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Las bolsas de Ruiz. Eduardo tiene una bolsa de cada uno de sus destinos. Pronto recibirá de Taylor Made su cuarta bolsa con el bordado de La Manga Club. Espera que la bolsa le dure mucho tiempo.
Un sueño cumplido

Un sueño cumplido

A sus 35 años, Eduardo Ruiz es el director de golf de La Manga Club, el reputado resort murciano

MARÍA JESÚS PEÑAS

Viernes, 2 de octubre 2015, 11:15

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Al escritor español Noel Clarasó se le atribuye la cita: «Solo es capaz de realizar los sueños el que cuando llega la hora, sabe estar despierto». Y Eduardo Ruiz Méndez (Estepona - Málaga, 1980) siempre ha tenido los ojos bien abiertos. Hijo de una jefa de cocina gaditana y un trabajador de mantenimiento del Atalaya Park Golf (Marbella - Málaga), cuando tan solo tenía 8 años de edad, le dijo a su madre: «Yo quiero ser como aquel señor que está sentado en ese despacho», señalando al director del golf del campo donde trabajaban sus progenitores. La respuesta de su madre fue que todo es posible con esfuerzo y humildad. 35 años después el sueño se ha cumplido, aunque para llegar a este momento hay que retroceder a lo largo de un tiempo vivido cumpliendo estrictamente las máximas maternas.

Por el principio

Imposible olvidar sus primeros palos de golf. Se los regalaron por su primera comunión. «Unos spalding de Severiano Ballesteros que aún deben estar por casa», dice intentando localizar su ubicación mentalmente. Los estrenó a finales de los 80. Y enseguida el golf tiró de él, a pesar de que por aquel entonces jugaba con la idea de ser piloto de helicópteros o militar. «Si. Mi segunda carrera frustrada», dice al mencionar esta última profesión y reconocer «que soy muy estricto en maneras». Por aquel entonces en Estepona -con una población de 40.000 habitantes-, «al golf jugaban tres ¡y yo era uno de ellos!». Por eso Ruiz tuvo que dar clases y competir con los alumnos de la cercana Escuela de Guadalmina. Pero de igual modo que supo que su destino iba a estar ligado al golf, también supo con 17 años, «que no tenía la capacidad mental que requiere este deporte, para ser un gran jugador». Lo dice honestamente a pesar de haber acumulado un bajo 'handicap' (hoy en día es 4,8) y tener una pegada espectacular. De aquellos primeros años recuerda perfectamente a su primer profesor, Derek Strachan, y a Tomas Bellido (padre), ambos jugadores del Circuito Europeo. Y de aquella época imposible olvidar la oportunidad de conocer personalmente a quien dio nombre a sus primeros palos de golf, Severiano Ballesteros. Fue durante un pro-am celebrado en Río Real y del que aún conserva una copa de plata, al quedar su equipo segundos en la clasificación general.

Los primeros años

Los primeros movimientos en el mundo laboral de Ruiz son en el área comercial y de marketing de este negocio. También en el mundo de las ventas, trabajando para la cadena italiana 'Golf'us'. Pero tiempo después decide intentar arrinconar este perfil tan comercial, para centrarse de nuevo en su pasión: el campo. Es en Finca Cortesín (Casares) donde empieza de nuevo y desde abajo. «De 'caddie' raso», como él mismo dice. Pero enseguida una cabeza bien amueblada, preparada para los números y con don de gentes le hacen despuntar y, pasados nueve meses, se le presenta la oportunidad de ser el director comercial del recorrido malagueño; «y volví... donde no quería», dice ahora divertido. Pero era un cargo directivo que supo aprovechar bien. Allí conocería al que es una de las personas más importantes de su vida. Uno de sus mentores; Carlos Beautell (hijo), «que ha tutelado mis pasos en este mundo». Cortesín y la amistad con Beautell son uno de los momentos clave de su vida. Pero vendrá algún otro. También acompañado de una figura significativa para su carrera profesional. Se trata de José Luis Gómez, el director general de La Quinta (Marbella-Málaga) que lo reclama. «Fue un 31 de mayo de 2011» -Ruiz es capaz de dar el día y el mes de cada uno de los momentos relevantes de su vida. Concienzudo y meticuloso, registra hasta el último dato en su cabeza-.

A partir de esa fecha La Quinta se convierte en todo un reto para Ruiz. «En un año y medio levantamos las pérdidas que se había acumulando y al año siguiente dimos beneficios», recuerda orgulloso, aunque poniendo de nuevo el acento en que en esta ocasión su trabajo, de nuevo, estuvo muy ligado al área de operaciones y comercial. Así que quiere y no le da miedo un nuevo cambio.

Llega Valderrama. De la mano de Javier Reviriego, el director general del recorrido gaditano. Y allí «encuentro el paraíso». Su perfil comercial sigue abriéndole puertas. Será el director de Operaciones de Valderrama. Dos años intensísimo en todos los aspectos. Tratando club, socios, campo... deleitándose con la restauración del murciano Chema Alcázar, director de Alimentos en el complejo «y aprendiendo de Adolfo Ramos, el greenkeeper». Pero Ruiz no está del todo satisfecho. Inquieto y «testarudo como su madre» -dice de él su novia Rosa María, la que hoy en día es la mujer más importante de su existencia junto a quien le dio la vida-, este malagueño sigue a la búsqueda de un destino que le permita gestionar por completo la realidad de un campo.

Y ese campo llega. En realidad, tres. El Norte, el Sur y el Oeste del complejo de La Manga Club (LMC). Se busca director para 54 hoyos. Y se busca un perfil muy completo. Candidato joven, con ganas, buen gestor, con bagaje comercial... El sueño de Eduardo Ruiz ha tomado forma y tras varias entrevistas, el 3 de marzo de 2015 consigue hacerse con el puesto. Es oficialmente el nuevo director de golf del complejo murciano.

Cambios en LMC

Ruiz está donde quiere estar. Pero no deja de ser un gran reto. En mente, «poner a LMC en el sitio de donde no tenía que haber salido nunca». Su objetivo inmediato: «Que esté entre los 10 de España y los 100 de Europa». Para ello ya se ha marcado metas a medio y largo plazo que pasan por renovar el servicio y la atención al cliente, generar nuevos procedimientos de trabajo, estimular al personal (ya ha realizado un primer ascenso) y hacer cambios perceptibles para el jugador en los tres campos. «Estamos haciendo una nueva presentación de los recorridos. Con diferentes cortes y alturas. (...)». También está metiendo mano al 'pro-shop' e incluso al servicio de restauración -y su carta- y a la cafetería del conocido 'Bar 37'.

Y de los 'pequeños' detalles a los grandes. «Tenemos que cambiar nuestra política local y también la aplicada hacia Alicante y Albacete», dice recordando la imagen de 'club para británicos' que se ha tenido. De ahí que LMC se haya embarcado en una campaña de atractivos precios; por ejemplo, salida de 100 euros por dos 'green fees' con 'buggie'. O lo que es lo mismo: «Flexibilidad en la oferta y alta calidad». Y trabajo, mucho trabajo. Porque «en nuestra mano está seguir siendo el mejor resort de Europa», asegura convencido.

En la parcela más personal confiesa que «es la primera vez en mi vida que no me he marcado un tiempo. Este resort tiene ¡tantas posibilidades!.. que estoy en el sitio perfecto». Y es que parece ser que Ruiz ha encontrado el lugar idóneo donde hacer suya la frase de Eleonor Roosevelt: 'El futuro pertenece a aquellos que creen en la belleza de sus sueños'.

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