Denuncian una oleada de despidos masivos entre las empleadas del hogar
La Seguridad Social contabiliza en la Región de Murcia unos 11.000 empleos en el ámbito del hogar, la inmensa mayoría ocupados por mujeres procedentes de otros países. Estas se agrupan en la Asociación de Empleadas del Hogar de Murcia, cuya portavoz es Sara María Cutiopala Alulema, una ciudadana natural de Ecuador afincada desde hace años en España.
Sara María Cutiopala se mostraba ayer lógicamente satisfecha con las ayudas aprobadas el martes por el Consejo de Ministros para el colectivo. El Gobierno estableció un subsidio de desempleo temporal a las trabajadoras de alta en la Seguridad Social, que hasta ahora no contaban con este derecho, si las despiden o ven reducidas sus horas debido a la crisis del coronavirus. Sin embargo, advierte la asociación de que «no van a cubrir a un número importante de compañeras, que por desgracia se encuentran en la economía sumergida».
La Asociación de Empleadas del Hogar denuncia que desde que la crisis del coronavirus llegó a la Región se ha producido una oleada de despidos entre las empleadas del hogar. En unos casos, debido a cuestiones de seguridad, pues el estado de alarma estableció un confinamiento obligado y las familias no ven con buenos ojos que alguien ajeno al hogar entre y salga de la vivienda con frecuencia, aunque sea solo unas horas a la semana. En segundo lugar, «porque muchos empleadores se han quedado sin trabajo y le han dicho a sus empleadas que ya no pueden pagarles».
La portavoz critica que, pese a que las promesas realizadas por los gobiernos tanto del Partido Popular como del PSOE, las empleadas del hogar continúan sin ser incluidas dentro del Régimen General de la Seguridad Social, lo que mejoraría sus derechos. Además, en el sector sigue estando el problema de la Ley de Extranjería. «Muchas trabajadoras no están dadas de alta por este motivo, porque tienen que esperar tres años para tener permiso de residencia por el tema del arraigo. Son internas en las viviendas y los empleadores, que muchas veces las consideran parte de la familia, quisieran tenerlas con contrato, pero no es posible por las restricciones de la Ley de Extranjería. En Portugal no ocurre eso», denuncia.