Corazones que laten al son de la solidaridad

La solidaridad y la vocación de servicio a los demás son cualidades con las que se nace, que crecen dentro como pequeñas semillas que brotan solo cuando llega el momento adecuado. Para un grupo de policías locales de la Región, encontrarse y descubrir su interés común por tejer redes de ayuda fue, en el año 2000, esa semilla que luego tomaría forma bajo el nombre de Azul en Acción. «Somos una ONG que surge en el seno de la Policía Local y tiene su origen en una iniciativa común de varios compañeros que pensábamos más o menos igual con respecto a ayudar a los demás. Decidimos fundarla para poder materializar de alguna forma esa inquietud y, a partir de ahí, empezamos a funcionar», destaca su presidente, Jesús Franco.

La ONG, que desarrolla su actividad en países de distintos continentes, centra su actividad en la cooperación internacional desde el principio. Sus miembros fundadores tenían claro «que el objetivo era llevar a cabo proyectos que contribuyeran a la mejora de poblaciones desfavorecidas en los países con bajo índice de desarrollo social y humano», apunta Franco. Así, esta entidad con dos décadas de experiencia ya tiene a sus espaldas 56 iniciativas en los ámbitos de la sanidad, la educación, la construcción de infraestructuras básicas o la promoción de la mujer, entre otros, en países como Marruecos, Senegal, Sáhara Occidental, Mauritania, Camerún, Benín, Togo, India y Perú.

Estas acciones no serían posibles sin un amplísimo número de voluntarios, en torno a 30 y 40 en cada proyecto, que participan de forma altruista en cada una de las iniciativas. Además, Azul en Acción cuenta con el sostén de 450 socios y todo tipo de entidades públicas y privadas que la ayudan a financiarse y le donan el material necesario para continuar su labor. En este sentido, Franco recalca la contribución de una comunidad que, «bajo el prisma de la experiencia, ha demostrado una solidaridad tremenda. No solo se han volcado los voluntarios, que se implican al 300%, sino también la población, algo que hemos podido comprobar en las actividades que vamos realizando, tanto de sensibilización como para recaudar fondos. Siempre me gusta decir que las ONG realizamos un trabajo, pero lo que somos es un cauce que canaliza la solidaridad de la población, porque sin ella no podríamos hacer nada. Valoro mucho el apoyo de la Región, del tejido empresarial y de las instituciones públicas», recalca.

Entre las múltiples iniciativas que Azul en Acción desarrolla, una de las que ha cogido más empuje es aquella relacionada con el ámbito oftalmológico. «Llevamos trabajando en ello desde 2007 y es de intervención de la salud ocular de la población en diversos países de África. Surge como una petición de una misión católica que nos solicita ayuda porque había un número importante de personas de diferente rango de edad que padecían ceguera por patologías que eran prevenibles o curables, pero que en estos países, por su bajo nivel de desarrollo, no tienen los medios para este tipo de cirugías», cuenta Franco.

Así, la entidad traslada a distintas zonas subdesarrolladas todo tipo de material para el diagnóstico y tratamiento de problemas visuales y acondicionan la zona para posteriormente pasar consulta, valorar a los pacientes y realizar cirugías gracias a los voluntarios (centrados en los ámbitos logísticos y sanitario) que participan. El proyecto, que lleva varios años desarrollándose en M'Bour (Senegal), ha contado con la presencia de oftalmólogas como Maravillas Carmona, que es voluntaria desde hace cuatro años. «En cuatro o cinco días montamos el quirófano y, luego, son dos semanas operando todos los días. Es una población económicamente muy desatendida. Hay pocos oftalmólogos y casi todos están concentrados en la capital. Toda la parte sur se ve desprovista de estos médicos y hay un alto porcentaje de cataratas y glaucoma por múltiples factores. Encuentras gente que con 40 años no puede hacer su vida normal», apostilla Carmona.

Los resultados de esta iniciativa son cifras que muestran el buen hacer de la entidad. «Más de 30.000 personas han pasado por nuestras consultas y se ha curado la ceguera a más de 4.000, al margen de otras a las que se les han tratado, a través de fármacos, patologías que seguramente hubieran derivado en una ceguera irreversible», indica Franco.

Aunque el programa oftalmológico es uno de los más reconocidos, la formación laboral, la educación para la infancia y la promoción de la mujer son otros de los muchos ámbitos en los que Azul en Acción pone su granito de arena en países como Marruecos, donde apoya y colabora con la Asociación de Mujeres Izaourane, localizada en la aldea marroquí Hassi Labiad.

Con esta agrupación de féminas, Azul en Acción ha desarrollado actividades como un taller de punto y tricotaje y de informática, ambos en 2015, además de otro centrado en la alfabetización, que se desarrolla desde 2014 en francés y árabe y «que lo pidieron ellas mismas, porque querían aprender a leer y escribir», señala la voluntaria de Azul en Acción María de los Ángeles Gómez. Para culminar su iniciativa formativa, la ONG también ha puesto en marcha un programa de charlas de sanidad a la mujer sobre lo que ellas solicitan. Según Gómez, «los temas que más nos piden y que hemos estado dando varios años han sido los de primeros auxilios básicos y enfermedades ginecológicas. Además, les damos información sobre conductas y hábitos saludables para prevenir enfermedades y promocionar la salud».