Los retrasos en la aprobación del presupuesto impiden que se puedan ejecutar inversiones

Las pegas de la oposición al proyecto dieron mucho de sí, pero finalmente el PP logró salvar este trámite en el Pleno de julio. Fue gracias a la abstención del PSOE, que previamente vivió un harakiri interno, con el abandono del exportavoz municipal, José Ignacio Gras, decepcionado porque la mayoría de agrupaciones socialistas le exigían arañar más dinero para las juntas municipales pese a que había conseguido incrementar notablemente sus fondos. La ejecutiva de González Tovar no le echó un capote y se empeñó en que al menos se llegara al 8% del presupuesto para gestión directa de las pedanías, para lo que el propio secretario general, dejando a un lado a Gras, negoció en un hotel con el alcalde Ballesta hasta cerrar un acuerdo con un movimiento de ajedrez. Gras dimitió poco después, con el grupo enfrentado, recordando que en esencia el acuerdo era el mismo que el suyo y que lo que él había conseguido era mejorar la capacidad y la autonomía de las juntas.

El capítulo de gasto corriente del presupuesto municipal de 2017 está operativo, pero no así el de inversiones, ya que depende de las operaciones de crédito -25,5 millones de euros solicita el Ayuntamiento- para financiarlas, y todavía no se ha completado ese trámite. El pasado lunes se abrieron las ofertas y el servicio de Planificación Económica tiene que informar sobre ellas, y todavía hay que esperar a un informe de Intervención y aprobarlo en junta de gobierno. «La práctica totalidad de las inversiones se van a trasladar al ejercicio 2018», apunta Martínez-Oliva, que explica que las actuaciones que se han realizado este año son con cargo a remanentes de tesorería de ejercicios anteriores. En el caso de las juntas de barrios y pedanías, las concejalías de Descentralización y Hacienda llegaron a un acuerdo para que pudieran financiar un 20% de las inversiones que les corresponden con gasto corriente «para que no se viera paralizada su capacidad inversora». «Estamos en una situación normal como consecuencia de una anormalidad como fue la aprobación del presupuesto en julio, que lo retrasó todo», apuntó el titular de Hacienda, que lamenta el intento de la oposición de bloquear la actividad municipal.

Quejas de los pedáneos

Las juntas vecinales, según los pedáneos consultados por esta Redacción, están sufriendo las consecuencias. En la mayoría de casos no van a poder ejecutar proyectos de inversión antes del 20 de diciembre, día límite. Solo aquellas actuaciones de cuantía inferior a 5.000 euros, que no requieren la redacción de proyecto, ya que en caso de importes superiores se encuentran con un atasco y con los cuatro meses que, como mínimo, se lleva el proceso de contratación por concurso. Según el edil de Descentralización, José Guillén, uno de los aciertos es que cada junta dispone de un presupuesto propio y lo que no se gasta en un ejercicio se pasa al próximo, de modo que ese dinero no se va a perder. Las juntas municipales tampoco han podido realizar este año convocatoria de subvenciones, concediéndose de forma directa.