Francisco Javier Lérida e Isabel Sánchez Prieto trabajan en la restauración de uno de los murales. Nacho García / AGM

El color vuelve a los murales de San Bartolomé de Murcia

Cinco meses de trabajos permiten eliminar las grietas y devolver su policromía a las escenas que Barberán y Verdú pintaron en el templo

Miércoles, 28 de febrero 2024, 19:57

La grieta que desde hacía años recorría el altar mayor de la iglesia de San Bartolomé, en pleno centro de Murcia, ya forma parte del pasado. La restauración llevada a cabo en este templo ha borrado esa enorme fisura que llamaba la atención nada más acceder a la parroquia. Afectaba al mural de la coronación de la Virgen que el malagueño Pío Augusto Verdú (1914-1989) pintó como parte de la decoración, tras los daños ocasionados durante la Guerra Civil, y descendía hasta la composición central, obra del murciano Manuel Muñoz Barberán (1921-2007).

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Ambos artistas se encargaron en 1960 de la ornamentación del presbiterio con un conjunto de murales –realizados con las técnicas al fresco y en seco– que ocupan una superficie de 80 metros cuadrados. Ahora lucen con su policromía original, libres de fracturas e impurezas, tras la recuperación llevaba a cabo a lo largo de cinco meses por Francisco Javier Lérida Molina e Isabel Sánchez Prieto, de la empresa Restauración y Conservación de Bienes Culturales (RYC). El trabajo forma parte del proyecto del rehabilitación interior del templo que dirige el arquitecto Juan de Dios de la Hoz. Está previsto que reabra sus puertas esta Semana Santa.

Grieta en la coronación de la Virgen. | El mismo mural ya restaurado. RYC

El resultado de la restauración deja a la vista la facilidad con el trazo, la riqueza cromática y el dominio de la composición que los dos creadores demostraron en la ejecución de estas grandes obras de temática religiosa. La intervención también ha permitido confirmar la autoría de cada una de las escenas. Así, mientras que las pinturas de la bóveda llevan la firma de Verdú (un autor bastante desconocido en la Región de Murcia), de Barberán son los tres frescos del altar mayor: una exaltación de San Bartolomé (centro), la elección del santo como apóstol (derecha) y la escena de La pesca milagrosa (izquierda).

La tarea más laboriosa de todo el proceso correspondió a la consolidación del lateral izquierdo de la bóveda del presbiterio, la zona más afectada por las filtraciones. Hubo que levantar parte de la composición pictórica (donde aparece un grupo de santos que de algún modo tienen que ver con la adoración eucarística) para sanear el muro y volver a colocar después la escena, en la que destacan Santo Tomás de Aquino con los brazos extendidos y el Papa Juan XIII. El complejo tratamiento se ha completado con éxito.

Ángel de una de las escenas con marcas de fisuras. | La misma imagen tras los trabajos de consolidación y limpieza. RYC

Además de su labor sobre el andamio, los restauradores han tenido que bucear en archivos a la búsqueda de documentación histórica para poder completar aquellas zonas donde la pintura se había perdido por completo. En los últimos días, los dos profesionales han trabajado en el dorado de los remates, mientras que los albañiles acaban las obras en las capillas y la nave central.

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El proyecto de De la Hoz perseguía atajar los problemas de humedades (por filtraciones desde las cubiertas y por el agua que asciende del subsuelo) que arrastraba la construcción y que estaban detrás de las patologías (desde grietas a desconchones) que presentan los paramentos y acabados interiores. La iglesia de San Bartolomé es una de las parroquias históricas del casco antiguo de Murcia. Aquí, por ejemplo, fue bautizado el conde de Floridablanca. Levantada sobre una mezquita, ha sufrido importantes cambios desde el siglo XVII.

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