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La fachada del Ayuntamiento iluminada durante el espectáculo audiovisual.

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La fachada del Ayuntamiento iluminada durante el espectáculo audiovisual. JAVIER CARRIÓN/ AGM

Instante de felicidad en la Glorieta

El espectáculo audiovisual sobre la fachada del Ayuntamiento pone la guinda al mercadillo navideño y deja la sonrisa en la boca a los vecinos

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Domingo, 16 de diciembre 2018

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No hubo luz navideña que no se resistiera este domingo en la plaza de la Glorieta a la iluminación que vistió de gala la fachada del Ayuntamiento. Ni los hipnóticos colorines del pequeño pero reclamado tiovivo; ni los 'flashes' de los fotógrafos domésticos que pedían la vez a puñados para inmortalizar a familiares y amigos subidos al carruaje de Papá Noel; ni las miles de bombillas que dan vida al nacimiento y la enorme bola de Navidad instalados en la plaza. Todas las luces (salvo las de los móviles claro) se fueron a negro cuando comenzó el espectáculo audiovisual organizado por el Ayuntamiento de Murcia sobre las ventanas, el ladrillo, el reloj y el frontón de su sede.

Entre el olor de las castañas asadas y los churros con chocolate, y los siempre machacones villancicos ambientales que dan más vida, si cabe, al concurrido y celebrado mercadillo navideño de la plaza, mayores y pequeños comenzaron a levantar las cabezas para ver qué era eso que aparecía proyectado en la parte central del pórtico del Consistorio, como preludio de lo que se avecinaba. «¡Es nieve!», revela una cría sin devanarse los sesos. «Ponte la chaqueta, cariño. ¿Te quieres poner mala para Reyes?», protege papá. A las siete en punto, la fachada del Ayuntamiento ya concentraba toda la atención de una plaza abarrotada que acompañó a voces la cuenta atrás que dio paso al conocido como 'videomapping'. Una proyección multicolor y atronadora que empezó -como no podía ser de otra manera- con el escudo del Ayuntamiento bien visible, acompañado del mensaje: 'Es Navidad'.

«¡Es nieve!», revela una cría sin devanarse los sesos. «Ponte la chaqueta, cariño. ¿Te quieres poner mala para Reyes?», protege papá

Para despistados. Acto seguido, la impertérrita fachada cobró vida, convirtiéndose prácticamente en un edificio de dibujos animados (navideños, claro). Las ventanas dejaron de ser despachos para ser notas musicales, y entre ellas iban cayendo lo que parecían ser bolas de caramelo (¿o de Navidad?). También aparecieron por la fachada querubines y enormes árboles de Navidad que, por un momento, sirvieron de columnas y cimientos del inmueble. Con el colofón, que consistió en un pequeño juego de pirotecnia desde el tejado del Consitorio, llegaron los aplausos y las sonrisas de aprobación, aunque los niños tiraban más hacia la matrícula de honor. Hubo quienes quisieron inmortalizar el espectáculo grabándolo en el móvil, sin dejar descansar la memoria del 'smartphone'. «Nos ha gustado muchísimo», resumían Marta y Daisy, que hacían lo imposible por controlar al pequeño Damián, «más feliz que una perdiz». Alguno de los presentes pidió incluso que saliera al balcón «el alcalde», José Ballesta. A lo Pepe Isbert en 'Bienvenido, Mister Marshall'. Aunque Ballesta estaba mezclado con los vecinos, también luciendo una generosa sonrisa, y encabezando la legión de los muchos concejales que tampoco quisieron perderse el espectáculo sobre su lugar habitual de trabajo.

Vídeo. Al Dual actuando en el balcón del Ayuntamiento. Javi Carrión/ AGM

'Jingle Bells Rock'

Quien sí salió a la balconada del Consistorio tras los cinco minutos de proyección fue la banda del murciano Al Dual (acompañada por las voces del Coro de Churra), que deleitó al personal marcándose de inicio un 'Jingle Bells Rock' para seguir con un amplio, jugoso y siempre bailable repertorio rockabilly mientras miles de bolas blancas (navideñas) de vida efímera, formadas por vapor de agua, salían a borbotones de dos enormes máquinas para desvanecerse después en pocos segundos en el cielo de Murcia. Las luces del tiovivo, del nacimiento y de la bola gigante de Navidad ya habían vuelto a relucir en detrimento de la fachada a esas alturas de la tarde. No así en el de las decenas de sonrisas que seguían instaladas en los vecinos que atestaban el mercadillo, y que tenían pocas ganas de irse a casa « a hacer la cena» a unos críos que no paraban de intentar cazar -sin éxito- esas bolas blancas que poblaban el cielo por segundos.

Al Dual deleitó al personal marcándose de inicio un 'Jingle Bells Rock' para seguir con un amplio, jugoso y siempre bailable repertorio rockabilly

«¿Ya está?», preguntaba una abuela con la última canción de Al Dual y la última salva de aplausos. Sí, ya está, «que mañana es lunes»... y se acabó el instante de felicidad. Ese «ratito tan rico» de domingo en compañía de amigos y familia. El momento del cucurucho de castañas calientes en pleno invierno. El villancico interpretado por un rockabilly. La esfera de vapor de agua. La Navidad.

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