Las futuras zonas de bajas emisiones contarán con 150 puntos de control en Murcia
La propuesta de áreas de acceso restringido a vehículos que maneja el Ayuntamiento incluye tres anillos con distintas limitaciones en cada uno
Parece más que patente que las zonas de bajas emisiones (ZBE), cuya implantación exige la ley de Cambio Climático y Transición Energética, no estarán ... operativas en la ciudad de Murcia antes del inicio de 2023, pese a lo dispuesto por la norma estatal. Eso no quiere decir que el Ayuntamiento de Murcia no siga trabajando para su puesta en marcha a lo largo de los próximos dos años. El primer paso ya se está dando de la mano del llamado proyecto de Tecnificación de la infraestructura de gestión del tráfico y modernización de los sistemas de medida y control en término municipal de Murcia. El contrato que articula su ejecución, ya adjudicado, permitirá desplegar la infraestructura tecnológica necesaria para instalar los puntos de control de acceso a estas áreas de circulación restringida, así como los equipos que se emplearán para su gestión.
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El segundo y definitivo avance se acometerá a través del proyecto para el desarrollo de la segunda fase del sistema de control de las ZBE, presupuestado en 1,58 millones y para el que se ha solicitado una subvención de 1,17 millones de euros a la segunda convocatoria de los fondos 'Next Generation' para movilidad. Es en la memoria de dicho proyecto en la que se detalla la propuesta concreta que maneja el Consistorio en estos momentos para la implantación de estas áreas. En este caso, se describe una zonificación en tres anillos concéntricos con un acceso controlado a través de 150 puntos, en los que se colocarán cámaras inteligentes con capacidad de reconocimiento de matrículas.
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25 estaciones de monitorización de calidad del aire planea instalar el Consistorio en las ZBE.
El primer anillo –donde viven unos 6.700 vecinos– se corresponde fundamentalmente con el área peatonal de acceso restringido ya vigente en el entorno del casco histórico. Está previsto que a este solo puedan acceder vehículos autorizados como residentes, visitas, carga y descarga, transporte público y servicios municipales, entre otros. No obstante, se permitirá la entrada a vehículos no autorizados que se dirijan a parkings públicos, cuyo acceso se cotejará con la información facilitada por los gestores de los aparcamientos. En el perímetro de esta primera área se prevé la colocación de 22 puntos de control, algunos de los cuales ya se encuentran previamente instalados a través de las cuatro cámaras de Alfonso X, San Nicolás y Riquelme, a las que se suman las cuatro pilonas retráctiles existentes en las calles Echegaray, Andrés Baquero, Pascual y Barrionuevo.
El perímetro con las mayores limitaciones para el coche se corresponderá básicamente con el entorno peatonal del casco histórico
En el caso de los otros dos anillos, se anuncian restricciones de acceso en función del distintivo ambiental de cada vehículo, pero sin precisar las condiciones concretas a aplicar en cada uno de ellos. Así, se implantarán 64 puntos de control para cada una de estas áreas. La primera de ellas –con más de 33.000 residentes– abarcará prácticamente toda la extensión urbana entre la plaza Circular y la estación del Carmen, con la A-30 y la calle San Andrés como límite occidental, y el eje entre la plaza Juan XXIII y la avenida Pío Baroja como frontera oriental. El tercer anillo –con 68.000 vecinos– acaba de completar casi todo el territorio capitalino al sur de La Redonda, llegando prácticamente a Ronda Sur y con la Ronda Oeste, Ronda de Levante y Primero de Mayo como límites perimetrales.
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Una red de medidores
Dado que la filosofía que inspira la creación de las ZBE es la de la mejora de calidad del aire en el entorno de las ciudades, ayudando a combatir el cambio climático, la implantación de estas debe llevar aparejada, por lógica, una red de medidores que permitan controlar el cumplimiento de estos objetivos. Es a través del proyecto presentado a la segunda convocatoria de los fondos 'Next Generation' como se piensa ejecutar este mapa de sensores medioambientales. Si bien el proyecto de tecnificación ya adjudicado recoge la instalación de una decena de ellos, la propuesta a la que se debe dar luz verde en marzo cuenta con 25 estaciones más de monitorización de calidad del aire.
Se permitirá la entrada de vehículos no autorizados que se dirijan a parkings públicos y que deberán comunicar las matrículas
Estos equipos deberán ser capaces de medir la presencia de contaminantes como el dióxido de nitrógeno, monóxido de carbono, ozono troposférico, dióxido de azufre, dióxido de carbono y compuestos orgánicos volátiles. Asimismo, deben permitir controlar las concentraciones de partículas PM1, PM2,5 y PM10. De hecho, a día de hoy, los sensores de la Comunidad Autónoma disponibles en San Basilio solo miden las partículas de este último tipo, arrojando uno de los registros más elevados del país. Este proyecto incluye, además, el suministro de dos estaciones meteorológicas y de la señalización horizontal y vertical para avisar a los conductores de los puntos de acceso a las ZBE establecidas.
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