Borrar
Igor Kadobnyi, su mujer Zoriana Kadbna y su hija Verónica permanecen pegados al televisor para seguir la evolución de la guerra en territorio ucraniano.

Ver fotos

Igor Kadobnyi, su mujer Zoriana Kadbna y su hija Verónica permanecen pegados al televisor para seguir la evolución de la guerra en territorio ucraniano. Martínez Bueso

Decenas de ucranianos claman en Murcia contra la invasión de su país: «Estamos rezando por nuestras familias»

La comunidad afincada en la Región clama contra el presidente ruso, al que califican de «terrorista»

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 24 de febrero 2022

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«¡Putin, asesino! ¡Putin, asesino!» Las gargantas de las decenas de ucranianos concentrados este jueves en la Plaza de la Cruz Roja cantan al unísono en contra del hombre que ha ordenado al ejército ruso atacar su país. No es necesaria una encuesta para conocer la opinión que cada uno de los allí reunidos tiene sobre el nombre que más decibelios genera ahora mismo a nivel mundial. Basta con un mínimo de comprensión lectora: «Putin, terrorista», reza una de las pancartas. Queda claro que Vladimir no es bienvenido.

«Ahora mismo estamos rezando por nuestras familias», comentan con desesperación Nadia y sus amigas, que tratan de ocultar sus ojos llorosos tras unas gafas de sol. «Ucrania no va a ser lo último que haga, más bien es solo un primer paso», advierte Volodimir. «El nombre es parecido, pero no tengo nada que ver con Putin», dice riéndose de la coincidencia, pero ensombreciendo el semblante al mencionar al líder ruso.

Un total de 7.433 ucranianos residen en la Región de Murcia, lo que la sitúa como la quinta comunidad donde más ucranianos residen del país. Por su parte, los ciudadanos rusos que viven en Murcia son 1.524, lo que pone a la autonomía murciana como la séptima dentro del conjunto del país.

«Yo soy de Lutsk -situada en la parte noroccidental del país- pero me han dicho que han atacado el aeropuerto desde Bielorrusia», añade Tatiana con un hilo de voz y visiblemente emocionada. Las informaciones que llegan son confusas y, pese a que todos tienen familia allí, cuesta. Cuesta diferenciar lo real de lo falso, separar los sentimientos de los hechos; en una situación de guerra, todo cuesta. Incluso a dos mil kilómetros de distancia. Cada proyectil que alcanza territorio ucraniano tiene su réplica en el corazón de cada uno de los presentes.

La concentración se organizó como estallan las guerras: de la noche a la mañana. Cuando Viktor Kontsur, presidente de la asociación 'Nueva Generación', se despertó este jueves, «el teléfono no paraba de sonar». Con los mensajes asaltando la pantalla de su móvil como soldados del Kremlin la frontera ucraniana, Viktor explica que no ha sido complicado poner de acuerdo a las decenas de personas congregadas: «Esto ha explotado porque cada uno lo lleva dentro». No obstante, se muestra descontento con la reacción de organismos como la Unión Europea que, se supone, apoyan al Gobierno de Kiev. «Hay que hacer algo, no basta con declaraciones institucionales».

«Los ucranianos ya no tenemos miedo porque llevamos años y años luchando contra Rusia», asegura Igor Kadobnyi

Mientras medio mundo contempla atemorizado las posibles consecuencias que el enfrentamiento armado puede acarrear en sus territorios, Igor Kadobnyi afirma que los ucranianos «ya no tenemos miedo». Recuerda que el enfrentamiento no es cosa de estas últimas semanas, sino que «llevamos años y años luchando contra Rusia». Utiliza la primera persona del plural, pese a que no se encuentra en el frente donde se desarrolla el conflicto. Queda claro que él, como tantos otros, se siente uno más.

Taras Koval cree que es momento de «confiar en el ejército» que, asegura, «es de los más fuertes de Europa». Para este joven ucraniano afincado en Murcia desde hace once años, «no debe cundir el pánico» pese a que, reconoce, «no esperábamos que fuera a producirse esta invasión». El amanecer sorprendió a sus familiares que permanecen allí, entre los que se encuentra su abuela, sustituyendo la bucólica melodía de las aves cantoras por los tambores de guerra de aviones y helicópteros surcando el cielo. Es por eso que reconoce que «están preocupados», también ante la falta de abastecimiento en supermercados y gasolineras: «Un amigo mío tardó tres horas en echar combustible».

«Si entra en nuestro país, significa que puede entrar en el que quiera», advierte Taras, un joven ucraniano que lleva aquí 11 años

Aunque de momento Putin no ha desarrollado unos colmillos especialmente amenzantes ni se comunica mediante aullidos, Taras ya le ha visto las orejas al lobo: «Ucrania lleva siendo mucho tiempo el escudo de Europa y, si entra en nuestro país, puede entrar en cualquiera». Aprovecha para mandar «fuerza» a los militares ucranianos y asegura que, «pase lo que pase, estoy seguro de que vamos a combatir a los rusos».

Las cuerdas vocales de los manifestantes se vuelven a afinar para lanzar al cielo proclamas en ucraniano que seguramente tengan como destinatarios a los millones de compatriotas que, a miles de kilómetros, sufren el conflicto en primera persona. Para que, como dice la canción, sepan que no caminan solos.

Moción de urgencia

El Pleno del Ayuntamiento de Murcia aprobó por unanimidad una moción de urgencia en apoyo al pueblo ucraniano tras la «invasión militar por parte de la Federación de Rusia». Por este motivo, se iluminó el edificio anexo al Ayuntamiento con los colores de la bandera de Ucrania: azul y amarillo. De este modo, se catalogó por parte del Pleno como una agresión «completamente injustificada, de una gravedad inédita y una violación flagrante del derecho internacional que pone en riesgo la seguridad global y la estabilidad».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios