Denuncian «falta de sensibilidad» por parte del INSS hacia las afectadas del accidente de bus de Cieza
Las doce mujeres que se manifestaron este martes para pedir «un trato humano, sensible, digno y justo en cada evaluación e inspección de cada una de las personas que sufrieron suceso»
josé luis piñero
Miércoles, 22 de junio 2016, 11:36
"Humanidad, sensibilidad, dignidad y justicia", son las cuatro palabras que el sacerdote activista, Joaquín Sánchez, aseguró este martes que los inspectores del Instituto de la Seguridad Social, deben tener con las personas que sufrieron el fatídico accidente de autobús que costó la vida a 14 personas.
Las doce mujeres, que se agruparon para reivindicar mejor trato, solicitaron de los inspectores y dirigentes del Instituto Nacional de la Seguridad Social "un trato humano, sensible, digno y justo en cada evaluación e inspección de cada una de las personas que sufrieron el accidente y que están o han estado de baja por secuelas psicológicas y físicas".
A través del portavoz de ellas, el sacerdote Joaquín Sánchez, hicieron público el trato inadecuado recibido por la inspección médica. De ahí que reivindiquen y recalquen lo que para ellas es "dignidad, sensibilidad, humanidad y justicia ante el Instituto Nacional de la Seguridad Social".
Entre las primeras actuaciones a llevar a cabo para intentar acabar con esta situación, el grupo de mujeres afectadas va a solicitar volver a entrevistarse oficialmente con la alcaldesa de Bullas, María Dolores Muñoz, para que siga apoyándolas en su reivindicación para que el INSS escuche sus peticiones, así como con el máximo dirigente en la Región de Murcia del Instituto Nacional de la Seguridad Social.
Joaquín Sánchez habló del sentimiento de las afectadas e indicó que "parece como si quisiera darles de alta de forma inmediata". Todas cuentan que tienen problemas físicos en articulaciones, cervicales, extremidades, columna. Y coinciden en sus testimonios en el gran trauma psicológico que aún pesa sobre ellas y que les impide llevar una vida normal. A eso hay que añadir el testimonio de algunas de ellas que se quejan del poco tacto por parte de los inspectores de la Seguridad Social.
Algunas de estas mujeres intentaron incorporarse a su trabajo en la fábrica sufriendo, además de los dolores físicos por no estar recuperadas del todo, el dolor psicológico de enfrentarse a la pérdida de sus compañeras que antes trabajaban allí. En este sentido, declararon no estar en condiciones físicas y psicológicas para volver a sus puestos de trabajo.