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Jorge García Badía
Sábado, 27 de junio 2015, 00:44
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No gana para disgustos. Primero pasó 73 días privado de libertad porque el Juzgado Togado Militar de La Coruña le condenó a pena de cárcel por haberle dicho «maricón» a un sargento primero de Irún, en el transcurso de una discusión ocurrida la Nochevieja de 2006. Y ahora Sergio Martínez Manzanera se ha quedado sin destino. «He aprendido a recibir leñazos», resume con ironía.
Su condena llevaba aparejada la perdida de su plaza en el cuartel de la Guardia Civil de Archena. A partir de ahora puede ser destinado a cualquier punto del país. Incluido el puesto de Irún en el que se produjo el percance con el mando que le supuso la condena y su actual baja psicológica. «El paso por la cárcel no se me ha olvidado», reconoce. Y la incertidumbre de su nueva situación no ayuda, porque reside en Cieza junto a su mujer Ana, y la pequeña Celia, de dos añitos.
Recorte en la nómina
«Voy a informarme a ver si puedo presentar un recurso, si puedo voy a patalear», avanza Sergio. De momento ha solicitado nuevo destino en Blanca, Abarán, Cieza, Pliego y también Archena. El desenlace se conocerá en septiembre, pero la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) criticó ayer que el cese de destino «se suma al excesivo castigo que ha supuesto la prisión militar». La citada condena también le está acarreando problemas económicos porque incluía una penalización en su nómina y desde enero solo está cobrando 590 euros. No volverá a recuperar su salario hasta el 31 de julio, pero al haberse quedado sin plaza en Archena acaba de perder automáticamente el complemento de destino (370 euros). «Prefiero no pensar y vivir el día a día».
Desde AUGC han habilitado una cuenta solidaria en el Santander para «ayudar económicamente en este duro trance» a la familia (0049-5150-15-2716135245). La mujer de Sergio no tiene trabajo y cada mes tienen que afrontar 610 euros de hipoteca.
«Mis compañeros me han mostrado su apoyo, están indignados». Pese al sufrimiento por el que están pasando él y su familia, no pierde la vocación que le llevó a la Guardia Civil: «No quiero jubilarme, me sigue gustando mi trabajo, a pesar de algunos mandos». El pasado jueves recibió una de las pocas buenas noticias de los últimos meses, Sergio fue homenajeado durante la asamblea anual de AUGC, en Granada.
También recibió un reconocimiento Zaida Cantera, la antaño comandante del Ejército de Tierra, y que fue acosada sexualmente por un coronel. La exmilitar le confesó que había seguido su caso y que «le parecía muy injusto».
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