El sector hotelero de Murcia echa de menos el tirón de los conciertos del verano pasado
Espera unas cifras de negocio inferiores a las del último estío, en el que los directos de Iron Maiden y Rod Stewart animaron la ocupación
Unas cifras de negocio similares a las del año pasado o, en todo caso, un poco por debajo a las registradas en 2023. Esas ... son las previsiones de los hoteleros murcianos de cara al periodo veraniego que ahora arranca y que ha sido considerado históricamente en esta plaza como temporada baja. Ha sido la aparición en los últimos años de nuevos ciclos de conciertos y la potenciación de los ya existentes lo que ha permitido encontrar rentabilidad en una época estival que todavía trae a la mente del vecino las imágenes de una ciudad semidesierta. Esta tendencia al alza, interrumpida abruptamente por la irrupción de la pandemia, se retomó con fuerza el año pasado. Sin embargo, los eventos programados para este verano parecen no estar teniendo el mismo tirón a nivel de reservas hoteleras.
Fueron dos eventos diferenciales los que tiraron especialmente de las cifras de visitantes y que, por el momento, no han encontrado en el calendario de este año una réplica acorde. Destacó, así, con letras doradas el nombre de la que muchos consideran la banda de heavy metal más grande de la historia, Iron Maiden. «Colgaron el cartel de completo en todos los hoteles de la ciudad y con un muy buen precio medio de habitación», explica Felipe Saldaña, presidente de la Asociación de Hoteles y Alojamientos Turísticos de Murcia (Ashomur).
Los ingredientes para lograr ese éxito de ocupación fueron claros: una banda de talla mundial con un montaje de gran formato, un público fiel –el rockero– dispuesto a pagar el elevado precio actual de una entrada de concierto, un recinto de gran capacidad –el estadio 'Nueva Condomina'– y una fecha de carácter exclusivo, ya que los británicos únicamente contaron con dos paradas más en España durante dicho verano, en Barcelona y Bilbao.
Solo la 'boyband' de los 90 Take That está generando por el momento algo de movimiento, que se dejó notar también con Estopa
De hecho, la ubicación geográfica de estas ayudó a que todo el público de la zona sur de la Península apostara por desplazarse a la capital del Segura. No obstante, hay que recordar que la programación de este espectáculo no se financió exclusivamente con fondos privados, ya que el Ayuntamiento aportó una subvención de 90.000 euros, la cual, según el concejal de Turismo, Comercio y Consumo, Jesús Pacheco, posibilitó un retorno para la ciudad de 7,1 millones, cifra que supone más de la mitad del impacto económico de todas las citas musicales del pasado verano.
El otro gran concierto que generó bastante repercusión a nivel de alojamiento fue el directo que ofreció Rod Stewart, que paró el verano pasado en Madrid, Marbella, Sancti Petri (Cádiz) y en la plaza de toros de Murcia, donde logró congregar a un buen número de británicos residentes o veraneantes en la costa levantina que no tuvieron reparos en hacer noche en la capital de la Región para ver al viejo rockero londinense, según destaca Saldaña.
Eventos sin exclusividad
No han levantado la misma expectación entre los no residentes en la Región las grandes apuestas para este año del ciclo Murcia On, entre las que se encuentran Luis Miguel, Ricky Martin, Tom Jones o Take That. «Los dos primeros ofrecen giras con bastantes fechas en España, por lo que no fuerzan tantos desplazamientos a Murcia; solo parece estar generando algo de movimiento la 'boyband' de los 90, pero no con la misma ocupación ni precios que Iron Maiden», subraya. «Tampoco hemos notado una mayor demanda con Raphael, que actúa mañana, algo que en cambio y a muy última hora –como ocurre generalmente en la capital murciana–, sí notamos en el caso de Estopa, que nos movió entre el 15% y el 20% de la ocupación de los establecimientos del centro», apostilla el representante de los hoteleros murcianos.
Recuerda Saldaña que el mejor fin de semana del año para los alojamientos turísticos de la ciudad sigue siendo el de la celebración del festival Warm Up, donde se alcanza el lleno total. Fuera de ahí, solo los eventos diferenciales animan el posterior desierto estival.
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