El colapso de viajeros en hora punta en Murcia deja en tierra a usuarios del autobús

«No sé qué ha pasado a la vuelta de vacaciones, pero esto está fatal; el miércoles nos quedamos tirados en Puente Tocinos todos los que esperábamos a las 7.50 de la mañana el autobús para ir a trabajar y cada vez tenemos que salir antes para llegar a nuestra hora», explicaba cabreada Mari, que trabaja en una peluquería del centro. «Y no te creas que la cosa está mejor a las 2», apostillaba, mientras Rosa, de La Alberca, confirmaba como una expedición del número 6 pasaba por delante de sus narices el martes tras salir de trabajar en Santa Isabel y la dejaba en tierra al ir «hasta los topes».

«Yo también me he encontrado con problemas esta semana para ir a clase en el Instituto Ramón y Cajal», comentaba María Victoria, una joven estudiante que reside en la carretera de Santa Catalina. «No recuerdo haber visto todas las líneas de los 'coloraos' tan llenas», reconocía el presidente del comité de empresa de Transportes de Murcia, Miguel Cano.

Lo cierto es que los propios conductores, tanto de las líneas urbanas como de pedanías, reconocen que parte de los problemas de sobrecarga de viajeros en horas punta derivan de las desavenencias de la Consejería de Educación con las empresas de transporte escolar. De hecho, la propia Comunidad asegura que «está trabajando con los ayuntamientos para reforzar el transporte público».

Sin embargo, los representantes de los trabajadores también señalan que a este desfase entre oferta y demanda han contribuido otros factores. Citan los desvíos de itinerarios que han generado las obras, que han favorecido la acumulación de retrasos en unas concesiones que ya van de por sí justas; las dificultades para aparcar el coche en el centro; y el abaratamiento del precio del billete de autobús.

No obstante, desde la Plataforma de Usuarios del Transporte han denunciado «una falta de previsión» ante el inicio del curso por parte del Consistorio, que se suma a «años de recortes», por lo que han exigido refuerzos en las líneas. La solución definitiva pasa, sin embargo, por acortar los tiempos de la nueva concesión del servicio, a la que difícilmente se llegará a tiempo en diciembre.