Los hoteles de Murcia renuevan y amplían sus instalaciones para impulsar la ocupación

El objetivo es cambiar la tendencia de la ocupación, que no termina de despuntar. Los datos que maneja la Asociación de Hoteles de Murcia (Ashomur) indican que, en lo que va de año y hasta el 31 de octubre, en los establecimientos asociados la ocupación se mantiene en poco más de un 65% (con respecto a 2023). Sin embargo, la rentabilidad ha subido, de media, hasta el 7%.

El presidente de Ashomur, Felipe Saldaña, subraya que esto repercute en la rentabilidad de la habitación disponible, que se ha incrementado un 6% respecto al año pasado. «Esto hace que los inversores se fijen en Murcia, por lo que está creciendo cualitativamente» el sector. «Falta que esto repercuta en las pernoctaciones y creemos que un 5 estrellas solo puede ayudar porque complementará la oferta actual».

Saldaña se refería al ya conocido proyecto para el hotel Arco de San Juan –cerrado desde 2020–, que ha adquirido el Grupo Fuertes y que gestionará Barceló como el primer hotel de 5 estrellas de Murcia. El objetivo es abrir, una vez remodelado, en 2026. La actual oferta hotelera se ampliará entonces con las 72 habitaciones del único hotel-monumento de Murcia, ubicado en el Palacio de Floridablanca. Construido a finales del siglo XVIII, fue residencia del conocido estadista José Moñino, conde de Floridablanca.

En un segmento más económico, también se incrementará la oferta con las 75 habitaciones dobles y triples con las que contará el nuevo hotel instalado en la plaza interior de Thader y que gestionará el vecino hotel B&B. La inversión será de 3 millones de euros y la idea es que esté en marcha a finales de 2025.

A estos se le suma la reciente inversión de 2 millones de Sercotel Amistad (cuatro estrellas), que ha renovado «por completo» las 144 habitaciones y zonas comunes (baños, pasillos de planta, bufet de desayunos, mobiliario y decoración). Todo para hacerlo coincidir con su treinta aniversario. Pendiente queda, como recuerda su director, Felipe Saldaña, la ubicación en la última planta de una terraza con vistas, para cuyas obras ya han pedido licencia.

El otro establecimiento que se está renovando desde abril y por plantas, también de cuatro estrellas, es el mítico Rincón de Pepe, propiedad del Grupo Orenes, «para minimizar el impacto de las obras en los clientes». En esta puesta a punto también se incluye una terraza con vistas, una azotea que, además de cafetería, tendrá piscina y que será lo último en ejecutar. La remodelación estará acabada en 2027.

El grupo invertirá más de 6 millones de euros y supondrá la remodelación de sus 141 habitaciones, «que contarán con la mejor iluminación, mobiliario de diseño y aislamiento acústico», explica Pedro Zaplana, director de Operaciones de Orenes.

Los cambios ya son un hecho en el salón de eventos, con capacidad para 400 personas, y en los 420 metros cuadrados de la terraza, actualmente en desuso, habrá laminas de agua, zonas de restauración, reservados, piscina infinita, gimnasio... «Ofrecerá las mejores vistas de la ciudad y de sus principales enclaves como la Catedral, el Santuario de la Virgen de la Fuensanta y la plaza de San Juan», destaca Zaplana.

Concluye el director de operaciones de Orenes que su objetivo «es seguir aportando valor y contribuir activamente para que el turismo en la Región de Murcia se consolide como uno de los principales motores económicos desde la calidad del servicio».

En principio, el Grupo Orenes descarta dar el paso para ganar la quinta estrella –«no nos obsesiona»–, pero no otros, si bien antes quieren ver el resultado que le da al Arco de San Juan.

Con todo, el presidente de Ashomur, Felipe Saldaña, subraya que para que el esfuerzo inversor del sector tenga sus frutos en el aumento de la ocupación es necesario que vaya acompañado por una mayor oferta en las comunicaciones, con el incremento de las frecuencias del AVE y más operadores por aire. Así como que se incrementen el número de eventos de todo tipo (gastronómicos, culturales...) y los congresos.

Es necesario también, concluye, que las administraciones públicas arrimen el hombro y cumplan sus planes estratégicos.

Si algo tienen claro los que se mueven en el sector del turismo, ya sea desde el punto de vista hotelero o de organización de congresos y eventos de todo tipo, es que Murcia tiene que centrarse en cubrir el hueco de los meses que siguen estando libres de actividades. Por ejemplo, julio y agosto, pero también los previos y posteriores a la Navidad. La oferta se concentra en los dos meses de antes y después de verano. «Hay que rellenar todo el calendario», subraya Carmen Antón, presidenta de la Oficina de Congresos de Murcia, quien recuerda que en la misma están «todas las empresas dedicadas al turismo de negocio», más de 85. «Somos las que damos visibilidad y promocionamos la ciudad».

El año 2024 comenzó «lento», pero a partir del segundo semestre ha habido un impulso que seguirá en 2025. De hecho, en el Auditorio regional «ya casi no quedan días por cubrir» el próximo año.

«Murcia vuelve a estar en la primera línea receptora de congresos nacionales», añade Ángeles Ballesta, directora de la oficina, quien indica que suelen celebrarse más de cien al año.

En cifras, en 2023 la ciudad acogió un total de 929 reuniones (entre congresos, convenciones y jornadas) en las que participaron casi 143.000 personas. Unos datos similares a 2022. «A fecha de hoy, primera semana de noviembre, ya tenemos más de 96 congresos confirmados», destaca Ballesta, quien apunta que, para este tipo de reuniones, se trabaja a dos años vista. De hecho, «para los próximos años ya tenemos casi cerradas una veintena de reuniones o congresos».

Tanto Carmen Antón, como la directora de la oficina, y el presidente de Ashomur, Felipe Saldaña, tienen claro que la asignatura pendiente para Murcia es dar un vuelco a la estacionalidad de este tipo de eventos o encuentros, así como entrar en «los parámetros europeos de las jornadas, porque, al terminar a las 17 horas, sus asistentes tienen más tiempo libre para visitar la ciudad», según Ángeles Ballesta, quien apuesta porque Murcia se convierta en una 'ciudad boutique'.

Para julio y agosto, además de conciertos y festivales de música, se apuesta por eventos deportivos y demostraciones gastronómicas. «Si no durante el día, por el calor, sí por la tarde-noche, como se hace en otras ciudades».