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Técnicos de la empresa MSF Werken en los talleres de Pozo Estrecho donde se ha fabricado la nueva compuerta que se instalará en el río en la presa de La Fica. Antonio Gil / AGM

Una nueva compuerta permitirá calcular con exactitud el caudal del río

El artilugio, fabricado en la Región, se instalará en las próximas semanas y evitará que se acumulen los sedimentos en torno al recinto de La Fica

Manuel Madrid

Murcia

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Lunes, 4 de septiembre 2017, 07:35

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Durante el mes de octubre quedará instalada en el cauce del río Segura, a la altura de La Fica, una nueva compuerta que ha sido fabricada en el taller MSF Werken de Pozo Estrecho (Cartagena), un proyecto que se remonta a hace cinco años y que, por fin, tras numerosos avatares, será una realidad para el otoño. El padre de la 'criatura' es el ingeniero Juan Antonio Cánovas, que desde hace tres meses ostenta el cargo de jefe de área de gestión del Trasvase Tajo-Segura. «La compuerta que existe es un verdadero desastre. Es vieja, funciona con cadenas y motores eléctricos, pero no se puede accionar. Entonces, hace 60 años, sería novedosa, pero hoy está obsoleta y no abre completamente». La que hay instalada es del tiempo del encauzamiento del río y es de tajadera, que sube y baja, «y lo que queremos es que la nueva abra hasta el fondo».

«Hay que pensar que debe estar preparada para que puedan pasar 300 metros cúbicos por segundo»

En la presa de La Fica se cimentó en su día un canal de aguas bajas de hormigón. Pero todo alrededor es de tierra. Para darle rigidez a los muros se construyeron cada 20 metros unos rastreles de hormigón. Todo eso está hoy enterrado bajo el fango, porque el nivel de sedimentos en esta parte es notable, pese al dragado que se realizó en 2014. Eso es lo que se denomina la cota 35. La compuerta que hay actualmente no es capaz de abrir más, por lo que esa zona es, en realidad, como un embalse muerto, donde se van depositando sedimentos. «Pese a la labor de dragado, dentro de 10 años, si no hacemos nada, volverá a estar igual que estaba con sus fangos y cañas».

  • 1,9 millones de euros es el coste del proyecto que se está ejecutando en el río en este momento Forma parte de las obras de urgencia del Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente tras la última riada de diciembre. Incluye la limpieza de cañas y sedimentos entre el puente de la Autovía y Manterola y entre este y La Fica.

Un «trasto viejo»

Esta semana ha llovido en Murcia, «y hemos echado de menos», según reconoce Cánovas, «una compuerta que pudiera abrir hasta más abajo, porque si la hubiera el mismo agua se iba a llevar todos esos sedimentos y los iba a ir depositando a orillas del cauce pero aguas abajo».

El objetivo primordial, incide el ingeniero, es evitar la deposición de limos y poder tener una compuerta que abra hasta esa cota 35 donde están los rastrillos de hormigón y aprovechar las lluvias para que arrastren a su paso los sedimentos, «y evitar obras tan complicadas como el dragado». Ese «trasto viejo» que hay hoy en La Fica es, en realidad, un tapón en el río. Y ya se ha intentado bajar la actual, pero ha sido imposible porque las cadenas están rotas y los motores, oxidados. Lo que está ahora en el taller es una compuerta de 8 metros de ancho y 4,25 metros de alto, y está hecha en acero. «Eso no es todo el cauce. De hecho, en esa parte el río se estrecha. Y hay que construir una cimentación importante para poder anclarla». De esos 4,25 metros de alto, solo 1,80 metros corresponden a la hoja que se abre y cierra, mientras que los otros 2,45 metros son de anclaje a la cimentación. «Hay que pensar que hay que prepararla para que pasen por ahí 300 metros cúbicos por segundo, con la fuerza que tiene el agua». Esta instalación se puede monitorizar y telemandar desde el cuartel general de la CHS. Podrá tener cualquier grado de apertura. «Además, seremos capaces de medir la lámina de agua que está vertiendo por encima de la compuerta, y estamos diseñando un software que transforma el grado de apertura y la lámina de agua que le cae por encima en el caudal que realmente está pasando por Murcia. Es la primera vez que vamos a saber con precisión el caudal que pasa porque el sistema que tenemos hoy nos lo dice más o menos».

«Hacemos milagros»

La compuerta cuenta con dos botellas que quedan enterradas debajo de los vástagos cuando se baje el artilugio. «Pero eso no sabemos todavía cómo va a funcionar, porque esas botellas son estancas, pero necesitan un mantenimiento, y es más fácil mantenerlas al aire que enterradas. El sistema que hemos diseñado cuando queden enterradas creemos que va a funcionar, pero por si acaso no funcionase la estructura, la compuerta y las botellas lo hemos concebido de manera que si dentro de dos o tres años nos damos cuenta de que es muy difícil su mantenimiento, la cimentación y todo está pensando para que sea muy sencillo desmontar las botellas de abajo y ponerlas por arriba. Ese desmontaje y montaje costaría menos de 5.000 euros. Estamos haciendo cosas que no se han hecho en ningún sitio». ¿Por qué?, cabría preguntarse. El jefe de gestión del Tajo-Segura explica que en Murcia pasa poca agua y hay que remansarla para darle mejor apariencia y que no se formen olores. «Es difícil encontrar un río con este problema», apunta.

«Al final el agua que pasa es la que hay. Tenemos un río que para mi gusto es muy bonito para la poca agua que circula. Y aún así es posible, y así lo hemos visto, hacer pruebas de natación y de piragüismo, y concursos de pesca. Hacemos milagros con el poco caudal que tenemos. Y esto no es habitual. Hay otras compuertas abatibles y con las compuertas abajo en el Genil, por ejemplo, pero allí han construido galerías visitables desde las que mantienen esas botellas. Eso en Murcia no se nos ocurre».

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