La Consejería forma a agricultores de la Región para evitar muertes por vuelco de tractores

Para prevenir siniestros y minimizar los daños personales, la Comunidad Autónoma y las organizaciones agrarias han reforzado su colaboración en ámbitos como la formación de trabajadores y la investigación de las causas de los accidentes. Y a raíz de una consulta de LA VERDAD, la Consejería de Empleo, Empresa, Universidades y Portavocía, que dirige Valle Miguélez, aprovecha para lanzar un mensaje de concienciación a todos los particulares que usen tractores en sus fincas, para que extremen el cuidado y sigan recomendaciones que reducen los riesgos.

«El tractor es uno de los vehículos que más se utilizan en el sector agrario por su versatilidad, puesto que se puede emplear para diversas actividades: acceder a lugares de difícil entrada, propulsar y mover dispositivos, y realizar tareas como labranza, cosecha, aplicación de abonos, fertilizantes y plaguicidas y transporte de productos. Pero, utilizado en condiciones inadecuadas, puede producir accidentes muy graves», advirtieron fuentes del Instituto de Seguridad y Salud Laboral (ISSL), adscrito a la citada Consejería. El riesgo más importante es el de aplastamiento por vuelcos causados por «el desplazamiento de la posición relativa del centro de gravedad del tractor».

«Los vuelcos pueden ser laterales, y de hecho son los más frecuentes, y hacia atrás. En la mayoría de accidentes, los tractores no disponen de protección ROPS, es decir arco de seguridad (bastidor) y/o cabina, y llevan algún tipo de accesorio suspendido o remolcado», indicaron en el ISSL. Entre las causas más comunes de los siniestros están «el vuelco por acercarse en exceso a desniveles en trabajos con aperos, en parcelas limitadas por taludes, incluso de menos de un metro de altura; salirse de caminos y pistas estrechos, con desniveles pronunciados en sus lados; y transitar a velocidades excesivas por caminos y pistas en pendiente descendente».

Los especialistas recordaron que hay «un elevado número de particulares que trabajan en sus parcelas o fincas», lo que refuerza la importancia de la formación. Eso sí, el Instituto de Seguridad y Salud Laboral no considera estos accidentes como siniestros laborales.

Además de tener la capacitación necesaria, conviene observar conductas responsables con la seguridad de uno mismo y con las demás personas en fincas y alrededores: jornaleros, familiares, amigos, conductores de otros vehículos en caminos rurales...

Buenas prácticas son circular respetando la distancia de seguridad cerca de desniveles, acequias, zanjas, cunetas; realizar giros amplios y reducir la velocidad, antes de tomar una curva o cambiar el sentido de la marcha; evitar la subida de pendientes acentuadas, sobre todo al transportar aperos pesados suspendidos o remolques muy cargados; y no circular sobre obstáculos o depresiones del terreno.

La Consejería organizó el pasado mes de junio unas jornadas sobre riesgos junto al sindicato Coag. En ellas, se recordó que «para garantizar la protección en caso de vuelco, es necesario que el asiento esté dotado de cinturón de seguridad y que el conductor lo lleve colocado. Este elemento le mantendrá retenido en el asiento, dentro de la zona de seguridad que ofrece la estructura antivuelco ROPS, en caso de vuelco». De lo contrario, puede ser «proyectado fuera de la zona de seguridad y quedar aplastado bajo el tractor».