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Raúl Hernández / Sergio Navarro
Murcia
Viernes, 1 de marzo 2019, 17:52
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Al despertar, Juan Antonio, un vecino del Infante, no podía esperar los acontecimientos que le iban a pasar durante la mañana del pasado jueves. Para empezar, el timbre de su vivienda sonó a las 7.30 horas para anunciar la visita de una patrulla de la Policía Local de Murcia, que le interrogó sobre el vehículo que conducía y, tras confirmar que se trataba de un Citroën C5, le informó del asalto que su coche había sufrido durante la madrugada.
Superado el impacto inicial, Juan Antonio bajó a la calle Jorge Manrique, donde el automóvil estaba estacionado, para comprobar los restos de cristal que dejaron los ladrones al romper las ventanillas y el desorden que imperaba en el interior del vehículo tras ser desvalijado. Para más inri, el coche tampoco respondió cuando este vecino del Infante trató de arrancarlo. El primer pensamiento que recorrió la cabeza de Juan Antonio le llevó a creer que se trataba de un fallo en la batería. Error. Al abrir el capó de su Citroën C5, descubrió que a los ladrones no les pareció suficiente con asaltar el interior del automóvil y también se llevaron la batería de este.
Una concatenación de funestas noticias que comenzaron a cobrar interés para la policía cuando en el escenario del robo apareció un vecino de la zona. Un hombre al que le resultó familiar la escena que se estaba viviendo a escasos metros del río Segura, ya que su coche, también un Citroën C5, amaneció esa mañana con el mismo aspecto: ventanillas rotas, interior desvalijado y una maquinaria de 1.660 kilos incapaz de moverse sin su batería.
Después de avisar a una grúa, Juan Antonio trasladó su vehículo a un establecimiento de la casa Tomás Guillén, donde se encontró con otros dos Citroën C5 y con sus propietarios, que se encontraban allí tras levantarse esa mañana y encontrar sus vehículos en idéntico estado. No obstante, estos dos últimos casos se produjeron en Ronda Sur y Juan de Borbón.
La Policía Nacional, que investiga ahora estos cuatro robos, ya conoce el motivo por el que el Citroën C5 es el vehículo favorito para cometer estos asaltos. A diferencia de la mayoría de automóviles, este modelo de la marca francesa no fija su batería con tuercas, sino que solo hace falta accionar una palanca para poder extraer este componente. Un mecanismo muy útil para los propietarios, pero también un atractivo muy suculento para los desvalijadores de coches.
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