Espinardo da un paso al frente
Una veintena de colectivos se unen y firman un manifiesto para pedir mejores infraestructuras y más seguridad ciudadana
Dicen que la unión hace la fuerza. Y eso es lo que han hecho más de veinte colectivos que han decidido dar un paso al ... frente y firmar el manifiesto #EspinardoYA para denunciar el grado de deterioro de este barrio, que cuenta con casi 14.000 vecinos. El objetivo común es exigir inversiones municipales en materia de infraestructuras, cultura, deportes, juventud, medio ambiente, educación y, especialmente, seguridad ciudadana. Esta semana presentarán el escrito en el Registro y su pretensión es que el Ayuntamiento convoque una mesa de diálogo a la que puedan asistir los distintos representantes de los colectivos para plantear todos los problemas y hallar voluntad política y presupuesto para subsanarlos. Para conocer sus demandas, LA VERDAD hizo un recorrido por el barrio junto a representantes vecinales.
Desde que cerró el centro social y cultural, hace un año, por problemas en la estructura, diversos colectivos no tienen dónde reunirse y desarrollar sus actividades. Es el caso del centro de la mujer, que preside María Teresa Muñoz. «No tenemos sitio de ubicación; cuando nos constituimos en 1983 éramos 800 socias y nos hemos quedado en 100, pero aún así me da mucha pena ver que no tenemos un espacio propio, ni siquiera un despacho». De los problemas del barrio, destaca que «no tenemos seguridad ciudadana y estamos dejados de la mano de dios».
Pedro Ruiz Hernández, presidente del centro de mayores, pide al Ayuntamiento la apertura del nuevo local ubicado en la calle Mayor, que está terminado después de muchos años de «luchar por conseguirlo», pero que aún no tiene el mobiliario. Fue otro de los colectivos que se quedó sin espacio cuando cerró el centro social. Como buen conocedor de las carencias del barrio, expone que «el polideportivo que se construyó en el barrio del Espíritu Santo, cuando el plan Urban, no se utiliza para nada, solo para cursos de bomberos». De los inmuebles históricos de Espinardo destaca que el casino, con 104 años de historia, «está que se cae», además de que hay toda una batería de contenedores delante que impiden ver parte de la fachada.
Son muchos más los problemas que saca a relucir. Uno de los históricos es la necesidad de desviar la rambla, que divide y anega el barrio cuando llueve. Allí quedó a medio construir la guardería. Si las administraciones cumplen algún día su promesa de solucionar el problema de la canalización, sería el lugar ideal para ubicar el centro de la mujer y a otras asociaciones del barrio.
Los daños que provocan los arrastres de la rambla también afectan al local que utiliza el Grupo Scout de Espinardo, con más de 50 años a sus espaldas y una gran actividad en el barrio. María Ángeles Ruiz y Adrián Quintana, educadores, indican que «el local, situado junto a la plaza de abastos, se nos ha quedado pequeño para dar cabida a cien chavales de entre 8 y 18 años». María Ángeles apunta que «cada vez que llueve, rezamos para que no caiga agua dentro y, al final, cae. Nos toca achicar y arreglar los desperfectos. «Hemos aprovechado estos meses de inactividad por la pandemia para arreglar el suelo y pintar las paredes que estaban llenas de humedades». Lo que quieren es que el Consistorio les ceda los bajos que ocupan. «Espinardo siempre ha sido el gran olvidado y ya es hora de que empiece a mejorar este barrio».
Chencho Mateos: «Debe plantearse un reequilibrio de inversiones teniendo en cuenta las nuevas zonas de expansión»
Rosa María Pérez Pérez, vicepresidenta del Ampa del colegio Pedro Pérez Abadía expone que «nos sentimos abandonados por la alcaldesa de barrio porque cualquier cosa que se rompe en el colegio no se arregla y dice que no la hemos llamado, cuando no es cierto. Desde la alcaldía nos prometieron tres consolas de aire acondicionado pero quedó en punto muerto». Asegura que los parques también están abandonados y que el instituto José Planes tiene un acceso pésimo desde Joven Futura, estrecho y lleno de basuras y escombros, y los vecinos prefieren que sus hijos se vayan fuera a estudiar, al IES Juan Carlos I.
En torno a 4.000 vecinos viven en la urbanización Joven Futura, desde la que el único acceso peatonal a Espinardo es un estrecho lateral de la calzada separado con pivotes. El presidente de la Asociación de Vecinos de Joven Futura, Chencho Mateos, sostiene que «Espinardo necesita un equilibrio de inversiones. Ha sido un barrio en el que a lo largo de los tiempos la inversión ha sido más reducida que en otros y no se ha tenido en cuenta la nueva zona de expansión. Te vas a Guadalupe y tienen un centro multiusos, con su centro de mayores, de la mujer, auditorio, centro cultural, su banda de música, sus coros y aquí no hay nada de eso».
Mateos explica que «en Espinardo hay un movimiento asociativo importante y ante la paralización de la junta municipal, porque este es el único barrio que no está celebrando juntas vecinales (ni telemáticas ni con público reducido), no tenemos un referente al que dirigirnos. No solo desconocemos la política de inversión municipal de La Glorieta sino que no sabemos qué va a pasar con la partida presupuestaria del barrio de Espinardo. Nuestra asociación, por ejemplo, no tiene sitio donde reunirse y realizar actividades a pesar de llevar nueve años».
El presidente de la Asociación de Vecinos, José Antonio García Baños, abandera desde hace tiempo un movimiento reivindicativo desde el punto de vista cultural y festivo. Hasta que llegó el estado de alarma se reunían todos los jueves por la tarde en torno a alguno de los cien artistas del barrio. «Este paso que damos es uno más. O hay una presión general o el Ayuntamiento va a seguir pasando de nosotros». Además, «entendemos que no hay alcaldesa».
LA VERDAD se acercó a la puerta de la sede de la junta de vecinos y, efectivamente estaba cerrada Un cartel escrito a mano dice «¿qué horario tienen? Esto es un organismo público y deben tener expuesto el horario de oficina». La pedánea, Nuria Pérez, de Ciudadanos, que preside la junta vecinal por el acuerdo con el PP y el apoyo de Vox para estar al frente los dos primeros años de legislatura, tampoco respondió a varios intentos de esta Redacción para hablar con ella.
García Baños: «Aquíno hay quien viva y el problema no es tanto elde la droga, que lo es, sino el del incivismo»
«Dinamitar el gueto»
Baños atribuye los problemas de inseguridad al barrio del Espíritu Santo, que se ha convertido «en el primer gueto municipal y los guetos o se dinamitan o no hay solución. Había un proyecto de dispersión por otras pedanías y municipios para que se quedaran 150 personas, pero no 600. Esa saturación hace inviable cualquier iniciativa, incluido el plan Urban. Y sobrarían más de 300 viviendas para ubicar a gente joven y habría sido un barrio joven. Lo mismo que se hizo en San Basilio». Baños incide en que «aquí no hay quien viva y el problema no es tanto el de la droga, que lo es, sino el del incivismo».
Apoyo del párroco del barrio del Espíritu Santo
Hasta el párroco del Espíritu Santo, Antonio Sánchez, firma el manifiesto. Lo suscriben, además, los centros de mayores y de la mujer, las asociaciones de vecinos por Espinardo y Joven Futura, la coordinadora de Barrios, el Casino Cultural, el grupo scout, la Escuela Infantil Educa, las ampas de los colegios Pérez Abadía y La Milagrosa, colegio Salzillo, Comunidad Cristiana de Base, Asociación Cultural Coro Exilium, Comisión del Carnaval, Comisión de Fiestas, Tertulia Literaria Asociación Recreative, Colectivo de Teatro Recretative, Colectivo Espinardo Pueblo de Artistas, Club Deportivo Calé y las Federaciones de Asociaciones Vecinales de Barrios y Pedanías y del Municipio de Murcia.
Mayor seguridad, más Policía Local, desvío de la rambla de la Algaramasa, el museo del pimentón, un centro de día, el parque metropolitano, la reactivación de la junta municipal, el fomento de la actividad deportiva y un plan de dinamización para la juventud son algunas de las reivindicaciones más destacadas.
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