Borrar
Vista aérea del Cristo de Monteagudo. Huermur
El Cristo más grande de España

El Cristo más grande de España

Con un peso de cien toneladas y catorce metros de altura, fue necesario emplear en su obra mil tablones para componer los andamios. El Sagrado Corazón de Monteagudo, que ahora se desmorona, fue montado pieza a pieza en 1951

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Sábado, 2 de junio 2018, 11:42

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Fue, como aún lo sigue siendo, uno de los Sagrados Corazones más monumentales de España. Y para su composición resultó necesaria una legión de obreros, miles de tablones para los andamios y el trasiego de piezas desde el estudio de su autor, Nicolás Martínez, hasta el castillo de Monteagudo. Estos días, el deterioro de la obra, que mide 14 metros de altura y se asienta sobre una base de otros 20 metros, permite recuperar la historia de la construcción de uno de los símbolos de la huerta murciana.

No es, pese a todo, la primera escultura que con esta advocación corona el cerro de Monteagudo. Antes hubo otra, que el propio Ayuntamiento de Murcia hizo volar por los aires. Literalmente. El autor de aquella obra fue Anastasio Martínez Hernández, quien contó con la colaboración de su hijo, el escultor Nicolás Martínez Ramón.

  • El primer Cristo Inaugurado en 1926, el monumento medía 30 metros de altura. La figura de Cristo tenía 10 metros y era una obra de Anastasio Martínez y Nicolás Martínez (padre e hijo), en cuyo taller se construyó en 14 meses de labor. Fue dinamitado el 24 de noviembre de 1936, tras un acuerdo del Pleno municipal.

  • Y el segundo Obra de Nicolás Martínez, el nuevo Sagrado Corazón era el más monumental de España. Sus dimensiones son de 14 metros de alto y la longitud que forma la cruz de su mano alcanza los 11 metros. La imagen se montó sobre un armazón de hierro. Para los andamios se colocaron más de mil tablones. El peso total ronda las cien toneladas. Fue inaugurado el día 28 de octubre de 1951.

La pieza fue inaugurada en 1926 y, curiosamente, el proyecto inicial, que reducía los 14 metros que al final tuvo la imagen a solo tres, preveía colocarla en la fachada de la Catedral. Al final, ocupó la cima del castillo y fue costeada por una suscripción popular.

El primer monumento fue dinamitado en 1936 porque así lo decidió el Pleno municipal

La obra fue dinamitada tras un acuerdo del Pleno municipal adoptado el 11 de septiembre de 1936. Aquel día, incluso se aprobó que se identificaran a los miles de suscriptores para que la demolición, que se consumó el 24 de noviembre del mismo año, corriera a cuenta de ellos.

La voladura de la obra aplastó una de las bóvedas del castillo árabe sobre el que se asentaba. Aún hoy permanecen bloques de aquella escultura esparcidos por todo el monte que en su día adornó.

En 1951, Nicolás Martínez Ramón moldearía en hormigón un nuevo Sagrado Corazón, aún más alto que el anterior, y que ahora requiere de una inmediata restauración. La obra fue realizada por trozos en el estudio del afamado escultor, fragmentos que luego fueron trasladados a la cima del castillo, donde se unieron para componer la escultura.

La tercera generación

El hijo de Martínez Ramón, Anastasio Martínez Valcárcel, también escultor, aún recuerda cuando su padre lo llevó a Monteagudo durante la instalación del nuevo monumento. Tenía apenas diez años de edad y por eso no lo dejaron subir hasta arriba. Anastasio se convertiría más tarde en otro afamado autor, con decenas de obras repartidas por toda la geografía nacional.

El nuevo Sagrado Corazón era el más monumental de España. Sus dimensiones son de 14 metros de alto y la longitud que forma la cruz de su mano alcanza los 11 metros. La imagen se montó sobre un armazón de hierro y para ello fue necesario un andamiaje formado por más de mil tablones. El peso total ronda las cien toneladas.

La inauguración del día 28 de octubre de 1951 se inició con una procesión de la imagen del Sagrado Corazón de María desde la Catedral hasta Monteagudo, entre otros actos. Miles de murcianos acudieron a la cita, que se alargó durante toda la jornada. Y nadie imaginó que, a los pocos años y según recuerda Martínez Valcárcel, la obra fue tiroteada con un fusil, lo que provocó algún desprendimiento.

El resto lo haría el paso del tiempo y sus inclemencias durante más de seis décadas. El próximo capítulo por escribir de esta obra será su restauración. O debería serlo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios