La Comunidad aguarda la ley de desperdicio alimentario sin aplicar su norma autonómica
La Asamblea aprobó en 2013 una propuesta del PP para optimizar la recogida y reparto de excedentes que nunca llegó a materializarse
La cantidad de alimentos aptos para su consumo que acabaron en la basura volvió a crecer el pasado año tras los dos descensos consecutivos que ... siguieron a la pandemia. Las cifras del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación señalan que los españoles desechamos más de 1,2 millones de toneladas de productos alimenticios en 2023, un 1,1% más que el año anterior. Una cifra que, extrapolada a la Región de Murcia, supondría la pérdida de cerca de 39.000 toneladas. En términos económicos, la comida desperdiciada tiene un coste de cerca de «250 euros por habitante», señala la presidenta de Thader Consumo, Juana Pérez, que recuerda que a ello hay que sumar la huella medioambiental y el sinsentido social que supone.
Las últimas estadísticas publicadas por la Comisión Europea subrayan que los hogares son los principales responsables, ya que es allí donde se generan el 54% de los residuos alimentarios de la UE, mientras que el 46% restante aparece a lo largo de la cadena alimentaria. Así, el 19% corresponde a la fabricación de productos alimenticios y bebidas; el 11%, a los restaurantes y servicios de alimentación; el 8%, a la venta minorista y la distribución; y otro 8%, a la producción primaria.
A LA BASURA
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es el coste por habitante de los alimentos aptos para su consumo que acabaron en la basura en 2023 en España El 54% del desperdicio se genera en los hogares, según los datos de la Comisión Europea.
Para reducir estas cifras, el Gobierno central aprobó la ley de desperdicio alimentario que entrará en vigor, previsiblemente, en 2025 y que actualmente se encuentra en fase de negociación parlamentaria tras la presentación de casi de 300 enmiendas.
Se espera que el texto mantenga aspectos como la obligación de las empresas de contar con un plan para prevenir el desperdicio y de donar sus excedentes siempre que sea viable, algo que muchas ya realizan de forma voluntaria.
La Comunidad y los distintos actores de la cadena alimentaria en la Región aguardan el texto definitivo sin una estrategia regional contra el desperdicio más allá de las iniciativas de concienciación ciudadana y algunos proyectos puntuales con fondos europeos, pese a que hace más de diez años la Región de Murcia se dotó de una ley pionera para optimizar los excedentes. Esta fue aprobada por unanimidad en 2013 en la Asamblea Regional a propuesta del Partido Popular y establecía las líneas maestras a seguir para mejorar el aprovechamiento de los desechos alimentarios en la Comunidad. Además, recogía la creación de una Red Solidaria para el Aprovechamiento, de la que nunca se supo, porque el texto nunca se aplicó.
El Gobierno regional llegó a diseñar una aplicación informática que no vio la luz
Fuentes de la Consejería de Política Social explican que llegaron a formarse varios grupos de trabajo para coordinar las actuaciones y que el servicio de informática llegó a crear una aplicación informática para coordinar la recogida de alimentos en la cadena y su reparto a entidades sociales. Pero esta línea de trabajo se abandonó solo un año después, con la llegada de los programas estatales para el reparto de alimentos Fead y Fega , que no contemplaban ninguna actuación para el aprovechamiento de excedentes.
El presidente de Consumur, Roberto Barceló, lamenta la falta de «una política coordinada» en la Región para reducir el desperdicio entre administración e iniciativa privada y reclama la creación de «un observatorio regional con las universidades».
A la espera de la norma estatal, la actuación de la Administración regional en este ámbito se limita a las actividades de concienciación. La última campaña en este sentido se realizó en marzo con unas jornadas destinadas a medio millar de niños de Primaria, según detalla el director general de Consumo de la Comunidad, Alberto Sánchez. «Creemos que es muy importante mandar ese mensaje desde edades tempranas», apunta. En este sector de la población incide también el proyecto europeo 'GreenMe5' en el que participa el Ayuntamiento de Murcia con actividades de concienciación en seis colegios. Por otra parte, la Consejería de Política Social publicó un libro de recetas de cocina de aprovechamiento en colaboración con el Isen de Cartagena.
Sobras para llevar
Fuera del ámbito doméstico, destaca la campaña de reparto masivo de envases en la hostelería que la Dirección General de Consumo impulsó en 2021 junto a la patronal del sector, HoyTú, para fomentar la práctica en los establecimientos de preparar los alimentos que no hayan sido consumidos y entregarlos al cliente que lo desee para que pueda aprovecharlos más tarde, una medida que recogerá la futura ley nacional como una obligación para los hosteleros.
José María Rubiales, presidente de Asociación de Cafés, Bares y Afines de la Región de Murcia y gerente de la cadena de establecimientos del Parlamento Andaluz, recibe la norma con la naturalidad de quien ya la tiene integrada. «Nosotros llevamos haciéndolo 30 años –reivindica–. Nos parece estupendo». Si preparas habitualmente pedidos para llevar, no cuesta nada dar esa opción al cliente». Por su parte, la secretaria general de HoyTú, Laura Mateo, explica que el sector se encuentra a la expectativa del contenido final de la ley estatal, tras haber presentado una batería de enmiendas que tienen que ser debatidas: «Aún no sabemos exactamente cómo tendremos que actuar. Estamos a la espera».
El 'Plan B' del Banco de Alimentos del Segura
El Banco de Alimentos del Segura participa en una iniciativa estatal que ocupará el lugar que debía haber tenido la Red Solidaria para el Aprovechamiento de la ley regional de 2013. La entidad contará desde principios de 2025 con una ambiciosa plataforma informática llamada 'Plan B', que pondrá en contacto directo, de forma digital, a todos los actores de la cadena alimentaria de España y los bancos de alimentos para favorecer el aprovechamiento de los excedentes alimentarios. Allí, productores y distribuidores podrán comunicar en tiempo real la disponibilidad de alimentos que no puedan comercializar para facilitar que lleguen a las entidades sociales. José García-Galbis, presidente del Banco de Alimentos, ve en la herramienta «la gran esperanza» para paliar «la reducción del 30%» de los productos que la entidad ha podido repartir este año. José Miguel Marín, presidente de Coag, ve con buenos ojos la llegada de este proyecto para dar salida a productos ante incidencias puntuales como «la sobremaduración de fruta en el Valle del Segura de 2022 por la meteorología». En cuanto a los supermercados, el director general de Asumur, Javier Ruano, destaca la donación de 13.000 toneladas al año por parte de empresas de la Asociación Española de Distribuidores y recuerda los avances en el sector, con prácticas como la venta de productos cerca de su caducidad a precios reducidos o el desarrollo de herramientas avanzadas para calcular las necesidades de productos frescos.
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