«El control obsesivo a edades tempranas puede ser la semilla de la violencia adulta»

-¿Cuáles son las últimas tendencias de conductas delictivas en la red?

-El 'happy slapping', que sucede cuando se graba la agresión a un compañero, ya sea en el baño o en el patio del recreo, un contenido que el menor sube a las redes sociales para conseguir más seguidores y visitas. Las suplantaciones de identidad, que aún no están reguladas en España, también se dan con frecuencia.

-¿Y en las comunidades virtuales?

-La última moda consiste en escaparse de casa durante 48 horas para ser buscado. En estos casos, cuanto más se preocupen sus padres y publiquen su situación a través de páginas sociales, mejor. Gana quien más 'likes' y comentarios consigue en los perfiles de sus progenitores. También encontramos comunidades que inducen al suicidio, en las que se publican fotografías de cortes y retos para autolesionarse.

-¿A qué tipo de condenas pueden enfrentarse?

-Desde las amonestaciones hasta los regímenes de internamiento, pasando por la realización de servicios a la comunidad o tareas sociales y educativas, las medidas que se aplican son muy variadas.

-¿Se tiene en cuenta la circunstancia social del menor?

-Sí, pues siempre es acompañado por un equipo psicotécnico que estudia su situación. En función de la coyuntura, se aplican unas medidas u otras.

-¿Las redes fomentan otros tipos de violencia, como la de género?

-Totalmente. El control obsesivo a edades tempranas, que puede ser la semilla de la violencia de género en adultos, cada vez sucede más. De hecho, recuerdo un caso de una pareja jovencísima en la que el chico le exigía a su novia que le enviase fotografías de la ropa que iba a ponerse para ir al instituto y que le diese las contraseñas de sus perfiles sociales. Después de luchar durante años por tener lo mismos derechos, la sociedad que debe ser la más liberal puede que se convierta en la más controladora. Este fenómeno lo hemos denominado como 'Violencia 3.0'.

-¿Recomienda el uso de aplicaciones de control parental?

-Con matices, ya que existen algunas que podrían vulnerar el derecho de intimidad del menor. Ciertas aplicaciones permiten examinar sus contactos, localizarlo geográficamente, monitorizar el historial... En Alemania, por ejemplo, se han prohibido una especie de relojes digitales que permitían escuchar conversaciones ajenas. El límite legal aún no está claro.

-¿Cómo se puede detectar que un menor sea la víctima o el acosador?

-Fijándose en su conducta. El insomnio, los desórdenes alimenticios y el déficit de atención suelen ser algunas pautas indicadoras.

-¿Cuál es la solución dentro de casa?

-Explicar a los menores cómo deben usar internet y los dispositivos electrónicos, sus derechos y obligaciones.

-¿Y en los colegios?

-Tener una asignatura que trate la educación digital para alfabetizarlos. Conocerían sus responsabilidades penales y se fomentaría un uso adecuado.

-¿Por qué no apoya la medida que rebajó el consentimiento de prestar datos de carácter personal en internet a los 13 años?

-Entre otras razones, porque la responsabilidad penal del menor se aplica a partir de los 14 años. Hasta que no los cumple, estamos dejando que un menor, si realiza algún 'ciberdelito', quede impune al no ser responsable penal. Así, se complace a los grandes prestadores de servicios, pues los nativos digitales suelen ser los principales consumidores de las redes sociales.

-¿Cómo puede afectar la presencia inapropiada en las redes a su futuro laboral?

-Siendo descartados por los reclutadores o directores de recursos humanos que rastrean las redes sociales de sus posibles candidatos.