Día histórico en Llano del Beal con el inicio de la restauración de zonas afectadas por la minería
La entrada de las máquinas en el pueblo marca el arranque de las obras del Ministerio para sellar balsas y solares llenos de residuos peligrosos, lo que protegerá a vecinos y Mar Menor de la contaminación por metales pesados
A las puertas de la Navidad, Llano del Beal vive días históricos. Los vecinos de esta pequeña población del municipio de Cartagena, de apenas 1. ... 353 habitantes según el padrón de 2023, vieron el lunes cómo el sorteo de la Copa del Rey de fútbol les agraciaba con el premio 'Gordo': el equipo local, la Deportiva Minera, se enfrentará en la tercera ronda al Real Madrid. Y el anuncio de este deportivo regalo de Reyes para este pueblo de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, metafórico y literal pues el partido se disputará en el Estadio Cartagonova el 6 de enero, no ha llegado solo. Tras décadas soportando la contaminación de los terrenos afectados por residuos de la antigua industria minera -cuya actividad acabó hace unos cuarenta años- abandonados al aire libre, el Gobierno de España ha iniciado este miércoles 11 de diciembre de 2024 las obras de sellado y restauración ambiental de balsas y solares cargados de desechos con altas concentraciones de metales pesados. Y lo ha hecho en un área situada en pleno casco urbano.
En un hito para esta localidad y el conjunto de la Región de Murcia, que tendrá eco nacional e internacional porque forma parte del plan estatal de recuperación del Mar Menor y su cuenca, las máquinas entraron en el Llano a media mañana, confirmaron a LA VERDAD fuentes estatales. En el entorno de la zona conocida como La Cabaña, junto a la sede de la Asociación de Vecinos Santa Bárbara de Llano del Beal, cerca de la salida hacia Portmán y el Parque Regional de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas, el Ministerio para la Transición Ecológica ha activado las obras de remediación de los primeros 110.000 metros cuadrados. Los trabajos en esta parcela (parcialmente restaurada hace años por iniciativa de los vecinos, con una capa de tierra vegetal y la plantación de pinos), corren a cargo de la empresa estatal Tragsa. Las tareas iniciales, que incluyen el uso de un camión y una pala, incluyen la tala de algunos árboles.
Dentro de un plan dividido en nueve conjuntos mineros, en el que movilizará 110 millones de euros durante tres años -para actuar en 59 vertederos y parcelas que ocupan 700 hectáreas-, el Ministerio abordará primero las áreas donde adultos y niños están más expuestos a los residuos peligrosos. Los Pobrecita y Colindante Mendoza (junto a la rambla del mismo nombre), los terrenos de Potasa y la antigua Parada del tren Feve serán algunas de las zonas de intervención prioritaria. Para el próximo verano se ha dejado la intervención en el depósito San Agustín, dado que está situado junto al colegio público San Ginés de la Jara y se quiere evitar la dispersión de polvo tóxico durante los trabajos. La segunda fase del plan, sujeto a la disponibilidad presupuestaria y de terrenos (en su mayoría de la empresa cartagenera Portmán Golf) seguirán en La Unión, en las balsas Brunita y Descargador I y II.
Reforestación y ramblas
Las primeras actuaciones en el Llano supondrán una inversión de 6,2 millones de euros. Esta financiación, que incluye fondos europeos, permitirán costear trabajos como dar estabilidad geotécnica y química al suelo, eliminar pendientes, sellar metales para evitar la contaminación eólica y por la lluvia y cubrir el suelo con tierra vegetal para evitar las escorrentías de agua y el arrastre de sedimentos desde la Sierra a los pueblos (entre ellos Estrecho de San Ginés), las ramblas y el Mar Menor. Estas actuaciones se complementará con la restauración hidrológico-forestal, incluida la revegetación de las cabeceras de las ramblas. En los últimos dos años, la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) ha construido diques retención de agua en la rambla de Mendoza y ha realizado plantaciones en este cauce público y en otros que llegan a la laguna, dentro del Marco de actuaciones prioritarias para recuperar el Mar Menor, que prevé destinar en total 675 millones de euros.
«Llevábamos mucho tiempo esperando, la descontaminación nos dará calidad de vida»
«Si echamos la vista atrás y vemos lo que hemos peleado para que acabe el abandono de residuos mineros en el pueblo, desde que hace siete años el investigador José Matías Peñas Castejón dio la voz de alarma sobre la contaminación que estábamos sufriendo los vecinos, y sobre todo que nuestros hijos estaban afectados por el plomo, estamos ante una fecha muy importante en nuestra historia. Pero que nadie olvide que en Llano del Beal hemos tenido la suerte de estar en la cuenca vertiente del Mar Menor y de que haya intervenido el Ministerio; si no, seguiríamos abandonados, como lo están aún en Portmán, donde la Comunidad sigue sin ejercer sus competencias y permite que haya balsas y terrenos sin sellar. La dura realidad es que se cuida más el Mar Menor que la salud». Así de contundente se mostró Juan Francisco Ortuño, portavoz de la Plataforma de Afectados por los Metales Pesados de la Sierra Minera de Cartagena y La Unión, ante el inicio de los trabajos de restauración en Llano del Beal este miércoles.
Militar retirado por una incapacidad, de 44 años y padre de dos hijos, en la sede de la Asociación de Vecinos Santa Bárbara, en la zona de La Cabaña, este representante vecinal recordó los inicios de la plataforma tras los análisis del científico cartagenero Peñas Castejón, especialista en suelos que les hizo hizo «despertar y tomar conciencia de los riesgos que los metales pesados tienen para la salud pública y de nuestro derecho a un medio ambiente sano, sobre todo cerca de viviendas, colegios y parques». Tras haber conseguido la pavimentación de la escuela del Llano y de otros colegios e institutos de Cartagena y La Unión, la plataforma recibe «con satisfacción pero sin bajar la guardia» el arranque de los trabajos del Ministerio. «Vamos a seguir muy vigilantes, porque desde el Ministerio nos dijeron que hasta que tengan el presupuesto y los terrenos no van a actuar en el pantano de la Rosa, que está en la cabecera de la rambla de Mendoza, y de poco servirá actuar aguas más abajo si no se actúa en la parte alta y siguen los arrastres; es un asunto que nos preocupa muchísimo», señaló a LA VERDAD.
José Miguel Lario, residente del Llano jubilado y uno de los referentes de la Asociación de Vecinos Santa Bárbara de Llano del Beal, mostró también su «prudencia» respecto a las obras recién empezadas. «En el Llano llevamos ya mucho pasado, hemos tenido que luchar mucho y hemos visto muchas promesas incumplidas y muchos retrasos. Yo creo que esta va a ser la definitiva, en cuanto a la recuperación de los efectos de la antigua minería, que ha dejado zonas muy deterioradas. Pero habrá que estar muy atentos para que el Ministerio haga todo lo que ha prometido, para que lo haga correctamente y para que la Comunidad atienda también a sus responsabilidades en la parte de la Sierra Minera que da al Mediterráneo, donde los vecinos, sobre todo de Portmán, también tienen derecho a que les sellen las balsas», sostuvo Lario, de 75 años y quien fue mecánico industrial en Cartagena.
En el bar El Progreso, Cristóbal Orozco, carpintero metálico de 59 años ahora en el paro, hizo balance así: «La minería es riqueza y pobreza. Aquí hubo trabajo en las minas, pero las cosas no se hicieron bien en cuanto a los residuos y las consecuencias las estamos pagando desde hace demasiado tiempo. No hay más que darse una vuelta por el pueblo para ver cómo está todo abandonado y pensar en el polvo tóxico que hemos respirado y seguimos respirando». Señalando la parcela donde estuvo la Balsa Jenny, un suelo ahora propiedad de la Comunidad y que según la plataforma ciudadana sigue generando lixiviados contaminantes por una impermeabilización defectuosa (la Consejería de Medio Ambiente lo niega), Orozco recuerda las polvaredas contaminantes. «Cada vez que hace viento, aquí tragamos plomo. En su día echaron cuatro camiones de tierra en algunas zonas para tapar la porquería, pero no era la solución. Hasta que no se vea cómo queda la cosa ahora, con estas obras nuevas, no podremos decir que el problema está solucionado», señaló sobre los trabajos del Ministerio.
Y en la tienda Regalos Conchi, en la calle Mayor, a dos minutos andando de la zona donde actúa Tragsa, la propietaria, Conchi Conesa, de 64 años y con treinta en el comercio, se mostró esperanzada. «Llevábamos mucho tiempo esperando este momento, la descontaminación nos dará calidad de vida». Esta vecina reconoció que en el pueblo apenas es motivo de conversación la situación de las montañas de residuos, porque «aunque sabemos que el polvo que llega hasta nuestras casas y comercios no es bueno, es lo que hemos tenido toda la vida y seguramente nos hemos acostumbrado sin deber». Eso sí, asegura que muchos vecinos sí han «luchado mucho para que las autoridades actúen, porque cada vez somos más conscientes del peligro para la salud». A su marido, Domingo Ortiz, jubilado y antiguo empleado de La Manga Club, en Los Belones, le vino a la memoria la imagen cotidiana de los niños jugando entre «las terreras» y escombreras de la zona, entre los desechos del mineral, «ajenos al peligro de estar en contacto con el plomo y otros metales». Espera que la descontaminación que arranca ahora suponga un antes y un después y «sirva para dar un nuevo impulso al pueblo, porque muchos hijos de los vecinos de toda la vida se han ido a vivir a Los Belones, El Algar y Cartagena y hace falta no solo que nos quiten los residuos, sino que dejemos de estar abandonados, mejoren las infraestructuras, se construyan viviendas nuevas y el pueblo vuelva a florecer».
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