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La actriz María Adánez.
«Nos falta cultura; nos sobra pereza»

«Nos falta cultura; nos sobra pereza»

María Adánez Actriz. La popular intérprete se sube hoy al escenario del Teatro Romea para interpretar 'Insolación', adaptación de la novela de Emilia Pardo Bazán

Antonio Arco

Lunes, 1 de junio 2015, 12:09

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María Adánez (Madrid, 1976) disfruta como loca de cada representación de 'Insolación', el montaje teatral, basado en la novela homónima que Emilia Pardo Bazán publicó en 1889, y que cuenta la historia de Francisca de Asís Taboada, marquesa viuda de Andrade, que vive una historia de amor apasionado con el joven jerezano Diego Pacheco, al que da vida José Manuel Poga. Hoy, a las 21.00 horas, volverá a subirse al escenario del Teatro Romea al frente de un espectáculo que ha sido dirigido por Luis Luque y producido con sumo esmero por Celestino Aranda, al frente de la Compañía Miguel Narros, el añorado director de escena del que es su viudo. Con música compuesta por Luis Miguel Cobo, escenografía de Mónica Boromello, iluminación de Juan Gómez Cornejo y vestuario de Almudena Rodríguez, este espectáculo teatral, que ha sido posible gracias a la versión escénica que de 'Insolación' ha hecho Pedro Víllora, se mantiene fiel a todos los hitos revolucionarios que habitan en esta novela de la autora de 'Los pazos de Ulloa'. Entre ellos, la valentía de hacer hablar a un personaje femenino de su deseo sexual.

-¿Qué le sorprendió a usted de su personaje?

-La valentía y la belleza con las que Emilia Pardo Bazán la hace hablar de su deseo sexual; y cómo aborda su conflicto, que en el fondo es el que tenemos todos, entre la razón y los instintos. Es un personaje que, incluso, resulta más moderno y avanzado que muchas mujeres de hoy en día; es consciente de sus ataduras internas, por la presión social que tiene que soportar, pero sabe que la libertad es lo deseable, la aspiración de toda mujer y de todo hombre. Y me encanta cómo defiende la necesidad de amar y de sentirse amado.

María Adánez regresa a un escenario de la Región tras el éxito de su participación, en 2011, en el 42º Festival de Teatro de San Javier, donde representó, también a las órdenes de Luis Luque, y junto a Cristina Marcos, 'La escuela de la desobediencia', en la que era una gozada verla, con ese encanto y sensualidad que lograba mantener vivos en todo momento, y con un aire a lo Michelle Pfeiffer en 'Las amistades peligrosas' (de Stephen Frears), y otro más a lo Abbie Cournish en la recomendable 'Bright Star', la maravillosa película de Jane Campion. Ahora está volcada en una obra que, según Víllora, «no solo es una fenomenal historia de amor, sino una acendrada defensa del derecho a elegir de las mujeres». Y para ello, explica Víllora, «Pardo Bazán se sirve de la marquesa viuda de Andrade, gallega como la propia autora y afincada en un Madrid de final de siglo donde el conservadurismo de la aristocracia y la alta burguesía generan un clima asfixiante que constriñe los deseos e ilusiones de una dama todavía joven y atractiva que, de repente, asumirá la capacidad de pensar y decidir por su cuenta».

¿Qué sucede en 'Insolación'? Que la dama conoce a Diego Pacheco y se queda prendada de él, de forma tan incendiaria que, superando críticas, miedos y vértigos parecidos a los que sentiría si sobrevolara la Costa da Morte en un globo aerostático averiado, finalmente decide «no plegarse a la moral sexual de su entorno. Y no solo se entrega sin miedo al placer, sino que capitanea la relación admitiendo que uno debe intentar ser protagonista de su propia historia».

-¿Qué le sorprende?

-Que Francisca de Asís siga dándole mil vueltas a muchas mujeres que todavía hoy siguen acomodándose a la voluntad de otros, no atreviéndose a hacer cosas que desean por el hecho de que estén mal vistas socialmente. Todavía hoy, aunque parezca mentira, mucha gente se escandaliza cuando una mujer se enamora de un hombre más joven que ella. Sigue incomodando y estando mal visto, aunque lo contrario, que el hombre se enamore de una mujer más joven, se vea lógico; de hecho, nadie te lo recomienda. El corazón de mi personaje lucha contra los convencionalismos, y nos da a todos una lección no dejándose dominar por ellos. A lo largo de la Historia, la mujer ha tenido que estar completamente supeditada a las leyes masculinas, a unos contextos históricos marcados por la fuerza masculina. Ella le da más protagonismo al corazón que a la cabeza.

-¿Y usted?

-[Risas] Yo me parezco mucho a ella, me parece que me dejo llevar más por el corazón.

-¿Qué ha descubierto con su acercamiento a Emilia Pardo Bazán?

-Que no ocupa en la Historia el papel que le corresponde, sin duda, por el hecho de ser mujer. No solo era una magnífica escritora, sino que se implicaba en política y no dejó nunca de defender la enorme importancia que tiene la educación para el progreso de un país. Y era consciente del déficit educativo y cultural que caracteriza a nuestro país, que por otro lado tiene un magnífico patrimonio cultural al que no le damos la importancia que se merece, igual que no valoramos a nuestros genios en todos los campos de las artes.

-¿Qué nos falta y qué nos sobra?

-Nos falta cultura; nos sobra pereza.

-¿Qué es una suerte?

-Poder ir a votar el domingo. Mis padres, dos personas maravillosas, libres y progresistas, siempre me decían: «Hija, vota, porque no sabes la suerte que tienes de poder ejercer este derecho». Me gustaría que todo el mundo lo tuviese tan claro.

-¿Qué sería bueno para España?

-Yo no lo voy a ver, pero espero que sí puedan verlo mis hijos o mis nietos: que nos olvidemos de una vez, y para siempre, de las dos Españas, todavía ensangrentadas y sangrando. ¿Qué hacemos hablando todavía de rojos y de fachas? ¿Cómo queremos que se produzca un verdadero progreso democrático si seguimos considerando un enemigo al que piensa distinto? Creo que superar el bipartidismo ayudará a que se vaya normalizando de verdad el país.

Vergüenza

-¿Qué más serviría de ayuda?

-Qué vergüenza que en España no dimita nadie, habría que acabar con eso también. Este desprecio hacia los ciudadanos, que consentimos todos, deja clara la falta de sentido de la responsabilidad y de ética de demasiados gobernantes. Me gustaría que, lo antes posible, el poder de decisión lo tuviésemos los ciudadanos, y no las grandes élites forradas a las que no les interesamos nada. Creo en España, me encanta España, pero con la corrupción, que ha llegado incluso a la monarquía, está viviendo un momento lamentable. En Inglaterra, por cosas muchísimo menos graves que las que han ocurrido aquí, los políticos se van a su casa.

-¿Siguen diciéndole eso de ¡qué mona va esta chica siempre!?

-Sí, sí, sí, sí.

-¿Y?

-Pues que no todos los días es verdad [risas]; de hecho, los hay de los que mejor ni hablamos.

-¿Eso le preocupa?

-¡No, pero si a mí lo que me encanta es pasar desapercibida! Sobre todo, y más ahora con toda esta locura de los móviles con cámara de fotos, en determinadas situaciones. Yo no soy famosa, yo soy actriz, y a las cinco de la mañana, pues como que no me apetece mucho que me hagan una foto. ¡No, por favor, déjenme que sea ser humano, beberme dos copas y no salir en las redes sociales con un ojo no sé cómo y la imagen totalmente destruida! [Risas]

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