Un colegio de Caravaca impide a una madre que se suba al autobús para acompañar a su hijo diabético
El CEIP La Santa Cruz defiende que solo está autorizada la presencia de padres de niños de hasta 2º de Primaria, y el alumno cursa 3º
Tres autobuses partieron ayer del colegio público de La Santa Cruz, en Caravaca de la Cruz, a la playa, en Santa Pola. En los ... vehículos viajaban alumnos y profesores dispuestos a disfrutar de una jornada de excursión. Detrás, llevaban 'coche escoba'. En su turismo particular, María Isabel Martínez seguía a la comitiva preocupada por su hijo Tomás, de 9 años, que padece una diabetes tipo 1 que obliga a un continuo control. La intención de esta madre era subirse a uno de los autobuses, pero la dirección del centro lo impidió pese a que había asientos libres.
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Puede parecer un caso anecdótico, pero no lo es. Muchos padres se enfrentan de forma cotidiana a los problemas que supone el control de la diabetes durante las excursiones escolares. María Isabel creía que su presencia podría ser una solución ante la ausencia de un enfermero escolar que pudiese hacerse cargo, pero se dio de bruces con la normativa del centro. «El Consejo Escolar aprobó hace ya mucho tiempo autorizar la presencia de los padres en este tipo de excursiones solo hasta segundo de Primaria, y este niño está en tercero», defendía ayer el director del CEIP de La Santa Cruz, Sergio López. «De manera excepcional se ha autorizado que pueda ir, pero en su propio vehículo para no generar un precedente», añadía.
La Consejería de Educación añade otro motivo: la ausencia de un seguro que pudiese cubrir a la madre en caso de que el autobús sufriese un accidente. Tanto el centro como la Consejería explican que se puso el caso en conocimiento de Salud, pero el enfermero escolar de la zona no podía abandonar su puesto durante toda la jornada, dejando desatendidos otros centros educativos, para ir a Santa Pola, que está en otra comunidad autónoma.
Un informe del pediatra
Las explicaciones no convencen a la madre, que contaba con un informe del pediatra para justificar la necesidad de que su hijo esté acompañado en todo momento por un adulto que se haga responsable del control de su diabetes. En concreto, el médico recordaba que Tomás requiere de «múltiples dosis de insulina» ante las habituales descompensaciones que sufre, y «una monitorización continua». Por eso, «precisa de acompañamiento de progenitor», señalaba el informe.
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«Mi hijo sufre muchas subidas y bajadas de glucosa, y hay que estar pendiente. Cuando está en clase lo gestiono por teléfono. Tomás no se pincha solo. Si necesita algo, me llaman y acudo. Pero no veo seguro que vaya solo en una excursión, sobre todo porque sé que va a sufrir más oscilaciones, por el sol y el calor», explica la madre. La alternativa, que Tomás se quedase en clase, habría ido en contra de su integración, recuerda.
Isabel Martínez tuvo que ir con su vehículo particular hasta Santa Pola, porque «Tomás no se pincha solo y necesita un control constante»
«No entiendo cuál es el problema para que suba al autobús. Podría haber firmado un documento excluyendo al centro de toda responsabilidad, por el tema del seguro, y el Consejo Escolar puede revisar su criterio en cualquier momento», insiste.
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María Isabel Martínez compagina el cuidado de su hijo con el de su marido, que padece leucemia. «Afortunadamente, hoy no necesita que me quede con él. Si no, ¿qué habríamos hecho?», se pregunta. Por eso, reclama la figura del enfermero escolar. Esta es una reivindicación recurrente de las asociaciones de padres de niños con diabetes o con otras patologías crónicas, a las que no convence el modelo por el que ha optado el Servicio Murciano de Salud (SMS). Los enfermeros escolares contratados por el SMS se ubican en los centros de salud y cubren habitualmente varios centros educativos de la zona. Además de atender a niños que requieran supervisión, se encargan de desarrollar programas de educación para la salud y promover hábitos de vida saludable.
Sin criterios comunes
Educación subraya que es el Consejo Escolar de cada centro el órgano encargado de determinar las normas. En este sentido, no hay un criterio único en toda la Región. «Hemos hecho todas las gestiones posibles para que a este alumno pudiese acompañarle una enfermera escolar, pero no ha sido posible», insisten fuentes de este departamento.
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Adirmu denuncia «la falta de atención sanitaria»
La gerente de la Asociación Murciana para el Cuidado de la Diabetes (Adirmu), Silvia Serrano, considera que el caso de Isabel Martínez y su hijo refleja que hay niños «huérfanos de atención sanitaria». El modelo de Enfermería escolar desarrollado por el Servicio Murciano de Salud, con un profesional para cubrir varios centros educativos, es considerado insuficiente por Adirmu. «Educación debería preocuparse porque estos niños estén atendidos durante todo el horario escolar. Que un alumno no pueda ir a una excursión porque no hay nadie para atenderle es lo contrario a la integración», lamenta Silvia Serrano. La gerente de Adirmu reclama, además, criterios comunes en el sistema educativo.
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