Un grupo de personas celebra el Día Mundial de África, en una imagen de archivo. EDU BOTELLA / AGM

Un continente aún por descubrir

Acción solidaria - obra social 'la Caixa' ·

Visibilidad. La Federación de Asociaciones Africanas busca poner en valor esta tierra, dar a conocer las entidades que la conforman y prestar asesoramiento y apoyo jurídico y social a sus miembros

BEA MARTÍNEZ

Domingo, 19 de julio 2020, 09:36

Comenzar una nueva vida en cualquier lugar requiere de grandes dosis de tesón y esfuerzo. Trasladarse a un sitio desconocido, aprender un nuevo idioma y crear de nuevo una red de lazos afectivos es siempre un camino difícil y repleto de escollos, que se hace mucho más fácil si por el trayecto uno se encuentra con manos amigas que aportan asistencia y seguridad en momentos en los que cuesta mantener el equilibrio.

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Con el objetivo de ser ese sostén, 2012 fue el punto de partida de una federación que ha unificado en una sola entidad a doce asociaciones africanas de la Región. La FAAM, Federación de Asociaciones Africanas de Murcia, tiene como objetivo dar visibilidad a estas entidades, prestarles apoyo, ofrecer asesoramiento y asistencia jurídica a sus miembros y dar a conocer un continente que en España está aún por descubrir. «África es muy grande y engloba a 54 países. Casi todas las nacionalidades de allí que están representadas en Murcia tienen su asociación. Hacen un gran trabajo, porque unen a la gente del mismo país, pero tienen muchas dificultades para adaptarse al tejido asociativo español, carecen de tiempo y de recursos. Decidimos unificarnos en una federación para tener una voz más representativa. Nuestro objetivo es ser un espacio abierto a todas las personas de cualquier raza, país o religión y trabajar de forma conjunta proyectos de desarrollo», destaca el actual presidente de FAAM, Mady Cisse Ba.

Junto a la creación de esos proyectos comunes de apoyo social, una de las mayores luchas de FAAM es dar a conocer África. El continente, que guarda un pasado común con España, es «un gran desconocido, por lo que hacemos jornadas, charlas y seminarios en los colegios, entre otras cosas, y celebramos cada año el Día Mundial de África, que es el 25 de mayo, para que la gente lo conozca. A través de todo esto presentamos nuestra cultura, nuestra historia y nuestra gastronomía». Para Elisa Ebesi Botau, secretaria de la Federación, «es una pena que esté tan cerca y se conozca solo la parte norte. África es muy grande y rica, un continente vivo más allá de los conflictos y guerras que hay».

En este sentido, estas iniciativas están poco a poco dando sus frutos, arrojando luz y contexto a este pasado común, aunque aún hay mucho trabajo por hacer. «Hasta no hace mucho había muy pocas publicaciones sobre esta tierra y las obras africanas no se traducían al castellano. Eso hacía que la gente que quisiera conocer este lugar a través de los libros no tuviera acceso a ellos. Ahora ya empieza a haber espacios de encuentro donde se da más visibilidad a la comunidad africana y editoriales como Wanafrica, que traducen estas obras al castellano», apostilla Ebesi.

Una lucha de todos

Uno de los problemas a los que se enfrentan muchas personas procedentes de otros países es al racismo. La incomprensión y los prejuicios hacia ciertas nacionalidades son una especie de losa sobre los hombros que impide avanzar y que en Murcia Elisa Ebesi ha vivido «de forma sutil». Buscar casa, por ejemplo, fue para ella mucho más complicado que para el resto, pues muchas veces era rechazada por el simple hecho de ser extranjera. «Hace poco estaba buscando un hogar. Hablaba por teléfono con las agencias y les decía directamente que era inmigrante y mujer negra para que lo tuvieran en cuenta. A veces iba y al llegar se sorprendían, porque no se me ve el color a través del teléfono y si no digo mis apellidos no parece que sea de fuera. He tenido mucha dificultad para encontrar vivienda», señala.

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Para romper con todo esto, Ebesi cree que se debe seguir apostando por la integración y buscando espacios de encuentro para «acercarnos más a la sociedad de acogida, porque esto a la vez genera que la sociedad de acogida nos conozca y se rompa el racismo».

Para Mady Cisse Ba, esta ruptura pasa también por su inclusión en las instituciones, en las que dice no sentirse representados, porque «tenemos gente muy preparada, pero tienen que recurrir al trabajo en el campo. Cuando la persona es de un país africano es complicado convalidar los títulos y además cuesta mucho dinero. Las minorías deben estar representadas en las instituciones porque tenemos mucho que aportar. Integrarlas en las políticas públicas permite ser socialmente abierto».

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Nuevos referentes

Aunque los miembros de la federación son los que más han sentido este rechazo, sus hijos, que llevan toda la vida viviendo en Murcia y se mueven como pez en el agua en una sociedad que es la suya, también han sufrido racismo a pesar de su corta edad. «Notamos que nuestros hijos en edades tempranas se sienten españoles, pero cuando crecen es cuando empiezan a preguntarse por qué sus compañeros les dicen ciertas cosas. No se encuentran representados en el sistema y a veces se sienten como españoles de segunda», indica Mady Cisse Ba.

Romper con esta discriminación que también sufren las nuevas generaciones es otra de las funciones de la Federación, que busca visibilizar todo tipo de referentes africanos de todos los sectores para mostrarles que pueden ser lo que ellos deseen. En ese sentido Ebesi, como miembro de la Federación, lucha para «que estos nuevos jóvenes se empoderen, que no abandonen los estudios y que luchen porque tienen los mismos derechos que cualquier persona que ha nacido aquí».

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