Los vecinos del centro de Murcia proponen que los locales de ocio más ruidosos salgan del casco urbano
La Asociación No Más Ruido recuerda que muchos pubs y bares con música se abren en zonas que han sido siempre residenciales
Organizar el ocio nocturno y, con ello, aprovechar para sacar del centro de la ciudad y de las zonas residenciales los establecimientos más ruidosos. ... Esa es la propuesta que plantea la Asociación No Más Ruido de Murcia, que lleva luchando desde hace años por el derecho al descanso de los vecinos que tienen en sus calles y barrios este tipo de establecimientos hosteleros. «Se podrían destinar determinadas zonas a bares y cafeterías cuyo horario de cierre sea razonable, como, por ejemplo, las 2 de la madrugada; los locales con una actividad que se prolonga hasta bien entrada la madrugada deben salir de los barrios y ubicarse donde no molestan», apuntó el presidente de este colectivo, Pedro Pérez Piernas.
Argumentó que eso se había conseguido en Murcia hace pocos años con la zona de las Atalayas, donde se concentraban los locales que cerraban más tarde. «Pero el Ayuntamiento lo hundió cuando permitió que en el centro de la ciudad muchos establecimientos ampliaran horarios. ¿Quién se iba a ir entonces a Atalayas?», dijo, e insistió en que «es una trampa hablar de zonas de ocio en el casco urbano; siempre han sido residenciales».
No Más Ruido de Murcia solicitó ayer mediante un escrito al alcalde José Antonio Serrano «la adopción de medidas eficaces para evitar en consumo de alcohol en la vía pública, sea en calles o plazas en los que existen bares y pubs, sea en otros espacios donde se realizan botellones». De esta forma, se hizo eco de las quejas de vecinos de Santa Eulalia por ruidos hasta altas horas de la madrugada que les impide dormir y de las que se hizo eco LA VERDAD.
Los ciudadanos reclaman al alcalde «medidas eficaces» contra el consumo de alcohol en la vía pública
Y Pérez, al igual que los vecinos afectados en Santa Eulalia y en otros barrios como el del ZigZag o Centrofama, o «en general en toda la ciudad», no solo lamenta el ruido excesivo. «Lo peor es cuando comienzan las broncas y las peleas e incluso la basura que generan en las calles; y no hay forma de que los responsables políticos se lo tomen en serio, sea quien sea que esté gobernando». Tampoco les vale a los vecinos que no se actúe donde se sabe que hay un problema alegando que no se han recibido denuncias: «Es la política del avestruz».
«Lo que está ocurriendo ahora con el consumo de alcohol y el traslado del ocio a la calle, y que se ha incrementado por la pandemia, son comportamientos fruto de una actitud condescendiente cuando no complaciente, desde hace ya muchos años, con las reuniones públicas para consumir alcohol y con los incumplimientos de todo tipo de normas», destacó Pérez Piernas, refiriéndose a fiestas como el Entierro de la Sardina, el Bando de la Huerta, e incluso la Navidad.
Los hosteleros apuestan por una 'policía de ocio' que colabore con ellos para dispersar a los clientes tras el cierre de los locales
Como soluciones, la asociación propone una distancia «suficiente» entre establecimientos hosteleros; limitar o reducir el número de mesas de terraza «para evitar que nuestras calles y plazas se conviertan en merenderos y bebederos, y que descienda el nivel de ruidos». Una tercera propuesta es el «control riguroso» de la limitación del consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública salvo en locales con autorización para terraza; la prohibición total de las barras en la vía pública; la obligación de cierre de comercios que vendan alcohol, entre las 22 y las 9 horas; tipificar como infracción grave que los clientes saquen sus consumiciones fuera del local o de la terraza, «infracción de la que serán responsables tanto el cliente como el titular del establecimiento, salvo que este haya denunciado que el cliente no hace caso», y «elevación sustancial» del importe de la sanción por consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, como ya pasa en otras administraciones españolas.
«Los hosteleros pueden colaborar en todo momento en mejorar la situación, así como las distintas concejalías competentes y asociaciones que luchan, por ejemplo, contra las drogodependencias; de defensa de la infancia y de la adolescencia; e incluso de la sanidad; a todos nos atañe», concluyó Pérez Piernas.
Apoyo del sector
Los hosteleros recogen el guante. El presidente de HoyTú, Jesús Jiménez, subrayó que los empresarios del sector siempre han estado dispuestos a colaborar «y plantear iniciativas» que permitan la convivencia «del ocio responsable» con el descanso vecinal. «Desde el principio de la desescalada denunciamos el incremento de botellones generalizados por toda la ciudad, con el consiguiente aumento de los ruidos en las calles», comentó Jiménez, añadiendo que era complicado diferenciar entre lo que era un botellón y la responsabilidad del local.
Jiménez recordó que hace años reclamaron la creación de una 'policía de ocio' (que vuelven a pedir) que colaborase con el sector en la dispersión de los clientes cuando se cierre el local. «Pero con la pandemia se ha fomentado la reunión de personas fuera de la hostelería y cada vez es más difícil gestionarlo».
Un refuerzo de la vigilancia policial de jueves a sábado
Habrá un dispositivo especial de vigilancia policial a partir de mañana jueves. El Ayuntamiento de Murcia informó ayer de que la Concejalía de Seguridad Ciudadana pondrá en marcha, de jueves a sábado, un equipo especial de agentes de la Policía Local que recorrerá a pie las zonas de concentración de bares en el casco urbano «con el fin de resolver esta problemática», en referencia a la aglomeración de clientes en la vía pública tras el cierre de los establecimientos. Paralelamente, la Concejalía de Urbanismo está trabajando en la ampliación del mapa del ruido municipal, que ya tiene fijadas las zonas del casco urbano, y que incluirá las áreas perimetrales donde también hay bares. El edil Andrés Guerrero explicó que «debemos tener una visión clara de la estructura del ruido y saber de qué fuentes proviene, si del tráfico, de las obras en las calles o del ocio».
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