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Una profesora observa los grabados del 'Voyage botanique dans le midi de l'Espagne pendant l'anne 1837', de Boissier. G. Carrión / AGM
Alfonso X: el instituto que forjó un Nobel

Alfonso X: el instituto que forjó un Nobel

El IES Alfonso X, que cumple su 180 aniversario, fue el tercer centro de secundaria fundado en España. La institución aún atesora espléndidas colecciones científicas, una gran biblioteca y el prestigio de históricos alumnos

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Domingo, 21 de enero 2018, 08:42

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Es el tercer instituto de enseñanza secundaria más antiguo de España. Y atesora uno de los museos más sorprendentes del país. Ahora se denomina Alfonso X el Sabio, pero el antiguo Instituto Provincial de Segunda Enseñanza de Murcia se creó por Real Orden de 5 de octubre de 1837. Antes, en agosto de 1835 se erigió otro en Palma de Mallorca, al que seguiría, en septiembre de 1837, el de Guadalajara. En realidad, tanto el Ayuntamiento capitalino como la Real Sociedad Económica de Amigos del País habían solicitado sin éxito una Universidad Literaria, como destacó el profesor Pedro Segura en un libro conmemorativo del 150 aniversario del centro. También recordó que la nueva institución se instalaría en el edificio del Seminario de San Isidoro y se mantendría a base de «un conjunto heterogéneo de bienes y rentas, de variado origen», que provocaría no pocos pleitos durante las décadas siguientes. El llamado Antiguo Colegio de Teólogos de San Isidoro fue fundado, junto al Palacio Episcopal, a comienzos del siglo XVIII por el cardenal Belluga, quien lo destinó, precisamente, a la formación. El inmueble fue concluido en 1767 y hoy es sede del Instituto de Secundaria Francisco Cascales.

La desamortización de Mendizábal intentó remediar la aguda crisis de la hacienda pública. Y el proceso permitió que los nuevos institutos se instalaran, en una gran mayoría, en edificios de la Iglesia Católica. Y, además, se les entregaron rentas que convirtieron al centro murciano en uno de los mejor dotados de España. Basta apuntar los datos que señala el profesor José Abelardo Vidal de Labra, quien cifra las posesiones en unas 1.005 tahúllas de regadío, más de 2.000 de secano y 26 fincas urbanas. ¿Dónde estaban estas propiedades? En lugares tan dispersos como Murcia, Lorca, Molina, Pacheco y Águilas.

Uno de los más ricos

En algunos sitios, la entrega de los bienes, ligados a veces a fundaciones de píos feligreses, no sentaron bien. Por ejemplo, eso sucedió con el Colegio de la Purísima de Lorca. Los pleitos entre herederos de los benefactores se extenderían hasta 1876. En Murcia, después de que el instituto recibiera el Colegio de la Purísima, adjunto al convento de los franciscanos, un juez hizo devolverlo y pasó a manos de las monjas de Santa Isabel. Entretanto, el obispo se negó a pagar las obligaciones del diezmo y tampoco había dinero en las antiguas Pías Fundaciones de Belluga.

Así las cosas y pese a tantas propiedades, no se satisfacían los gastos. Más tarde, tras enajenarlos, se invirtió el dinero en diferente Deuda del Estado, lo que permitió unos excedentes, a partir de 1857, que alcanzaban los 130.000 reales al año. Eso permitió la compra de infinidad de aparatos para los célebres gabinetes.

Señaló en su día Fuensanta Hernández en su obra 'El primer centro oficial de segunda enseñanza en Murcia' que muy pronto, desde 1850, comenzaron a crearse de forma sucesiva los gabinetes de Agricultura, Historia Natural, Física, Química, Geografía y Micrografía, esta última encargada de la descripción de objetos vistos con el microscopio.

Eran el germen del actual Musax o Museo Alfonso X el Sabio, que atesora una nutrida colección de instrumentos de los siglos XVIII y XIX y valiosas colecciones de aves, mamíferos, reptiles, peces, fósiles, minerales... El éxito de estas colecciones fue inmediato en su época. Incluso el alcalde y el gobernador pidieron en alguna ocasión que el instituto abriera sus puertas durante las ferias de septiembre para que los murcianos pudieran admirar las colecciones. La consolidación del instituto, según advirtió en su día el director Ramón Jiménez Madrid, se produjo tras el nombramiento de Ángel Guirao Navarro al frente de la institución. Era Guirao doctor en Medicina, licenciado en Ciencias Naturales y miembro de numerosas academias españolas y extranjeras.

Tal fue su impulso al instituto que al ser elegido diputado en 1876, el cargo de director permaneció vacante hasta su retorno en 1881. Nadie se atrevía a ocuparlo. Y lo mismo sucedió al ser nombrado senador en 1881. Desde luego, no defraudó a sus compañeros. Sus conocimientos económicos le permitieron atraer numerosos ingresos, acrecentados durante su paso por Madrid. De igual forma creció la biblioteca que, ya en 1860, disponía de 4.398 volúmenes. En 1876 rozaría los once mil. Incluso, como destaca Jiménez Madrid, Guirao llegó a costear sueldos de su bolsillo y, tras treinta años como director, donaría una espléndida colección de insectos y libros, además de la reforma de las instalaciones. La biblioteca tiene hoy 20.000 ejemplares, entre los que destacan ediciones de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. Forman parte del Catálogo Colectivo del Patrimonio Bibliográfico Español.

¿Qué aportó este centro en su devenir histórico a Murcia? No es difícil responder. Durante generaciones fue un referente educativo y, como destaca su actual director, Andrés Nieto, «un foco de divulgación tanto científica como cultural de la Murcia decimonónica». A ello contribuyeron magníficos profesores. Súmenle a eso la caridad, hoy llamada solidaridad. Por ejemplo, tras una riada en 1885, el instituto se transformó en albergue para unos 400 afectados.

'Por Murcia y para Murcia'

Y no menor fue la herencia en toda la ciudad. Porque las destacadas rentas del instituto permitirían grandes logros a lo largo de sus historia. Así, gracias a ellas se crearon los grupos escolares de Andrés Baquero (calle Obispo Frutos), García Alix (en San Antolín), Juan de la Cierva Peñafiel (plaza de Santo Domingo) y Floridablanca (barrio del Carmen).

Sin contar el gran jardín botánico, el Museo Provincial Artístico y Arqueológico (hoy de Bellas Artes), además de contribuir muy activamente a la creación de la Universidad de Murcia (1915), según Vidal de Labra. La Universidad, además, fue nutrida con profesores del instituto y el primer rector fue alumno de él. Por las clases del renombrado Alfonso X en 1940 pasarían personajes célebres como el primer Premio Nobel de Literatura español, el murciano de adopción José Echegaray, o el inventor del autogiro, Juan de la Cierva.

Atesora este centro, cuyo lema siempre fue 'Por Murcia y para Murcia', una extensa historia y un espectacular archivo, no esquilmado a pesar de haber sufrido robos, como en 1844, una incautación en 1887 y traslados durante la Guerra Civil y en 1966. Fue en este último año cuando se inauguró la actual sede, en la avenida Juan de Borbón. Hasta esa década fue el instituto, que incluso creó su revista 'Brisas Alfonsinas', el único representante de la enseñanza media pública en Murcia. Y el primero en establecer un bachillerato nocturno, en 1956.

Ahora, cuando celebra el 180 aniversario de su creación, en torno a 1.300 alumnos y un centenar de profesores mantienen encendida aquella luz que sobre el humanismo prendió en Murcia en 1837.

Un aluvión de propuestas hasta el mes de noviembre

Desde el pasado 5 de octubre el Instituto Alfonso X viene celebrando el 180 aniversario de su creación con un ambicioso programa de actividades, como destaca el director del centro, Andrés Nieto. Entre los actos figuran conferencias, jornadas de convivencia, rutas turísticas por la ciudad, la inauguración de las instalaciones rehabilitadas -lo que ha costado 1,5 millones- o la presentación de un documental. Durante el mes de mayo y la llamada 'Noche de los Museos' podrán visitarse los fondos del instituto y en junio se celebrará un encuentro con antiguos alumnos y profesores. Ya durante el mes de septiembre verá la luz un número especial de la revista 'Brisas Alfonsinas' y la presentación de la obra '180 años del IES Alfonso X el Sabio'. Por último, en el mes de noviembre se procederá a la clausura de este año conmemorativo y repleto de actividades y propuestas.

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