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César Lima, el mejor en los locales, pelea por la pelota con Nunnally.
El Palacio de los Deportes, bajo llave

El Palacio de los Deportes, bajo llave

El UCAM vuelve a barrer en su pista y consigue un claro triunfo contra el Estudiantes para seguir en zona de 'playoff'

ANDRÉS EGEA

Lunes, 10 de noviembre 2014, 00:54

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Los aficionados del UCAM están disfrutando de lo lindo cuando a su equipo le toca jugar como local, porque la sensación que ofrece es muy diferente a cuando juega fuera y porque esta temporada es cierto que el Palacio parece ser más suyo que nunca. Tercer encuentro en casa de la campaña y tercer triunfo cómodo sobre un rival que solo plantó cara en el primer tiempo. Valencia Basket, Baloncesto Sevilla y ayer el Tuenti Móvil Estudiantes fueron barridos literalmente de la pista murciana y llegaron a los últimos minutos sin opciones y únicamente con la posibilidad de maquillar un poco el marcador.

Los seguidores locales asistieron nuevamente a un partido notable en defensa y disfrutaron, durante la segunda parte, del mejor juego local. A falta de cuatro minutos para el final del partido, tras una canasta de Kelati, se pudo presenciar algo que parece haberse convertido ya en una tradición: los cerca de 6.000 espectadores puestos en pie haciendo la hola cuando el marcador reflejaba un 73-53. Antes, acciones de Radovic, Cabezas, Neto, Wood y sobre todo Lima, habían puesto a los hinchas en pie, pero la fiesta continuó hasta el final. Solo las numerosas rotaciones a partir del 76-53 permitieron al Estudiantes finalizar el choque con un marcador más decoroso.

Esta vez la consigna ante los madrileños estaba clara. El UCAM tenía que jugar un baloncesto muy físico para mermar las posibilidades de un rival con menos banquillo y muy dependiente de sus dos bases. Los murcianos ganaron esa batalla y con ella la del rebote y los robos de balón. La guerra de los triples se equilibró un poco al final, pero otra vez Wood supo cómo y cuándo para empezar a romper el partido.

Además, Radovic ha demostrado que tiene mucho que ofrecer y ha dado un paso adelante con respecto a la temporada pasada (máximo anotador con 17 puntos); Cabezas estuvo soberbio en la dirección y Neto, muy castigado por las faltas personales, supo controlarse en los momentos clave y pudo jugar junto a Cabezas los últimos cinco minutos para controlar el partido cuando el marcador ya estaba roto.

Pero sin duda alguna, la estrella dentro del engranaje local fue el brasileño Augusto César Lima, capaz de poner a todo un pabellón en pie con sus espectaculares acciones, como los tres taponazos que puso. Además, con 16 puntos y 13 rebotes, fue el mejor y es que en casa, el pívot del UCAM ofrece siempre sus mejores prestaciones. Que el UCAM esté en la zona alta de clasificación no es casualidad y que su pista, hasta el momento, sea un auténtico fortín, mucho menos. Los murcianos en casa se transforman y ofrecen lo mejor.

Pero el partido, pese a que llegó a estar dominado por los de Ocampo por una diferencia de 23 puntos, no fue tan fácil en sus primeros compases. El choque arrancó con mucha igualdad, si bien el primer cuarto fue local. El juego interior del UCAM se impuso desde el primer minuto al visitante. La 'pintura' era de Antelo, Radovic y Lima, mientras que el conjunto madrileño lo fiaba todo al acierto de Simpson. Un palmeo de Lima sobre la bocina sirvió para que los locales se adelantaran 17-15 al final del primer cuarto. Parar y defender muy cerca de Salgado fue una de las claves.

El único susto

Pero en el segundo fue el Estudiantes el que impuso más el ritmo e incluso llegó a irse por cuatro puntos. Los 11 tiros libres anotados dieron alas a los madrileños, que en esos momentos se vieron favorecidos por un arbitraje que permitía una defensa excesivamente agresiva sobre Wood, que apenas podía recibir el balón para armar su letal brazo. Los dos triples de Cabezas y Wood nivelaron el marcador y al descanso la ventaja era de tan solo un punto.

Tras el descanso, el Estudiantes hizo un amago de irse en el marcador (36-41), guiado por Xavi Rabaseda y Nacho Martín. Todo quedó en un susto porque Wood, desde el exterior, y tanto Radovic como Lima, bajo el aro o en transiciones muy rápidas, lograron un parcial de 17-2. Cabezas era el director de una orquesta que había roto el partido. Nada podía frenar la avalancha de juego local, ni el tiempo muerto de Vidorreta ni los numerosos cambios que realizó sobre la marcha.

El UCAM empezaba a jugar como quería. Controlaba su rebote, conseguía recuperar balones en defensa y luego corría para finalizar las acciones. Quedaba por saber si en el Estudiantes aún quedaban fuerzas para aguantar el fuerte ritmo de un equipo que además no podía contar con Neto, que estaba muy cargado por las faltas.

Ya en el último cuarto y tras una canasta de Radovic y una pérdida de los madrileños, Txus Vidorreta explotó. Protestó a los colegiados y le señalaron una técnica, pero persistió de malas maneras y algo dijo a uno de los colegiados. El entrenador fue descalificado y el UCAM anotó 4 puntos en esa jugada. La pérdida de papeles del técnico visitante se trasladó a su equipo, que se fue literalmente del partido.

Esto lo aprovecharon los murcianos para irse 76-53 tras un triple de Carlos Cabezas cuando aún restaban 3:21 para el final. El público estaba enloquecido con el juego de su equipo y la victoria no se iba a escapar. Ocampo comenzó a rotar a sus jugadores para repartir los minutos porque estaba todo hecho y eso lo aprovecharon los visitantes para reducir la diferencia y acabar de forma algo más decorosa. Una nueva fiesta en el Palacio de los Deportes y ya van tres, lo cual permite al UCAM haber ganado todo lo que ha jugado en casa y seguir en la zona noble de la tabla.

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