Rosario Sánchez, vecina de Santiago el Mayor, con el andador con asiento que le recomendó hace casi dos años su doctora y, junto a ella, su marido, Lorenzo Navarro. Javier Carrión / AGM

Cuando el descanso en Murcia va por barrios: los bancos públicos se concentran en las áreas con más jardines y avenidas anchas

La ciudad cuenta con 4.211 elementos de mobiliario público, que no se distribuyen por igual

Domingo, 28 de septiembre 2025, 07:32

Con una esperanza de vida que ha aumentado una media de 4 años desde el 2000, según el último Boletín Epidemiológico de Salud para ... 2024, y una natalidad que se mantiene a la baja en la última década, tal como reflejan las series demográficas del Instituto Nacional de Estadística (INE), el peso de la población mayor de 65 años en la Región, y en el municipio de Murcia, sigue al alza y dibuja un paisaje urbano acorde a los tiempos.

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Concentrados en parques y zonas ajardinadas, en los aledaños de centros de mayores e iglesias, los bancos públicos son punto de referencia y descanso para los mayores en sus trayectos más habituales, de casa al supermercado, a la sucursal bancaria y al centro de salud, aunque encuentran más o menos opciones dependiendo del trazado del propio barrio –con áreas más antiguas y calles más estrechas, o zonas de más reciente construcción, con aceras más anchas–.

Mobiliario urbano

4.211 bancos hay en el casco urbano de Murcia, según fuentes del Ayuntamiento.

En el casco urbano de Murcia hay 4.211 bancos públicos, según cifran desde el Ayuntamiento de Murcia, con una distribución concentrada en parques y jardines en la totalidad de los barrios. «Vivo en La Flota y es un disparate excesivo, te tropiezas con uno cada quince metros», cuenta Consuelo Gómez, de 71 años y que se confiesa «no usuaria» de este tipo de mobiliario. Añade que, en general, los ve «bien conservados aunque mal distribuidos». Con el Morales Meseguer como hospital de referencia, visita cada cierto tiempo el barrio de Vistalegre y otras zonas del centro de la ciudad. «O hay cien mil, como también pasa en el Infante, o no ves uno solo», percibe.

Vistalegre es el segundo barrio más poblado de la ciudad, solo por detrás del Carmen. Con un censo empadronado de 13.558 habitantes en 2024, es también uno de los más envejecidos, con casi una cuarta parte de población por encima de los 65 años: 3.014 personas (22,23%), según recoge el Centro Regional de Estadística de Murcia (CREM). Un caso parecido es el de Santa María de Gracia, el cuarto por número de habitantes (12.123) y con una tasa aún mayor de personas entre 65 y 100 años o más.

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Parte de Abenarabi no tiene bancos a pesar de su anchura. Javier Carrión / AGM

En total, 2.875 (23,71%). Dos de ellos son Pepi Fernández, de 74 años y vecina del barrio desde niña, y José Chacón, de 81 años, nacido en San Antolín, residente durante años en San Basilio y mudado a Santa María de Gracia por amor. Los dos viven en la primera promoción que se construyó en la avenida de los Pinos, y se muestran «muy contentos con la zona, con mucho arbolado junto al centro de salud y en la plaza Bohemia». Así lo resumen sentados en un banco de madera junto al centro de salud, mientras esperan a que Pepi tenga su cita de las 10.30 en el fisio. José Chacón cuenta que «los bancos están bien cuidados y se nota que se les pone intención, aunque ayer amaneció uno roto porque los mozos se sientan como los gorriones, en la parte de arriba».

En el extremo del descontento se muestra Diego Esteban, de 79 años y residente en Alcantarilla. Está trasplantado de un riñón y relata que habitualmente realiza a pie la ruta desde el centro de especialidades de San Andrés hasta la Media Legua, donde coge el autobús. «En esos cinco o seis kilómetros solo hace falta mirar para ver que los bancos sirven para todo menos para sentarse», se queja, y precisa que «están llenos de suciedad».

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Con una población menos numerosa y más joven, Santiago el Mayor es un claro ejemplo de barrio en el que conviven zonas muy antiguas con callejas estrechas y áreas más amplias como el paseo Florencia. Con un padrón de 9.969 habitantes y un porcentaje de mayores de 65 años del 13,38 (1.334), en sus plazas y avenidas conviven bancos marrones de madera y negros de metal. Rosario Sánchez, de 85 años, y su marido, Lorenzo Navarro, de 89, salen a caminar y encuentran «un banco cada cinco minutos». Sin embargo, Rosario tiene desde hace casi dos años un apoyo 'móvil' que es la competencia más seria –y en aumento– de bancos y paradas de bus: un andador con asiento y hueco para la compra que le recomendó su doctora y que, subvencionado por la Seguridad Social y gestionado por su farmacéutico, le costó 30 euros y no los 130 de venta al público.

La Purísima-Barriomar es otro de los barrios menos envejecidos, con una población de 593 mayores de 65 años en un global de 4.609 residentes (12,86%). Mayda Margarita González, de 70 años y operada de un menisco, asegura estar «encantada con el barrio y los bancos que hay en la avenida Ciudad de Almería», aglutinados a las puertas del hogar del pensionista y en la replaceta de la parroquia.

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