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Omar Sharif.
Muere a los 83 años Omar Sharif, el inolvidable doctor Zhivago

Muere a los 83 años Omar Sharif, el inolvidable doctor Zhivago

El intérprete egipcio llevaba tiempo enfermo de alzheimer y ya ni siquiera recordaba los papeles que le convirtieron en una leyenda del séptimo arte

Óscar Bellot

Viernes, 10 de julio 2015, 16:08

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Omar Sharif, el actor egipcio que se convirtió en un mito del séptimo arte dando vida a Yuri Zhivago en la adaptación cinematográfica de la novela de Boris Pasternak, ha fallecido a los 83 años en El Cairo, víctima de un ataque cardíaco. El intérprete llevaba tiempo aquejado de alzheimer y ya ni siquiera recordaba los papeles que le valieron el cariño del público.

Tonya y Lara, las mujeres entre las que dividía su amor en la película que conmovió a medio mundo no constituían ni siquiera una pequeña nebulosa en su mente. Pero el público jamás podría olvidar la abnegación de la primera, su esposa, a la que puso rostro Geraldine Chaplin, ni la arrebatadora belleza de la segunda, la enfermera que despertaba sus pasiones y a la que se encargó de insuflar vida Julie Christie.

La formidable epopeya alumbrada por Pasternak encontró en Sharif al intérprete perfecto para remover la conciencia del espectador y desnudar la despiadada maquinaria puesta en marcha por los comunistas -personalizada especialmente en la figura de Pavel Antípov, el esposo de Lara- tras traicionar los ideales que llevaron a millones de personas a sumarse a la causa bolchevique. El resto lo pusieron un David Lean tan magistral como siempre, con quien Sharif ya había trabajado en 'Lawrence de Arabia', y la dupla femenina conformada por Geraldine Chaplin y Julie Christie. Sin desmerecer una impecable fotografía que situó los vastos espacios nevados que rodeaban Varýkino, la finca enclavada a los pies de los Urales en la que se refugiaba Yuri despues de que su medio hermano Yevgraf le avisase de que se había convertido en objetivo de la nomenklatura a causa de sus poemas 'subversivos', como metáfora de la irracionalidad con que operaban los comunistas.

De las arenas del desierto a las estepas rusas

'Doctor Zhivago' le valió su tercer Globo de Oro -anteriormente había recibido el galardón al mejor secundario por 'Lawrence de Arabia', largometraje que también le reportó el reconocimiento al actor más prometedor-, pero ni siquiera le sirvió para entrar en la lista de candidatos al Oscar, premio para el que sumó una única nominación a lo largo de su carrera, la recibida en 1963 precisamente por 'Lawrence de Arabia'.

Fue uno de tantos actores menospreciados por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Estados Unidos -tampoco Peter O'Toole logró la estatuilla por una de las más impresionantes actuaciones que se recuerdan, la del aventurero personaje que habitaba las páginas de T.E. Lawrence y tuvo que conformarse con un Oscar honorífico-.

Procedía de un ambiente muy distinto al de las estrellas de que gustaban los académicos. Nacido el 10 de abril de 1932 en Alejandría (Egipto) en una acomodada familia cristiana, se graduó en Matemáticas y Física por la Universidad Victoria de El Cairo y probó suerte, sin demasiado interés, en el negocio familiar.

Pero Michael Salhohub, su nombre real, no se sentía cómodo. Ni los preceptos cristianos ni el dinero servían para alimentar su alma. No tardó en convertirse al islam, bajo el nombre que le acompañaría por el resto de sus días, Omar Sharif, y en los años cincuenta comenzó su carrera cinematográfica de la mano de Youssef Chahine. El nuevo ambiente en el que empezaba a desenvolverse era también el de su sposa, Faten Hamama, ídolo del cine local con la que tuvo un hijo, Tarek.

Fue en los años sesenta cuando su trayectoria comenzó a coger brío. Sus rasgos y su acento eran lo que andaba buscando David Lean para el papel del príncipe Alí en 'Lawrence de Arabia'. El cine, precisado siempre de estrellas exóticas, hallaba una veta lista para explotar. Sharif salió bien librado del combate con auténticos titanes del séptimo arte como Peter O'Toole, Alec Guinness o Anthony Quinn. Y aunque Ed Begley le arrebató el Oscar por 'Dulce pájaro de juventud', las puertas de Hollywood se le habían abierto de par en par.

Más aún cuando Lean volvió a reclutarle para 'Doctor Zhivago' y Sharif firmó una de las actuaciones más enternecedoras de la historia del cine. Sus pupilas titilantes, mientras padecía mil y un infortunios, y su resistencia en medio de las desventuras a que le sometían sus enemigos, enterneció a la audiencia, que se enamoró tanto de la arrebatadora belleza de Lara como de la sensibilidad de Yuri Zhivago.

En los años sesenta vendrían un puñado de títulos que cimentarían definitivamente su estatus de estrella. 'La caída del imperio romano' (Anthony Mann, 1964), 'Genghis Khan' (Henry Levin, 1965), 'La noche de los generales' (Anatole Litvak, 1967) o 'El oro de McKenna' (J. Lee Thompson, 1969) fueron algunos de los títulos en los que Sharif dejó su impronta. Sin olvidar el biopic del 'Che' Guevara que dirigió Richard Fleischer en 1969.

Sharif seguiría trabajando en destacadas producciones en los años venideros, aunque sin regresar a las cimas que anteriormente había hollado. 'El último valle' (James Clavell, 1970), donde compartía protagonismo con Michael Caine, o 'La semilla del tamarindo' (Blake Edwards, 1974), que le devolvió al otro lado del Telón de Acero, fueron algunos de sus trabajos más sobresalientes de esta época. 'El guerrero número 13' (John McTiernan, 1999), donde compartió créditos con el español Antonio Banderas, fue uno de los últimos trabajos para la gran pantalla de un hombre que entrado ya el siglo XXI halló refugio en la televisión y que no paró de trabajar hasta que el alzheimer borró en su mente cualquier huella de su glorioso pasado. Mas el recuerdo de este ducho jugador de bridge y auténtico conquistador es imperecedero y sus hazañas quedarán para siempre registradas en el celuloide.

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