El crimen organizado entra en el negocio del cáñamo legal para camuflar la 'maría'
Las fuerzas de seguridad admiten su preocupación por el incremento de decomisos de cannabis con alta tasa de THC en los cultivos industriales
Algo olía mal en aquella empresa dedicada al cultivo de cáñamo industrial y el tufo no procedía únicamente de las 15.000 matas de marihuana ... que crecían en pleno frenesí de florecimiento en las miles de hectáreas de terreno empleadas, en apariencia, para el sector textil y del calzado. Las pesquisas de los investigadores de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria y de la Unidad de Droga y Crimen Organizado (Udyco) de la Policía Nacional definieron sus sospechas. La labor de los expertos en la lucha contra el tráfico de drogas destapó el destino ilícito de parte de la cosecha de una supuesta organización que, con la ayuda de trabajadores, estaba realizando en una gran nave industrial. Dichas actividades consistían en el secado de las plantas, separación de los cogollos y empaquetado para enviarlos a sus clientes, distribuidores y consumidores.
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La operación, denominada 'Dogo-Ahumados', explotó el pasado 14 de octubre. Cuando la Policía Nacional entró a la empresa, ubicada junto a la autovía del Mediterráneo, a la altura de San Pedro del Pinatar, encontró cajas y bolsas para las plantas destinadas al tráfico, apartadas de las que estaban preparadas para su uso industrial. Hubo seis detenidos, tres españoles y tres marroquíes. Los investigadores se habían apuntado uno de los mayores alijos en la historia de la Región. Se incautaron un arsenal de 'maría' que cargaron en tres camiones: 4.600 plantas secas, cogollos con un peso 1.600 kilogramos y hojas de otro medio millar de plantas secas.
Las operaciones policiales en empresas sospechosas de cultivar marihuana entre plantaciones de cáñamo se multiplican en todo el país. Y las cantidades de plantas de 'maría' que se interviene en esos operativos se cuentan por kilos con cifras de tres ceros.
Incautaciones récord
La Guardia Civil tiene por ahora el récord europeo en la aprehensión de la mayor cantidad de 'maría' en un mismo cultivo. El pasado mes de septiembre, la Benemérita se incautó de 135.000 plantas de marihuana de una finca supuestamente dedicada a una macroplantación de cáñamo legal en la localidad de Huerta de Valdecarábanos, en Toledo. Los tres presuntos integrantes de la red criminal detenidos alquilaron los terrenos a agricultores de la zona, y para recolectar la cosecha emplearon a los propios vecinos del pueblo.
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En la Región, este mismo Cuerpo desmanteló la semana pasada en Cieza otra plantación de marihuana que crecía bajo la máscara de cáñamo industrial. La 'Operación Nage' se saldó con la incautación de 4.779 plantas de cannabis y la detención de dos personas, de origen japonés, acusadas de alquilar una finca ciezana para cultivar cáñamo con una apariencia de legalidad.
«Entre las matas legales, cosechan plantas que superan el límite del 0,2% de THC, la proporción que la convierte en droga»
«Las cantidades de marihuana de los alijos incautados se han multiplicado exponencialmente. Ahora hablamos de 150.000, 80.000, 30.000 kilos aprehendidos en una sola intervención, porque entre todo ese cáñamo legal plantado, hay organizaciones que cuelan la marihuana», explica el inspector jefe de la Udyco en Murcia.
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No hay inspecciones
Las plantaciones de cáñamo y las de marihuana son idénticas, y solo expertos en la materia pueden diferenciar a simple vista las que están dentro de los márgenes legales de las que no. Para identificar las legales de las que no lo son, es necesario analizar cada planta. El cáñamo es el tipo de cannabis con un contenido mínimo y legal de THC, la sustancia responsable de la mayoría de los efectos psicoactivos del cannabis.
A 20.000 euros el kilo
Cuando se incauta una plantación en una de estas empresas, aparentemente todo es un cultivo de cáñamo, pero las redes que aprovechan la actividad legal para traficar, plantan, entre las matas legales, semillas que superan el límite del 0,2% de THC, la proporción que convierte al cáñamo en marihuana. «Por encima del 0,2% de THC se considera estupefaciente», aclara el responsable policial.
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En el caso de la empresa de San Pedro del Pinatar, los propietarios de la firma agrícola se defendieron alegando que habían notificado su actividad a la Guardia Civil y que semanalmente hacían analíticas de las plantas que certificaban que no superaban el porcentaje permitido de THC. «La trampa está en que ellos mismos eran los que seleccionaban y llevaban al laboratorio la planta que contenía proporción autorizada. No hay controles ni inspecciones».
Las dos salidas que tiene el cáñamo legal es el del uso medicinal, para lo cual se requiere una autorización de la Agencia Española del Medicamento; y la industrial, para la producción de fibra textil con la que se fabrican prendas de vestir y calzado.
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El auge en el consumo de esta materia prima ha hecho que muchos agricultores, que hasta hace poco se dedicaban a plantar pimientos, lechugas y tomates, cambien sus cultivos por el del cáñamo. En la actualidad solo se precisa constituir una sociedad, utilizar una semilla certificada, comunicar dicha actividad a los organismos autonómicos y a la Guardia Civil. «En la firma de San Pedro del Pinatar tenían asesores y abogados. Compraron las semillas homologadas, disponían de certificados... todo para dar una apariencia de legalidad. Pero también plantaron presuntamente simientes de droga y las cosechaban camufladas entre el cáñamo», recalca el funcionario policial.
Así, a cielo abierto, junto a otras plantaciones de pimientos o tomates, las redes del tráfico de marihuana ocultan su actividad ilícita bajo un negocio legal en auge. Pero esa oportunidad de negocio trae de cabeza a la Guardia Civil y a la Policía Nacional.
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«El kilo de marihuana se vende en España a 2.500 euros. Esa cantidad se multiplica hasta los 20.000 euros en países como Holanda o Dinamarca. El negocio es muy lucrativo», indica el inspector jefe de la Udyco.
El interés por el cannabis para uso industrial se dispara con cinco nuevas firmas en dos años
El interés por el cultivo legal del cáñamo se ha disparado en la Región en los últimos dos años con la creación de cinco firmas agrícolas. En 2020 había dos compañías dedicadas a la producción de esta planta para su uso industrial. Una está registrada en Cartagena y la otra en Caravaca de la Cruz. Entre las dos tenían siete hectáreas ocupadas para este cultivo, con una producción total de 21 toneladas de cáñamo y un rendimiento de casi tres toneladas por hectárea, señalan desde la Consejería de Agricultura. Este 2021, el organismo ha registrado otras tres compañías que se dedican a la producción de esta planta. La de mayor extensión de terreno de cáñamo está en Alhama de Murcia, con 19 nuevas hectáreas para la elaboración textil. También hay otras dos empresas, en Totana y San Pedro del Pinatar. Fue en esta última localidad donde se intervinieron los 4.600 kilos de plantas secas y cogollos de 1.600 kilos de peso de la firma.
Además de la supuesta actividad ilícita, el negocio del cáñamo provocaba en el municipio costero numerosas molestias al vecindario. Tal era el hedor que procedía de la nave donde almacenaban las plantas, que los residentes denunciaron en el Ayuntamiento que no podían ni abrir las ventanas de sus casas. «No hay regulación referente a que una plantación de cáñamo deba estar a una determinada distancia de un núcleo de viviendas», apuntan desde la Udyco.
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