el denunciante realizó un negocio con su compañero sentimental «que salió mal» y defiende que ella nunca estuvo al tanto del mismo. «Esa persona y mi pareja se conocían desde hace mucho tiempo, de las cenas navideñas que organizamos cada año en Avemur, y habían trabajado juntos en anteriores ocasiones», recuerda. Por eso no entiende que esté incluida «como cómplice» en las diligencias judiciales, aunque asegura que está «muy tranquila».
«Hay un ensañamiento contra mí por parte del acusante por motivos políticos. Él tiene relación con partidos venezolanos y llevo mucho tiempo sufriendo un acoso insoportable por parte de este señor, que ha perseguido también a mi familia, tanto en España como en Venezuela», dice.
Verónica está representada por el penalista Raúl Pardo-Geijo. «Respecto a Verónica, no tiene absolutamente nada que ver en este asunto. No hay nada que la incrimine, más allá de ser la mujer del investigado y su imputación deviene, en exclusiva, al objeto de presionar para un acuerdo», explicó ayer a LA VERDAD el letrado. En relación a la pareja de Verónica, Antonio Javier, Pardo-Geijo anticipa que «acreditaremos la realidad de las operaciones efectuadas con los diamantes, así como que, si no ha recuperado el dinero invertido, es porque el querellante quiere mucho más de lo acordado».
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