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Mireia Belmonte.
«Mi 2014 ha supuesto una explosión»
Polideportivo

«Mi 2014 ha supuesto una explosión»

cuatro veces campeona mundial en piscina corta

Javier Bragado

Lunes, 15 de diciembre 2014, 18:24

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Cuatro oros mundiales y seis metales europeos (de un total de 40 medallas internacionales), 13 títulos de campeona de España y tres récords del mundo. El palmarés de Mireia Belmonte en 2014 es tan extenso como excelso en una temporada prefijada como transición antes de la preparación para los Juegos Olímpicos de 2016. «Ha supuesto una explosión. Es como decir aquí estoy para los años que quedan para Río. Ha sido muy bonito prepararlo, muy interesante también, y me da mucha motivación para seguir», reconoce a Colpisa la nadadora catalana un día después de dominar sin discusión los campeonatos nacionales absolutos de invierno.

Durante la última temporada no superó a Katinka Hosszú ni a Katie Ledecky en la lucha por el reinado mundial de la piscina, aunque nadie duda de que es una de las grandes estrellas. «Este año lo he hecho muy bien», se anima a juzgar. «No sabría decirte una puntuación porque creo que me ha salido muy bien, pero siempre se puede hacer mejor», reconoce cuando se le pide una calificación de final de un curso en el que se estrenó en la distancia de cinco kilómetros en aguas abiertas con una medalla europea. «Cada año tengo la suerte de ir progresando y de ir mejorando todas mis marcas y sintiéndome mejor en el agua», explica la mejor nadadora española de la historia.

Durante las últimas semanas del año Mireia Belmonte se dedicará a recoger premios (As, COE, Cantabria 2014...). Se le iluminan los ojos cuando le mencionan el Premio Princesa de Asturias de los Deportes, aunque lo deja «en manos del jurado» porque «hay muchos que se lo merecen». Disfrutará de siete días de vacaciones, aunque eso es todo un regalo navideño para la deportista de la UCAM porque habitualmente sólo cuenta con un par de días de relajación cuando acaba su temporada. Sin embargo, esta vez la joven de Badalona necesita detenerse, desconectar y descansar después de que durante la última competición sufriera las consecuencias de exprimir la campaña. «En la piscina había mucho cloro y como soy alérgica lo noté mucho. El ambiente estaba muy cargado, ya en el calentamiento noté algún dolor en el pecho y en la rueda de los estilos lo pude notar pero no quise dar importancia. En el 800 hubo un momento en que no sabía si estaba yendo para un lado u otro de la piscina. Primero miré para adelante, ya me situé, me empezó a faltar la respiración y por eso fue que tuve que tocar la pared, situarme, respirar un poco y seguir», explicó la deportista sobre sus problemas en la piscina de Sabadell.

Cansada y con una completa agenda antes de despedir el año, evita mirar más allá de 2016. A sus 24 años despeja la sombra de un deporte en el que las adolescentes mandan y las deportistas más explosivas se desvanecen cuando se acercan a la treintena. «Creo que en natación ya no hay edad. Hay gente que a los 28 se retira, a los 29 vuelve a ganar medallas o a los 30 vuelve así. Está en cada uno, en las ganas que tenga y en lo que quiera conseguir», asegura.

Kazán y Río

La siguiente fase de la carrera de Mireia Belmonte se encamina a los Campeonatos de España que se celebrarán la próxima primavera en Málaga. Allí debe alcanzar las marcas mínimas necesarias para clasificarse para los Mundiales que se celebrarán en Kazán. «Todavía no sé las pruebas que voy a nadar en el Mundial, si las habituales, o menos, o más. Según el calendario y depende de cómo vaya la temporada pondré objetivos», avanza la catalana que siempre habla con los Juegos Olímpicos de Brasil en la mente. «La preparación no ha cambiado mucho, sigo haciendo las mismas cosas que antes. Puede ser por las ganas que tengo, ya que cada vez tengo más ganas porque se acerca el objetivo de Río y creo que eso es lo que me puede.... Tengo muchas ganas de trabajar, de mejorar, y estoy mucho más pendiente de los detalles dentro y fuera del agua», reconoce.

¿Qué falta por mejorar? «No hay nada que este año me haya quedado pendiente. A lo mejor el récord del otro día de 400... Quería ir a por él y al final me quedé a sólo 8 décimas. Intentarlo y nadar sola creo que fue un gran aprendizaje», responde. Se despide con la euforia de la triunfadora y la alegría de ser reconocida, para después repetir las órdenes de su entrenador Fred Vergnoux como último deseo navideño: «Me queda también mucho trabajo fuera de la piscina, como el gimnasio, mejorar las horas de sueño y la alimentación. Son cosas que suman y preparan el gran objetivo que es Río 2016».

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