Un jardín ocupará la parcela liberada por el cierre del parking ubicado tras La Arrixaca
Después de casi un lustro de pleitos, el Consistorio recupera el uso del terreno, cuya propiedad adquirió al aprobarse la urbanización Montevida
«Estimados clientes, este aparcamiento ha cesado su actividad por orden del Ayuntamiento de Murcia». Así arrancaba el mensaje escrito en rojo sobre una lona ... colocada en la verja exterior del parking público descubierto ubicado a la espalda del Hospital Virgen de la Arrixaca, junto al polideportivo municipal de El Palmar. Tras años de litigios con el Consistorio, la empresa que explotaba las instalaciones se ha visto obligada al cese de la actividad tras agotar todas las vías legales posibles sin obtener resolución favorable alguna.
El cierre permitirá a los vecinos el disfrute de una nueva zona verde de 7.200 metros cuadrados en un entorno que precisará del incremento de estos espacios con el desarrollo de la urbanización Montevida, promovida por Profusa, y con el reciente estreno de las nuevas instalaciones del Campus de la Salud de la Universidad de Murcia. No obstante, para ello será preciso acometer un nuevo jardín que el gobierno municipal espera iniciar –o al menos dejar encarrilado– antes del final de legislatura, según confirmó a LA VERDAD el vicealcalde y concejal de Infraestructuras, Contratación y Fomento, Mario Gómez, aunque sin dar fechas concretas. Para su diseño se pondrá en marcha un proceso participativo, de la mano de la Junta Municipal, con el fin de determinar las necesidades de la zona, así como los juegos e instalaciones que podría albergar.
La duda es cuál será el uso que se dará al espacio ocupado hasta ahora por el parking hasta que se inicie dicho proyecto. Una de las opciones, confirma Gómez, podría ser la de retirar el vallado perimetral y aprovechar la delimitación existente de las diferentes plazas de aparcamiento para su uso provisional y gratuito. Esta opción, que podría parecer «lógica», según Gómez, no está exenta, sin embargo, de inconvenientes que la hacen «desaconsejable».
Las instalaciones venían siendo explotadas en virtud de un contrato de alquiler suscrito con Profusa, la anterior dueña del terreno
«Se estudiarán las diferentes posibilidades antes de descartarla, pero, pese a las buenas intenciones, la reapertura de las instalaciones como aparcamiento gratuito puede generar un problema añadido con la atracción de más gorrillas a la zona», defiende el responsable de Fomento, más partidario de comenzar a darle ese uso lúdico y de esparcimiento que tendrá en uno futuro. «Quizás una opción podría ser, por ejemplo, la de pintar unas nuevas líneas y colocar unas canastas», añadió Gómez.
Desalojo y desmontaje
Como es lógico, esta actuación no ha dejado conformes a los hasta ahora gestores del aparcamiento, que consideran que se ha cometido una «injusticia» con ellos y que abogaban por otras soluciones que hubieran permitido mantener la actividad y los puestos de trabajo sin renunciar al citado jardín, tal y como ya apuntaban en la misma pancarta colocada estos días a la entrada de las instalaciones y cuyo desmontaje se inició ayer, con el plazo dado por el Consistorio ya concluido.
«Llevábamos 17 años prestando el servicio, gracias a un contrato de alquiler indefinido suscrito con Profusa –promotora perteneciente al Grupo Fuertes–, propietaria entonces de estos terrenos», explica Alejandro Mena, administrador de Apa Confer, empresa que explotaba hasta ahora el aparcamiento. Sus problemas empezaron, sin embargo, en 2012, en la época del gobierno de Miguel Ángel Cámara, con la aprobación definitiva del proyecto de reparcelación de la urbanización Montevida, por el cual esta parcela pasaba a ser propiedad municipal con carácter de zona verde. «No se nos informó de esta operación y se transmitió la propiedad con cargas y un negocio en funcionamiento», asegura al respecto Mena. Fuentes de Urbanismo replican que la licencia de actividad concedida es su día tenía naturaleza provisional y estaba «condicionada al futuro desarrollo urbanístico de la zona, algo que aceptó la empresa, renunciando incluso a ser indemnizada cuando se requiriera el uso». Incluso alegan que esta actividad estaba siendo ejercida por «una sociedad distinta a la autorizada inicialmente».
De hecho, sobre este extremo ha versado la lucha judicial mantenida durante casi un lustro, desde el primer gobierno de José Ballesta, y que acabó en el Tribunal Supremo, con un recurso de casación inadmitido recientemente. Finalmente, y con una resolución en firme, hace más de un mes se requirió el desalojo iniciado ayer.
«Propusimos soterrar el aparcamiento para mantener los empleos»
Alejandro Mena, administrador de Apa Confer, lamenta especialmente la pérdida de empleo que supone el cierre del aparcamiento. «Hemos tenido que despedir a siete trabajadores, un padre y un hijo incluidos», explica, asegurando que se formuló una propuesta tanto a los gobiernos anteriores como al actual para evitar este extremo. «Llegamos a presentar al Ayuntamiento un proyecto elaborado por un estudio de arquitectos para soterrar el parking con apenas una planta y las mismas plazas, de forma que se pudiera acometer el jardín en superficie, incluso por la empresa que ganara el concurso, de forma que se pudiera subrogar a los trabajadores», añade. El vicealcalde Gómez defiende, no obstante, que la oferta de aparcamiento en la zona está cubierta con el parking del área comercial del hospital y el de Urbamusa, de gestión pública. «El primero es caro y el segundo carece de personal y es inseguro; nosotros dábamos cobertura y accesibilidad a médicos y a familiares de pacientes de larga estancia con bonos asequibles», alegan desde la empresa.
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