Luz verde a la restauración de la casa torre de Almodóvar en Murcia

Ejemplo de la mejor arquitectura señorial de la huerta de Murcia, la casa torre de Almodóvar, en Los Ramos, afronta una nueva etapa en su larga historia. La restauración integral de la construcción, del siglo XVIII, acaba de recibir luz verde después de dos años enredada en la maraña burocrática, lo que da cuenta de lo complicado que resulta en la mayoría de los casos salvar de la ruina el patrimonio. Tras un sinfín de trámites, el inicio de los trabajos solo está pendiente de actualizar el presupuesto de los diferentes trabajos que aparecen en el proyecto original, que data de junio de 2021. La inversión puede rondar los 400.000 euros

El inmueble, protegido como Bien de Interés Cultural (BIC), será sometido a una profunda rehabilitación con dos objetivos principales: acabar con los problemas de humedades y acondicionar el interior. La intención de la propietaria es recuperar el edificio como lugar de descanso para la familia, que reside en Madrid. Torre de Almodóvar, rodeada de un vergel de limoneros, ha pertenecido desde siempre a la misma saga, dueña también del palacio con el mismo nombre en la céntrica plaza de Santo Domingo hasta su compra hace cuatro años por la división inmobiliaria del Grupo Fuertes.

Jorge Esquer Ortín, el arquitecto responsable de las obras, explica que el aspecto exterior de la histórica mansión «no cambiará». Para poner freno a los problemas de humedades, está previsto abrir una zanja perimetral, y en el interior será necesario renovar forjados y cubiertas para acabar con las goteras. Se emplearán técnicas tradicionales y los mismos materiales que presenta ahora la construcción, con el fin de no romper con su estética. Las estancias sufrirán una redistribución a fin de ganar habitabilidad y comodidad para los inquilinos. En este sentido, se renovará el sistema eléctrico, la fontanería y la red de saneamiento y agua potable. El escudo nobiliario de la familia Santa Cruz que campa en la fachada será sometido a una limpieza para eliminar las impurezas que ha ido acumulando a lo largo del tiempo.

Este tipo de edificaciones típicas de la huerta hunden sus cimientos en la ocupación castellana del Reino de Murcia en el siglo XIII. Pese a su singularidad, el deterioro ha hecho mella, como muestra el abandono de Torre Falcón, Alcayna y Los Castaños. Colectivos como Huermur y Bicihuerta y entidades como la Academia de Bellas Artes de Santa María de la Arrixaca han lamentado en varias ocasiones las trabas burocráticas con las que se encuentran los promotores de proyectos como el de Torre Almodóvar. Y reivindican líneas de ayudas por parte de la Administración que faciliten la recuperación del patrimonio cultural que está en manos privadas.