La rehabilitación se centra en el frente sur del promontorio del castillo; en la imagen, la zona preparada para la grúa. VICENTE VICÉNS / AGM

La restauración del castillo de Monteagudo arranca tras blindarse la seguridad de las obras

Los técnicos esperan que los trabajos para rellenar grietas y reponer elementos desprendidos en la cara sur concluyan a finales de año

Lunes, 4 de julio 2022, 02:03

Cuatro metros de altura, 65 y 75 metros de longitud y los anclajes a cuatro metros de profundidad sujetos sobre roca. Esas son las ... medidas más destacadas de las dos mallas metálicas de grandes dimensiones que se han colocado en el camino de acceso al castillo de Monteagudo y que protegerán a los visitantes (y a la pedanía) de desprendimientos. Estas actuaciones forman parte de la primera fase de los trabajos de rehabilitación de la fortaleza que en su cara sur acomete el Ministerio de Cultura, su propietario, desde hace cuatro meses.

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Aunque ya se ha llegado al ecuador en el calendario proyectado (ocho meses en total) las obras estuvieron paradas en dos ocasiones por espacio de unas cuatro semanas cada una, por lo que el proyecto que estaba previsto concluir en octubre terminará a finales de año.

«Uno de los parones fue por un problema burocrático entre el Ministerio y el Ayuntamiento de Murcia, y el otro porque hallamos unos restos al excavar para poner la plataforma para la grúa que necesitamos para realizar la rehabilitación del castillo», explicó el director de la obra, Francisco Sánchez Medrano.

El arquitecto trabaja codo con codo en la ejecución del proyecto, en el que Cultura va a invertir casi un millón de euros, con la especialista en restauración Pilar Vallalta, y con la jefa y el director general de la obra de la UTE Castillo de Monteagudo ganadora del concurso, María José Serrano y Francisco Ibarra (de Patrimonio Inteligente y Tudmir, respectivamente). Todos, resalta Sánchez, son de la Región de Murcia.

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Malla metálica protectora contra los desprendimientos de rocas. VICENTE VICÉNS / AGM

«En la instalación de esta barrera dinámica de protección hemos trabajado un par de meses y no ha sido fácil; los obreros han necesitado arneses por seguridad», comentó, añadiendo que se han encontrado con dos tipos de veta de roca, siendo la gris la más dura de picar, mientras que ha sido más fácil trabajar con la marrón/amarillenta. «Todo lo que no es roca se ha hecho con excavación arqueológica con pala».

Una vez concluida esta fase, ahora están inmersos en la segunda y última, la restauración propiamente dicha de las partes del castillo de esta cara sur que están deteriorados. Hay que rellenar huecos, grietas y fisuras y consolidar con hormigones de cal los muros del castillo del recinto superior, donde se levanta el Sagrado Corazón. «Las 'lagunas' con falta de material son muy antiguas», apuntó Vallalta.

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«La colocación de la plataforma para instalar la grúa de 200 toneladas marca el cambio de orientación del proyecto, en el que además de restaurar los muros se va a dejar preparada la infraestructura necesaria para que puedan realizarse visitas guiadas mientras se ejecuta la segunda fase de la rehabilitación del castillo, cuyo proyecto el Ministerio no ha sacado aún a concurso», señaló Sánchez Medrano.

Cuando llegue la grúa de grandes dimensiones se subirán los materiales a la zona superior y se trabajará en la restauración en una plataforma colgante a 90 metros de altura y con andamios.

El director de obra lanzó un aviso a quienes suban hasta el lugar sin autorización: «Hay un sistema de protección de la obra con cámaras por todo el lugar, y cualquier movimiento y entrada queda registrado».

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Restos de un recinto para acoger a los peregrinos del vía crucis

Uno de los dos parones en las obras se produjo cuando en las excavaciones para colocar la plataforma de la grúa de grandes dimensiones se encontraron restos de un recinto o edificación. Había que descartar que tuvieran interés arqueológico. Tras el estudio de la arqueóloga del Ayuntamiento y de la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma, se determinó que se trataba de muros y otros elementos de principios del siglo XX de lo que pudo ser un recinto o inmueble de acogida para los peregrinos que realizaban el vía crucis, cuyo destino final era el Cristo de Monteagudo. «Al bombardear la zona durante la Guerra Civil, quedaron bajo las piedras y eso es lo que ha salido ahora a la superficie», apuntó la restauradora Pilar Vallalta. Por tanto, son restos modernos y sin valor cultural, lo que ha permitido seguir adelante con las obras.

«Ya estamos trabajando con roca y no esperamos encontrar ningún otro resto que presente dudas sobre su procedencia e importancia arqueológica», concluyó Francisco Sánchez Medrano.

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