Borrar
Imagen de la rotura en el lateral del histórico mercado de Verónicas denunciada durante 101 días en la sección de 'La Chincheta'. LV
La falta de un contrato de mantenimiento eterniza las reparaciones en los mercados de Murcia

La falta de un contrato de mantenimiento eterniza las reparaciones en los mercados de Murcia

Comercio prepara la licitación del servicio, extinto en 2017, ya que los problemas se agudizaron tras las pasadas elecciones

PEDRO NAVARRO

MURCIA.

Martes, 28 de enero 2020, 03:41

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Grifos que gotean, luces que no funcionan, puertas automática del garaje que se atascan, muebles que se descuelgan, azulejos que se caen... La lista de averías y desperfectos domésticos que hay que solucionar en una casa puede llegar a ser interminable. A no ser que uno sea un manitas consumado, la solución a estos pequeños problemas cotidianos es clara: levantar el teléfono y llamar al profesional de confianza, ya sea fontanero, electricista, mecánico, carpintero o albañil. Pero este proceder, casi instintivo, se ha convertido en una solución inválida para los comerciantes de los mercados y plazas de abastos de Murcia. Las ocho instalaciones de este tipo existentes en el municipio (Verónicas, Saavedra Fajardo, Vistabella, San Andrés y El Carmen, en el centro; Espinardo, Cabezo de Torres y La Alberca en pedanías) ven cómo las roturas y los inconvenientes que sufren de manera cotidiana se llegan prácticamente a eternizar.

Los comerciantes hablan de una situación de «dejadez» de la que nadie «se hace cargo»

Al tratarse de instalaciones públicas, debe ser el Ayuntamiento el que gestione los trabajos y se haga cargo de su coste. Sin embargo, la ausencia de «un vehículo jurídico estable», como defiende el concejal delegado de Comercio, Mercados y Vía Pública, Juan Fernando Hernández, obliga a dar unos cuantos pasos más de los necesarios para solventar estos percances. «El contrato de mantenimiento de los mercados y plazas de abastos municipales venció en 2017 y desde entonces nadie ha licitado uno nuevo, por lo que debe resolverse cada pequeña avería de manera aislada y mediante contratos menores», explica Hernández, y siempre recordando que donde se escribe 'menores' se puede escribir 'a dedo', que es la definición que reciben popularmente. Así se actúa 'a salto de mata'. De esta manera, los comerciantes deben, en principio, dar parte a la Concejalía de la incidencia y esperar que esta la repare. «Los técnicos son los que priorizan los arreglos y presupuesto, hay», asegura.

Urgencias y prioridades

Si el problema es urgentísimo, como la rotura de una cañería o un asunto de seguridad, «se agiliza todo lo que sea posible», expone Fernández, recordando, por ejemplo, la rapidez con la que se actuó tras el robo sufrido hace unos meses en la plaza de abastos de La Alberca. «Se llamó a un cerrajero con inmediatez», apostilla. «Pero si la reparación no es prioritaria», añade, la cosa cambia, ya que, «para hacer las cosas bien se piden tres ofertas para escoger la más económica», expone el edil. Este procedimiento suele demorarse días o algunas semanas, en teoría, pero en la práctica, lamentan los tenderos de estos espacios, puede eternizarse. Juan José Alarcón, presidente de la asociación de comerciantes de la plaza de abastos de Cabezo de Torres, subraya cómo él y sus compañeros sufren desde hace unos meses lo que califican como una situación de «dejadez» de la que «nadie se hace cargo». «Lo llevamos fatal. Cada poco nos encontramos problemas de iluminación, con los aseos, con las puertas... y acabamos dando involuntariamente una imagen de cutrerío y poca profesionalidad que denuncian los clientes», clama al tiempo que expone ejemplos bastante ilustrativos. «El sábado se nos rompió un baño y no esperamos que venga nadie a solucionarlo, y los compañeros de La Alberca tienen la puerta de un aseo atada con una cuerda», relata, al tiempo que da gracias por haber evitado, incluso, incidentes mayores. «Una señora mayor, por un desperfecto, se nos cayó hace poco junto a un muelle de carga, con la fortuna de que evitó el lado más complicado. Si no, se hubiera hecho mucho daño, porque, además, hay que recordar que buena parte de nuestros clientes son personas mayores y necesitan especiales facilidades», prosigue. La desesperación que les genera esta circunstancia ha llevado a muchos de estos comerciantes a dar un paso adelante y a contratar algunas tareas de su bolsillo, esperando que los trabajos les sean en algún momento reembolsados, ya que el Ayuntamiento les suele recordar que «las instalaciones no son nuestras», comenta Alarcón. Así, en Cabezo de Torres han contratado los servicios de una empresa de electricidad; en otros lugares se ha hecho con la fontanería. «No podemos encontrarnos de manera permanente con diez placas de luz fundidas», remarca. Alarcón dice haber constatado que la apuesta que hay en otras ciudadaes por estos espacios comerciales no se tiene en Murcia, a pesar de que aquí dan trabajo «a doscientas familias que sirven a miles y miles de ciudadanos y locales de restauración». «No son grandes inversiones», incide, mientras recuerda que esta problemática es casi algo nuevo, ya que no había padecido algo como esto en 30 años.

El edil defiende que no se puede seguir con las adjudicaciones 'a dedo', como en estos años

Dando largas

De hecho, denuncia que, a pesar de no existir el citado contrato de mantenimiento, la situación había sido estable hasta las pasadas elecciones municipales, cuando se produjo un cambio de equipo en la Concejalía, asumida por Ciudadanos tras su acuerdo con el PP. «Llevan meses diciéndonos que la solución está al caer», insiste.

El edil del ramo asegura, por su parte, que la mayor parte de las incidencias se dan en aquellas instalaciones que no han recibido en los últimos años inversiones para su renovación, de manera que otras, como las de Vistabella, sufren menos desperfectos. Defiende, asimismo, que las adjudicaciones a dedo que imperaban hasta su llegada no pueden ser la forma estable de proceder y que son una anomalía por su falta de transparencia y por su ineficiencia. Por ello, su departamento está preparando el pliego de condiciones para la licitación inminente de un nuevo contrato, que podrían tener listo en «dos semanas». El montante estimado será de unos 100.000 euros, con el IVA incluido. Mientras, a los comerciantes les toca seguir apretando los dientes.

La rotura en el lateral de Verónicas rebasa los 'cien días de gracia'

Cien días sin solución cumplieron ayer en la sección de 'La Chincheta' de 'La Verdad' los desperfectos que presenta un lateral del histórico mercado de Verónicas. El edil delegado de Comercio, Juan Fernando Hernández, justifica esta circunstancia, en parte, en la mencionada ausencia de un contrato de mantenimiento que agilice los trabajos. Para acometer la reparación, con un coste de entre siete y ocho mil euros, su departamento está preparando un contrato menor en el que piensan incluir otras reparaciones hasta cubrir los 15.000 euros que permite, como máximo, una adjudicación 'a dedo'. Algunas de esas actuaciones, hasta alcanzar el límite señalado, serán la solución de problemas con la iluminación en Vistabella y en el propio Verónicas, que también presenta problemas en una puerta lateral. Asimismo, es preciso solventar las goteras existentes en San Andrés y arreglar las roturas de los sensores de las puertas automáticas de varias plazas, que sufren este inconveniente al menos una vez al trimestre. En principio, según Hernández, con esta decisión se abordarían algunas de las cuestiones más urgentes. El edil asegura que este contrato, a pesar de que su departamento no dispone de técnicos de obra que les asistan, estaba preparado en noviembre, pero que hubo que retrasar su adjudicación ya que la primera empresa elegida había superado el límite anual de presupuesto que se puede contratar con el Ayuntamiento por esta vía, la de los llamados contratos 'a dedo', que eluden muchos de los controles administrativos. Finalmente, el decreto de adjudicación de los trabajos, que incluyen las obras en Verónicas, fue firmado, expone Hernández, justo antes de la vacaciones de Navidad.

«Lo que ocurre -continúa- es que nos encontramos ante una circunstancia añadida más: este edificio es un Bien de Interés Cultural y no podemos mover ni una losa sin el consentimiento del Servicio de Patrimonio, que ha tenido que remitir el proyecto, a su vez, a la Dirección General de Bienes Culturales de la Comunidad Autónoma». Este organismo, que recibió toda la documentación el pasado 2 de enero, ha confirmado a LA VERDAD que tiene previsto emitir un informe esta misma semana que, de ser favorable, daría luz verde a la Concejalía de Comercio para proceder a las obras de reparación. Hasta entonces, el contador seguirá corriendo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios