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Los primeros comensales degustan platos típicos huertanos en las barracas este domingo.
Los 38 ventorrillos de las barracas suben el tablacho

Los 38 ventorrillos de las barracas suben el tablacho

Las peñas inician la semana de fiestas con la esperanza de que no llueva para que su esfuerzo tenga recompensa. Los huertanos esperan que este año haya más movimiento; las tapas suben 10 céntimos

M. C. RAMÍREZ

Domingo, 5 de abril 2015, 01:05

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Hace semanas que la ciudad está experimentando un cambio sustancial. Mientras los cofrades casi han agotado las últimas horas nazarenas, los huertanos ya han modificado el paisaje murciano. Lo hacen con sus tradicionales barracas. Hasta 38 se han instalado estos días en las calles murcianas. Han sido semanas de preparativos, de viajes, de montaje, de trajines de última hora y de mucho trabajo para sacar de la nada verdaderos restaurantes.

Todo para disfrutar, desde este domingo, de la fiesta de la gastronomía local, que permite a los murcianos degustar la cocina murciana en todo su esplendor, elaborada por las cariñosas manos de las mujeres de las peñas huertanas que han aprendido de sus madres y abuelas a elaborar los deliciosos manjares que regala la huerta murciana.

  • Chato de vino 0,50

  • Caña de cerveza 1,00

  • Vaso de cerveza 1,20

  • Tercio de cerveza 1,10

  • Bote de cerveza 1,10

  • Jarra de litro cerveza 3,60

  • Jarra de litro vino 3,00

  • Refrescos (botellin) 1,10

  • Bitter 1,10

  • Tónica 1,10

  • Agua mineral 0,80

  • Cerveza sin alcohol 1,30

  • Agua de litro y medio 1,30

  • Gaseosa litro 0,90

  • Jarra de litro de sangria 3,60

  • Tapas y degustaciones

  • Chorizo 1,10

  • Morcilla 1,00

  • Butifarra 1,00

  • Morcón y butifarron 1,00

  • Salchicha y longaniza 1,00

  • Chiquillo 1,00

  • Lomo 1,20

  • Tocino 1,00

  • Sobrasada 1,00

  • Tortilla cuña 1,10

  • Michirones plato grande 2,30

  • Michirones plato pequeño 1,30

  • Patata cocida entera 0,80

  • Patata cocida con ajo 0,90

  • Concha de ajo 0,90

  • Patata asada-media + ajo 0,80

  • Zarangollo - concha 1,70

  • Pelota con caldo 1,10

  • Acelgas fritas 1,10

  • Queso fresco triángulo 1,10

  • Perdices 0,80

  • Ensalada murciana 1,30

  • Huevo cocido 0,60

  • Ensalada de pimientos 1,80

  • Ración de aceitunas 0,80

Este mediodía, los murcianos empezaron a acudir ya a los 38 ventorrillos ubicados en Murcia para poder comer los platos más típicos. Sus puertas ya están abiertas para deleitar con sus comidas a los comensales, que año tras año abarrotan las barracas. Con las mejores expectativas, esperando que mañana y noche se llenen los comedores huertanos, trabajan los voluntarios de las peñas que se dejan la piel en las fiestas a cambio de nada. «Lo importante es que no nos llueva, mientras el tiempo respete esta semana», destacaba Antonio Escribano, presidente de La Esparteña.

Los almacenes de las barracas están repletos de manjares para afrontar tan solo estos primeros días. «Para el bando reponemos, no podemos tener la comida de toda la semana porque tiene que estar fresca y además no tenemos sitio», declaraba María Segura, presidenta de El Chisquero. En la cocina de El Cántaro habían preparado ya sesenta kilos de morcillas, otros tantos de longanizas y salchichas, treinta de chorizos, cuarenta de lomos, quince sacos de patatas de 25 kilos. Estas cantidades cubrirán las comidas y cenas de este domingo y el lunes. Para el Bando, nueva remesa de todo.

Entre cuarenta y cincuenta personas trabajarán cada día en estos ventorrillos en los que los socios de las peñas regalan su tiempo por dos razones. La primera es conseguir sacar fondos para cubrir los gastos de la peña: agua, luz, seguros, viajes, nóminas de profesores, etc. Segundo, es una apuesta decidida de los huertanos por mantener y promocionar la gastronomía local. «Esto lo hacemos por la tradición, por mantener nuestras costumbres, porque no se pierdan nuestros platos. También por la convivencia, porque pasamos la semana juntos y nos lo pasamos muy bien», aseguraba María Dolores Guillén, de El Pimiento.

No es fácil montar las barracas porque, además de que la infraestructura es costosa, los huertanos aseguran estar sometidos a «más controles que los restaurantes». Suelos de madera o tarima para que al andar no se levante polvo, controles rutinarios de las comidas, inspecciones de sanidad o la obligación de guardar una muestra de cada uno de los guisos que se elaboran en las cocinas huertanas, son algunas de las normas que garantizan las condiciones de seguridad e higiene que han de mantener para que los murcianos y turistas estén tranquilos.

«Hemos limpiado una a una cinco mil hojas de limonero para los paparajotes», contaba a 'La Verdad' Josefa Coll, presidenta de El Cántaro. Durante días, estas hojas se van cambiando de barreño en barreño hasta conseguir que el agua salga completamente limpia. Después, se secan con papel una a una. Este es solo un ejemplo del mimo y el cuidado con el que trabajan las peñas huertanas para mantener la calidad de sus platos. Los precios apenas se incrementan, 10 céntimos ha sido la subida máxima. «La crisis se nota pero parece que remontamos porque se empieza a ver cada año más movimiento», indica la presidenta de El Cántaro.

«Trabajamos por difundir la gastronomía local. Solo esperamos que los murcianos y los turistas nos respondan y acudan a las barracas como lo han hecho siempre», destaca Antonio Avilés, presidente de la Federación de Peñas Huertanas. Todos miran ahora al cielo, esperando que la lluvia no haga su aparición, porque además de la maltrecha economía, ésta es su mayor enemiga. De estas fiestas depende para muchas peñas poder afrontar sus gastos ordinarios y poder seguir trabajando en pos del folclore, el costumbrismo y las tradiciones de la huerta.

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