Historia de los siete puentes que vertebran Murcia
Desde El Malecón hasta La Fica, las pasarelas que cruzan el río Segura, como la del recién fallecido Manterola, son un reflejo de la evolución urbana y social
Símbolo de unión, expansión y progreso. Los puentes que atraviesan el río a su paso por Murcia no solo son infraestructuras que permiten conectar los dos márgenes del Segura. La construcción de cada uno de estos elementos arquitectónicos marca el ritmo de la transformación de la ciudad en la historia de la mano de la evolución experimentada por la sociedad.
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Con el río como eje principal del desarrollo de la urbe, desde el Malecón hasta La Fica son siete las plataformas que han visto la luz entre 1840 y 1999 y que permiten cruzar de un lado a otro la capital de la Región. Vértebras salpicadas en un recorrido de unos 2 kilómetros que acercan las orillas del icono natural más representativo del tramo urbano de Murcia y entre las que destaca la obra del ingeniero de Caminos, fallecido el pasado domingo 12, Javier Manterola.
«Los márgenes de los ríos acogieron los primeros asentamientos. Por eso, la historia de las ciudades está ligada a ellos», destaca Juan Pedro Sanz, vicedecano del Colegio de Arquitectos de la Región. «El puente no es solo un mecanismo funcional, ya que alrededor de él se crean elementos que lo convierten en hito urbano».
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Arquitectura de autor
La icónica Pasarela del Malecón -conocida como Pasarela Manterola por el apellido de su creador, recientemente fallecido- se inauguró en 1997. Una época en la que predominaba la «arquitectura de espectáculo de autor», según Sanz, quien resalta que la obra en sí ya es una escultura. Quizá por ese componente artístico que aportó a Murcia el reconocido ingeniero de Caminos Javier Manterola, esta plataforma peatonal de acero es uno de los lugares más fotografiados por murcianos y visitantes.
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El más antiguo y único BIC
Además de ser el más antiguo, el Puente Viejo o de los Peligros es el único declarado Bien de Interés Cultural (BIC). En el viaducto de piedra conviven peatones y vehículos, a pesar del intento fallido de cerrarlo al tráfico privado que llevó a cabo el anterior equipo de gobierno hace un año. La medida cayó como un jarro de agua fría entre vecinos y comerciantes del barrio del Carmen. Fue en julio del año pasado cuando se produjo su reapertura, coincidiendo con la vuelta del alcalde José Ballesta a la Glorieta. Técnicamente, es un claro ejemplo de arquitectura civil barroca del siglo XVIII.
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Solución al tráfico
En 1970 se estrenó la Pasarela Miguel Caballero, ubicada frente al instituto Licenciado Francisco Cascales. Un puente de hormigón armado «meramente funcional». El arquitecto Sanz explica que su construcción coincidió con la proliferación del uso del automóvil. «La ciudad se empezó a llenar de coches y el puente se hizo para resolver la movilidad rodada entre los márgenes del río Segura».
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Moda de Eiffel
La estética del Puente de Hierro -también llamado Nuevo para no confundirlo con el Viejo- es un claro reflejo de la influencia del ingeniero francés Alexandre Gustave Eiffel en la época, padre de la torre que lleva su nombre. En trámite para ser declarado BIC, pasaron 13 años hasta que acabaron las obras y se inauguró en 1902. La infraestructura, cuyo uso es exclusivamente peatonal desde 2021, «acercó la huerta a la ciudad», como cuenta Antonio Botías, cronista oficial de Murcia.
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Modernidad y diseño
El Puente del Hospital o de Calatrava es otro ejemplo de la apuesta por el elemento geométrico y la sinceridad estructural que «aporta singularidad y carácter al 'skyline' del río a su paso por la ciudad». Aunque se levantó en 1973, fue remodelado en 1999 por el arquitecto e ingeniero valenciano Santiago Calatrava. Hecho a base de acero y hormigón armado, el paso que une los barrios del Infante y Vistabella fue peatonalizado -desdoblando la circulación de vehículos con la construcción de dos nuevos puentes gemelos- y convertido en un símbolo de modernidad y diseño.
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Suelo problemático
La pasarela peatonal Jorge Manrique -denominada de Vistabella- también es obra de Santiago Calatrava. Construida a base de acero y vidrio, este emblema arquitectónico de Murcia fue inaugurado en 1999 y supuso un quebradero de cabeza para el Ayuntamiento, cuyo alcalde en aquella época era Miguel Ángel Cámara. Sus delicadas losas de cristal no solo sufrieron desperfectos, sino que provocaron muchos resbalones entre viandantes y las arcas municipales tuvieron que asumir constantes reparaciones hasta que el suelo fue sustituido por un nuevo pavimento de resina antideslizante.
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Avance técnico
El Puente de la Feria o de La Fica fue impulsado por el Ministerio de Obras Públicas para planificar el crecimiento de la ciudad y favorecer su desarrollo económico. Inaugurado en 1969, es el tercero en antigüedad de los siete que atraviesan la capital.
Una obra arquitectónica que en su día fue novedosa, ya que se llevó a cabo base de hormigón pretensado con barras de acero, lo que supuso un gran avance técnico en la época. Se trata de la infraestructura con mayor capacidad para albergar tráfico rodado que cruza de un lado a otro del río Segura.
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