Josefina García: «Esta crisis nos tiene que hacer pensar»
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«Cuando fuera tienes una vida muy intensa, se hace raro –confiesa Josefina García– estar todo el día en el mismo entorno». Esa extrañeza es, además, reconoce la rectora de la UCAM, «una novedad que hacía muchos años que no sucedía». Nunca los hogares habían tenido tanta vida, como en estas tres semanas de cuarenta, en las que, afirma García, «estoy notando la falta de muchas cosas que, quizá, en el momento que las tienes, pasan desapercibidas».
«Afortunadamente» su encierro está rodeado de «mucho trabajo» al que dedica la práctica totalidad del día: «Los horarios se han difuminado. El teletrabajo implica un mayor esfuerzo y la jornada se ha estirado», responde. Comparte espacio con su marido, sus hijos viven fuera y esto es, señala, «muy duro». La pandemia «ha eliminado la posibilidad de reunirnos y vernos» y «el contacto de forma telemática no es fácil»: «Le falta emoción», describe.
El virus también ha revelado, cree, la importancia del conocimiento: «Estamos en un mundo globalizado en el que existe una crisis de valores éticos y morales, una sociedad excesivamente fría, deshumanizada, y centrada en el poder, en el éxito y en el logro, todo muy cortoplacista. Y de repente, tenemos delante de nosotros un enemigo diminuto e invisible al que no se puede atacar con cañonazos, sino que la única forma de hacerle frente es desde el conocimiento, y curiosamente, desde la entrega, la generosidad o el ejemplo», señala.
«Esto nos debe hacer reflexionar de cara al futuro sobre cuáles son los verdaderos valores». Este virus, añade, «nos iguala, no distingue entre ricos y pobres, y nos lleva a una situación de deshumanización absoluta porque nos obliga a pasar la enfermedad en la más absoluta soledad... Y esto –reitera– nos tiene que hacer pensar mucho para que nuestra escala de valores cambie».
Cree García que lo hará: «Por naturaleza, soy una persona confiada, y espero que esta situación nos enseñe a todos a ser un poco mejores, más humanos». Y añade, en relación a ese futuro: «Las universidades tenemos que jugar un papel fundamental, porque es donde reside la ciencia y la fuente básica de conocimiento, pero no solo las universidades públicas, sino todas». Opina García que será la iniciativa privada «la que hará frente a la crisis que vendrá después», y que por ello también hay que fomentarla. «Esta en la que ahora nos encontramos es de salud, pero inmediatamente, y estamos inmersos ya, vendrá la económica, y de esa también hay que salir».
Para entonces espera poder tener cerca los abrazos de quienes ahora echa más en falta, poder reencontrarse con sus compañeros de trabajo y con los amigos, y brindar juntos con una copa de vino. Desea que para ese tiempo haya podido recuperar sus rutinas de «ejercicio al aire libre» y poder viajar a Cuenca, donde están sus raíces. «Todas esas pequeñas cosas que, al final, hacen que la vida sea bella y que merezca la pena luchar por ella», asegura.