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Marcos Delía busca un compañero a quien pasar la pelota; debajo de estas líneas, los jugadores del UCAM se dan ánimos antes del encuentro.
Inicio para olvidar, final decente

Inicio para olvidar, final decente

El UCAM echa por tierra su segundo duelo de EuroCup tras una salida nefasta

ANDRÉS EGEA

Jueves, 20 de octubre 2016, 00:59

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Si el UCAM hubiese iniciado el partido igual que lo acabó, con la misma intensidad, mentalidad, confianza y acierto, seguro que a estas alturas se estaría hablando de una sorpresa con mayúsculas en la segunda jornada de la EuroCup. Pero no fue así y las opciones de los murcianos fueron fulminadas por los alemanes a las primeras de cambio, pese a que en la recta final del partido Sasa Djordjevic se quería morir por lo que estaba pasando sobre la pista. Y es que la primera parte fue de un color y la segunda de otro, aunque es cierto que el UCAM nunca llegó a ponerse a tiro de disputar el partido y solo buscando una derrota digna le metió el miedo en el cuerpo a un equipo que le quintuplica en presupuesto.

Una vez más, y partiendo de la base de que el conjunto murciano perdió el partido en los primeros 20 minutos, en los que ni jugadores ni entrenador dieron con la tecla, lo que sí se pudo apreciar es que esta temporada la plantilla tiene más corazón que nunca, que Facu Campazzo ha contagiado a todos con su magia y que, si los milagros deportivos existen, es el base argentino el que tiene la varita para hacerlos realidad. Porque si el UCAM llega a ganar el partido en Múnich...

Los alemanes habían tenido una primera mitad mucho más que plácida, sencilla y fácil, en la que con un gran acierto y confianza sacaron de la pista al UCAM a las primeras de cambio. Desde el minuto 1 solo hubo un equipo sobre la pista, el Bayern, que se estaba dando un festín ante la negligencia visitante. Tras anotar un tiro libre en el minuto 21, su renta era de 63-35. Con este panorama y sin meter absolutamente nada en la cesta oponente, el partido pintaba muy mal. Pero el equipo hizo lo que en la primera parte brilló por su ausencia, algo tan fácil de contar como difícil de hacer: defender. Los triples de los alemanes dejaron de entrar y dentro de la zona ya no lo tenían tan sencillo. Campazzo eligió el ritmo y se impuso a todos; y todos comenzaron a ganar en confianza desde un buen trabajo atrás. En el tercer cuarto la ventaja la redujeron hasta el 79-62 y en el último casi llega el milagro.

Quintana, que no acertó con su primer quinteto, colocó a sus dos bases, a Rojas, Soko y Antelo para abordar el último cuarto. Prescindió de los pívots para ganar en velocidad y anticipación. Esto sí que le salió bien y del 89-66 a falta de tres minutos para el final vio cómo con un parcial de 0-18, casi idéntico al que le colocó al Real Madrid el pasado domingo, se metía en el partido. Restaban 33 segundos para el final pero con el 89-84 en el marcador, aficionados, técnicos y jugadores locales tenían miedo.

Al final imperó la lógica y los germanos se impusieron porque al UCAM le faltó tiempo y el esfuerzo fue tremendo. De una paliza que pudo ser histórica cuando el marcador al descanso era de 62-35, se pasó a una derrota asimilable que incluso podría ser remontable en el Palacio de los Deportes de Murcia. Lo más positivo fue que Antelo se fue a los 18 puntos, que Ovie Soko dio un paso al frente y que Campazzo volvió a estar inconmensurable con 20 puntos, 12 asistencias y 10 faltas provocadas. Lo peor fue que tras una lamentable primera parte el equipo se quedó sin opciones y que tanto Baron como Pocius siguen sin aparecer en el UCAM.

El problema es tanto ofensivo como defensivo, porque un jugador puede tener un mal día en ataque y suple su falta de acierto con defensa, pero errar en ambas, no es normal con la talla de estos dos jugadores. Y es que el equipo murciano dio demasiadas facilidades en los primeros compases del partido y por eso Quintana agotó muy rápidamente sus dos tiempos muertos en el primer y segundo cuarto. Sus jugadores empezaron el partido sin intensidad y por eso cuando no se habían jugado ni cuatro minutos ya había cambiado a su sorprendente quinteto -no estaban ni Campazzo ni Benite-. Sigue confiando y dando minutos a Pocius y Billy Baron y estos no le están respondiendo. Apostó por su experiencia y no le salió bien.

En los primeros minutos el UCAM dejó muchos huecos dentro de su zona y el rival anotó con suma facilidad. Se cerró un poco atrás y entonces comenzaron a caerle triples. En el primer tiempo el Bayern hizo 10 de 16 en tiros de dos y 12 de 16 en triples y, tras el descanso, con los murcianos más sacrificados, corriendo y ajustados, los alemanes solo pudieron hacer 6 de 13 y 1 de 6 respectivamente. Eso no es casualidad, eso sucede cuando el rival defiende bien. En toda la segunda parte (20 minutos) el equipo de Quintana encajó 30 puntos, los mismos que en el segundo cuarto. Lo más positivo fue que el Unicaja de Málaga le hizo un favor al ganar en la pista del Buducnost, que debe ser el rival a batir. Las derrotas como local se pagan caras.

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