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El último proyecto que anunció Ortiz fue la creación de un mural decorativo en el lateral del Teatro Circo. V. Vicéns
El cráter que deja Roque Ortiz

El cráter que deja Roque Ortiz

La mejora del transporte público, AVE, San Esteban, Cárcel Vieja y la limpieza urbana cambiarán de manos

Manuel Madrid

Murcia

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Domingo, 28 de enero 2018, 10:38

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La traumática salida de Roque Ortiz del Gobierno local, presionado por la dirección regional del PP por sus desatinadas declaraciones en la sede del partido sobre la gente colocada en contratas municipales y los métodos caciquiles en la gestión del dinero público, ha dejado en el aire proyectos que el alcalde Ballesta dice que conformarán la imagen de la Murcia del futuro más inmediato. La aportación de Ortiz a la política, más allá de su incontinencia verbal, se traduce en hechos concretos, con una cerrada muestra de aprobación -cuando no adulación- del regidor a su capacidad para coordinar y desatascar marrones heredados de la época de Miguel Ángel Cámara. Una legislatura será insuficiente para dar solución a viejas reivindicaciones vecinales, pero en lo que va de mandato -dos años y medio- se ha avanzado, con procesos participativos de los que el PP saca pecho con reiteración, en la musealización del yacimiento andalusí de San Esteban -en redacción el Plan Director y se espera que este año 2018 puedan contratarse las primeras obras-, en la recuperación de la Cárcel Vieja -el equipo ganador del concurso de ideas ya está trabajando en el proyecto de la primera fase que debe salir a licitación- y en la peatonalización de la avenida Alfonso X, cuyas obras están ya adjudicadas desde la plaza de Santo Domingo a Jaime I El Conquistador y están a punto de concluir los trabajos previos de desvío de servicios.

Nombramiento frustrado

Pero entre sus competencias, ahora en el aire tras el anuncio de Ballesta de una inminente reconfiguración del equipo para redistribuir carteras en base a la experiencia, también están otros asuntos no menores, como las grandes obras en el municipio que coordinaba el área de Fomento -en este 2018 van a invertirse 14 millones de euros extraordinarios en pedanías pactados por el PP con el exportavoz socialista José Ignacio Gras- y el transporte público, uno de los dramas irresueltos en esta Murcia que no acaba de subirse al carro de la movilidad sostenible. Con la ampliación del tranvía a El Carmen en un cajón, Ortiz intentó avanzar en la mejora de la coordinación con la Comunidad Autónoma en políticas de transporte. De hecho, fue rocambolesco que a quien propuso e incluso resultó nombrado gerente de Aguas de Murcia, José Ramón Díez de Revenga -al final el registrador mercantil no ratificó la decisión del Consejo de administración porque el acuerdo se adoptó sin mayoría cualificada- acabó, como compensación, siendo nombrado poco después director general de Transportes de la Consejería de Fomento. Ambos hicieron buenas migas. A veces daba incluso la sensación de que era Ortiz el que llevaba la voz cantante en la dirección general. La asunción de líneas de autobús de pedanías, que el Ayuntamiento ha reclamado en Pleno por unanimidad, es una de las patatas calientes que siguen encima de la mesa, algo que se quiere hacer coincidir con la expiración de los contratos de las dos concesiones: tanto la de los 'coloraos' como la de LAT. Hoy la concesión de pedanías depende de la Comunidad, pero las quejas por la inadaptación a las necesidades actuales y a las demandas crecientes por insuficiencia presupuestaria llevaron a Ortiz a posicionarse a favor de una unificación bajo el paraguas de una sola administración con compensaciones. El Consistorio financió la mejora de servicios en la Costera Sur y anunció nuevas frecuencias, así como la prestación del buhobús, sin que haya tenido eso una traducción inmediata a la realidad.

'No válido' para la Plataforma

Otra cuestión peliaguda con la que tendrá que lidiar el concejal en quien delegue Ballesta las competencias es el desarrollo de los trabajos de adaptación de la ciudad a la llegada del AVE, con unas obras de la primera fase en marcha, la construcción de la vía provisional y la materialización de los primeros 400 metros del soterramiento en la estación de El Carmen. Ortiz era consejero de Murcia Alta Velocidad; su entendimiento con la Plataforma fue de mal en peor por la desconfianza mutua, hasta el punto de que se le consideró «interlocutor no válido». Ortiz se quejó vivamente de los escraches en su casa.

Durante sus dos años y medio al frente de Fomento intentó un cambio en la percepción ciudadana sobre la limpieza en barrios y pedanías, dándole la vuelta a la concesión de Cespa e implicándola en la limpieza de las pintadas callejeras en edificios y lugares protegidos del centro histórico, impulsando la Oficina del Grafiti y la creación de murales artísticos en entornos públicos, como la obra sobre Dalí que pintó Kobra en el Puertas de Castilla. Pero el vandalismo es difícil de atajar, y ese será un desafío que asumirá el sucesor.

Urbamusa y el carril bici

La preparación de las ramblas para evitar los desastres de futuras riadas, con el esperado interceptor de pluviales que debe ejecutar el Gobierno central -pero que le corresponde exigir al Ayuntamiento, a la vista de la parálisis ministerial- es otra tarea pendiente. Al igual que la ejecución de la reforma del carril bici de las rondas (Miguel Indurain, Reino de Murcia, Avenida de los Dolores), que se reducirá para evitar los colapsos de tráfico. De Ortiz dependía igualmente Urbamusa, la empresa pública de la que fue gerente -cuando hizo el viaje en 'jet' a Estambul-, que ha ido asumiendo cada vez más proyectos y que ha llevado a la oposición a exigir incluso su desmantelamiento.

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