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Dorantes y Marina Heredia, el viernes, en TCM.
Va por la 'Doña'
CRÍTICA DE FLAMENCO

Va por la 'Doña'

PATRICIO PEÑALVER

Lunes, 2 de mayo 2016, 12:34

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Este concierto que se tuvo que aplazar la semana pasada llegaba con un halo muy especial y muy emotivo, en mitad de la semana falleció la madre de David Peña Dorantes, y qué mejor homenaje que seguir rindiéndole pleitesía a la 'Doña', como cariñosamente la llamaban. Salió Dorantes y, después de dar las buenas noches, cuando trataba de pedir disculpas, una voz, gritó: «Estamos contigo, Dorantes». Y Dorantes respondió, pues sobran las palabras. Y añadió: «Marina y yo queremos dedicar el concierto de esta noche a mi madre». De manera que comenzó con el tema: 'Batir de alas', que compuso para la 'Doña' hace unos años. Y, al terminar, elevó su mano hacia arriba.

Y comenzaron a destapar el tarro de las esencias. Salía Marina Heredia de largo y con vestido gris perla, y se posaba junto al piano para cantar una nana de caramelo. Se les unían los coros y las palmas de Anabel Rivera y Jara Heredia, y la exquisita percusión de Javi Rubial, y con aires marineros Marina Heredia cantaba por alegrías, sonoras y olorosas con la cadencia del piano.

Ahora, el piano dialogaba con la batería de Javi Rubial, que le seguía por los nuevos registros que improvisaba Dorantes, que hasta le metía literalmente mano a las cuerdas del piano, para acabar con un solo de batería con las notas sostenidas del piano.

De nuevo aparecía Marina Heredia cantando, doliéndose en un ayeo para templarse por unas magníficas siguiriyas, con un ritmo continuo a las mismas notas del piano. Y con las voces y las palmas proseguía la cantaora por tangos. Se quedaban solos en el escenario Dorantes y Marina, que cantaba por granaínas acordándose de su tierra y de esos cantes que hace con grandeza: 'Le llaman la Alcazaba, / salero, viva mi barrio/ y viva la Torre del Tiro/ y los cuartos de Granada'.

Después de otro espectacular encuentro entre las notas del piano y la percusión, entre ritmos jazzísticos con un swing que se mezclaba de pronto con el son, volvía al escenario Marina Heredia con un vestido rojo largo y la fiesta continuaba, y otros aromas brotaban de ese tarro; La Heredia, como una contemporánea diva flamenca, cantaba por fandangos naturales hasta terminar fandangueando por Huelva, mezclando su voz con las de Anabel y Jara. Al terminar, Marina decía unas palabras: «Es una noche muy especial». Ciertamente lo era, en el flamenco apenas se puede disimular y el estado de ánimo y la motivación es fundamental. Querían rendir un homenaje también a Lole y Manuel, y con aires de soleá sonaba esplendorosa la voz de Marina: 'El sol, joven y fuerte, ha 'vencío' a la luna, que se aleja impotente del campo de batalla'; y con el compás de bulerías, que se aceleraba y ralentizaba con las palmas, el piano y la percusión, seguía cantando: 'Vente conmigo niño por el romero en flor, por los cañaverales y el arroyo cantor'. Y ahí terminaba el concierto, la Heredía decía: «Hemos hecho 'tó' lo que sabemos». En eso, el público no paraba de aplaudir y tenían que volver a salir, una y otra vez, hasta llegar a unos espléndidos cuplés por bulerías; «un compromiso», el famoso tema de Antonio Machín y ese otro: 'Se nos rompió el amor', de Rocío Jurado. Y el público quería más.

Desde luego que era un concierto muy especial, era un concierto para la 'Doña'. Este espectáculo: 'Las Esencias' se repetirá en otros espacios, pero aquí destaparon todo el tarro de las esencias y se quedó un aroma enduendado y una sensación de haber asistido a unos momentos emotivos irrepetibles. Va por la 'Doña'.

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