Es la primera vez, al margen de algunos tímidos intentos, que alguien se decide a estudiar al detalle cuantas esculturas públicas adornan las calles, plazas y jardines de la ciudad de Murcia. Y era tanta su pasión que, al final, convirtió su querencia investigadora en una tesis doctoral. Así, Bartolomé Palazón ha logrado determinar, una a una y con no pocos problemas administrativos, el número exacto de piezas que engalanan la urbe. Todo comenzó con la catalogación de la documentación sobre la escultura pública entre los años 1900 y 2015. Aunque, ahora, su trabajo servirá para conocer el estado real del patrimonio escultórico, su nivel de conservación y las iniciativas que deben abordarse, con suma urgencia, para protegerlo.
-Por vocación, ya que la escultura es mi todo. Y por construir un inventario completo con todo el patrimonio escultórico de la ciudad, puesto que no existe ningún catalogo de dicho patrimonio artístico y con esta investigación se ha dado solución a ello.
-La investigación la he dividido en cuatro periodos relacionados con la evolución cultural, social y política de la ciudad de Murcia, estos son: comienzos del siglo XX, etapa franquista, periodo democrático y primer quindenio del siglo XXI, siendo en este último en el que más esculturas públicas se han inaugurado.
-Las esculturas las podemos localizar en cualquier sitio de la vía pública, siendo los espacios más empleados los jardines y plazas del centro histórico, además de la novedosa rotonda de circulación, teniendo su origen en Murcia con la Rotonda de los Cubos.
-La conservación es una materia pendiente en relación al mantenimiento y conservación del patrimonio escultórico de Murcia, puesto que las dos instituciones responsables de ello no disponen de ningún servicio al respecto que vele por el cuidado del patrimonio público. Un ejemplo a seguir en esta materia de conservación sobre el patrimonio escultórico sería el centro de investigación especializado en arte público Codma Nacional, de La Habana (Cuba), donde he realizado una estancia de investigación en 2016.
-Todas son importantes para comprende la evolución social, cultural y política de Murcia. Cuando te informas de su historia, te terminas enamorando de cada una; destacaría el 'Nazareno Colorao', 'La Mantis', 'Abderramán II', 'El Belluga', 'La Sardina'... ¡Todas!
-A todos los escultores y artistas plásticos que tienen una escultura en la esfera urbana de la ciudad de Murcia los considero familiares, debido a que los conozco a través de sus esculturas. Pero, entre ellos, quiero destacar a Miguel Llamas Yeste, Manuel Nicolás Almansa o Pepe Yagües, artistas que me han abierto las puertas de su casa cada vez que lo he necesitado.
-Por medio de las esculturas, podemos conocer la historia de nuestra ciudad. Por ejemplo, gracias al monumento del Rey Alfonso X el Sabio sabremos siempre que este rey regaló su corazón a nuestra ciudad. Por ello, nunca sobran esculturas, siempre faltarán testigos de nuestra historia.
-La palabra crítica me provoca pensar en formación. Y, ahora, pregunto yo: ¿Quién está preparado para realizar una crítica constructiva? Indudablemente, la crítica es un atrevimiento y solo puede emitirla una persona con formación e información del asunto. Una crítica destructiva la proyectan personas que ignoran la verdadera historia.
-Es complicado decidir qué escultura realizar, hay tantas cosas que merecen estar inmortalizadas que no sabría por dónde empezar, pero lo que sí que tengo claro es que se deberían recuperar aquellas esculturas que han sido robadas de la vía pública o destruidas y que han formado parte de nuestra historia, como, por ejemplo, las dos ecuestres de la Fica, entre otras más citadas en mi investigación.