La huelga de los letrados de Justicia provoca la suspensión del desahucio de seis familias en Murcia
Miembros de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca celebran la cancelación del lanzamiento de un bloque de viviendas propiedad de la Sareb en La Alberca. «El negocio es vaciar el edificio para vendérselo a una inmobiliaria»
Seis familias que residen en la pedanía murciana de La Alberca podrán dormir esta noche en sus camas. No es algo definitivo, pero al menos han ganado tiempo. Los vecinos de un edificio de la calle Palas habían empaquetado todas sus pertenencias porque este miércoles, a las 9.30 horas, una comisión judicial iba a ejecutar el desahucio de sus viviendas, pertenecientes a la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), el conocido como 'banco malo'.
A la hora fijada, un cerrajero aguardaba en la puerta del bloque, ante la atenta mirada de una veintena de miembros de la Plataforma de Afectados de la Hipoteca (PAH) con el cura Joaquín Sánchez y el presidente de la asociación, Paco Morote, a la cabeza. La huelga de letrados de la Administración de Justicia, no obstante, provocó la suspensión del lanzamiento previsto. «Para todos ellos ha sido un alivio. Hasta conocer la noticia estaban todos llorando, estaban muy mal. En esas casas viven niños, personas con discapacidad y hasta una mujer con un embarazo de riesgo que no sabían dónde iban a dormir esta noche», explicó el sacerdote.
Las viviendas del edificio objeto del desalojo eran de un constructor cuya empresa quebró, y las casas pasaron a manos de la Sareb, que a través de sus mediadores comunicó hace unos meses que todos los vecinos debían abandonar sus casas por los impagos acumulados.
«El negocio es vaciar el edificio para vendérselo a una inmobiliaria. La suspensión se ha producido por la huelga en los juzgados, no por porque hayan contemplado otras posibilidades legales y hayan tenido en cuenta el derecho a la vivienda digna», apuntó Sánchez.
«Cuando hablaba con una de las vecinas estaba haciendo paquetes. Y me decía que cada vez que abría una caja y metía las cosas de su casa, como juguetes de los niños o fotos, era un trozo de su corazón que moría. La Sareb no entiende de sufrimiento humano ni de ética. Nos alegramos de que se haya suspendido por la huelga, pero el dolor humano sigue ahí, porque saben que se tienen que ir, ya que la Sareb no negocia y eso es lo que pedimos: que llegue a un acuerdo con la familia», reclamó el cura Sánchez.
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