El derribo de los muros que rodeaban los patios permitirá convertir la Cárcel Vieja de Murcia en un nuevo espacio por el que los murcianos podrán pasear. ih arquitectos

La Cárcel Vieja será un espacio verde con 50 nuevos árboles

El Ayuntamiento, que ya tiene el proyecto básico, pisa el acelerador para iniciar en el mes de diciembre las obras en el edificio de entrada

DAVID GÓMEZ

Murcia

Jueves, 2 de agosto 2018, 02:35

Almeces, naranjos, alheñas, palmeras datileras, moreras, ciruelos, jaboneras y eucaliptos. Estas son algunas de las especies que adornarán el entorno de la Cárcel Vieja tras su rehabilitación y lo convertirán en una auténtica zona verde en el centro de Murcia.

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Así se contempla en el proyecto básico para transformar la antigua prisión provincial en un espacio multidisciplinar integrado en el casco urbano, realizado por el estudio IH Arquitectos -que ganó el concurso de ideas con la propuesta 'Muros Etéreos'- y entregado ayer a la concejal de Infraestructuras, Obras y Servicios Públicos, Rebeca Pérez.

El Ayuntamiento de Murcia quiere ahora pisar el acelerador para completar lo antes posible los trámites administrativos que faltan e iniciar las obras en diciembre. El próximo paso que se dará, una vez recepcionado este plan, será perfilar el proyecto de ejecución, que también corre a cargo de este equipo de profesionales, de manera que la licitación se produzca a mediados de octubre y las máquinas empiecen a trabajar antes de las fiestas de Navidad.

La primera fase de los trabajos se centrará en el módulo de acceso, donde se ubicará un restaurante con terraza

El Consistorio tiene ya prevista una partida de 2,1 millones de euros en los Presupuestos de 2018, todavía pendientes de aprobación, para la primera fase del proyecto, que actuará sobre el edificio por el que se accedía al centro penitenciario mientras estuvo en funcionamiento entre 1929 y 1981, cuya fachada da a la avenida Primo de Rivera.

Estudio de impacto

La decisión sobre qué árboles se conservan, eliminan y plantan en el entorno de la Cárcel Vieja no se ha tomado al azar, sino que ha sido el resultado de un minucioso estudio de impacto ambiental elaborado entre los profesionales de IH Arquitectos y los técnicos municipales.

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Manuel Hernández, uno de los responsables del estudio de arquitectura, precisó a 'La Verdad' que se mantendrán siete moreras, cinco eucaliptos, un taray y una palmera datilera que hay en la zona, mientras que está previsto talar dos higueras, un olmo y tres ejemplares de la especie conocida como árbol del amor. También se eliminarán las 18 jaboneras de una de las calles contiguas, «que están muy dañadas por el impacto de los coches», pero serán reemplazadas en su totalidad por árboles del mismo tipo. Otras 13 jaboneras habrá en la fachada principal, mientras que en los patios se ubicarán una veintena de naranjos, ciruelos y alheñas, así como almeces que «permitirán crear zonas de sombra», explica el arquitecto.

En total, medio centenar de nuevas plantaciones «de tamaño comedido» que, junto a las que se mantienen, contribuirán al objetivo de que la Cárcel Vieja «deje de ser un edificio hostil y se convierta en un espacio para el disfrute de los ciudadanos», dijo Hernández.

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«Sangre, sudor y lágrimas»

La concejal Rebeca Pérez apuntó que el de la Cárcel Vieja «es un proyecto sin límites», pues «no tiene límites físicos, porque permite permeabilizar ese espacio con el resto de la ciudad; tampoco límites de horarios, porque estará abierto las 24 horas del día; y sin límites generacionales, ya que será disfrutado por personas de todas las edades».

Manuel Hernández, que estuvo en el acto de entrega del proyecto básico junto a su socio José Ibáñez, declaró que el trabajo «nos ha costado sangre, sudor y lágrimas», pues ha ocupado prácticamente todo el tiempo de los profesionales de IH Arquitectos en los últimos meses.

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Las actuaciones se iniciarán en el edificio de cabecera, que albergará una sala de exposición, una tienda, oficinas y un restaurante con terraza. Además, la primera fase prevé el derribo de los muros que rodeaban los patios carcelarios, de forma que «los ciudadanos puedan caminar alrededor del edificio sin tener barreras arquitectónicas por medio».

La segunda fase, por su parte, afectará al Panóptico y al módulo norte, que son las zonas donde se encontraban las celdas de los reclusos y los servicios generales. En este lugar habrá un auditorio, además de talleres, pues la idea es que la Cárcel Vieja rehabilitada tenga un uso preferentemente cultural.

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Para preservar la memoria histórica, se conservarán las celdas de aislamiento, en el eje transversal, que se destinará a actividades relacionadas con los derechos humanos.

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