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Las calles cercanas a la Ciudad de la Justicia de Murcia se llenan de preservativos usados y suciedad
Los trabajadores del edificio público y los estudiantes del IES Ramón y Cajal andan diariamente entre restos de las juergas nocturnas
Ocurre todas las mañanas, aunque no siempre con la misma intensidad. Pero lo cierto es que andar temprano por las calles adyacentes a la Ciudad ... de la Justicia para acudir al puesto de trabajo o para dar clases en el Instituto de Educación Secundaria (IES) Ramón y Cajal, supone ir sorteando los restos de las juergas nocturnas y de sexo comprado a escasos metros de allí. Envoltorios de preservativos o los mismos condones usados, botellas rotas u 'olvidadas' y envases de los alimentos consumidos procedentes de un local de comida rápida cercano dibujan la estampa que a diario se encuentran estos ciudadanos y jóvenes.
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El director del IES Ramón y Cajal, Juan Antonio Gómez, relató ayer a LA VERDAD que desde el centro educativo llevan muchos años llamando al Ayuntamiento y enviándoles comunicaciones para que intenten poner freno a este tipo de actividades. «No hay año que no les pidamos que pongan más iluminación, que limpien más o que incrementen la vigilancia policial, sobre todo por la tarde, a la hora de la salida de clase de ese turno».
Y es que no ha sido una, sino varias, las ocasiones en las que algunas estudiantes al terminar la jornada, pasadas las 21 horas, y emprender el camino hacia casa se han visto abordadas por coches de hombres que solicitaban «sus servicios».
«Las alumnas del instituto son abordadas cuando salen de clase del turno de tarde y les piden algún 'servicio'»
«Como suele ser de noche, sobre todo a finales de verano y todo el otoño e invierno, cuando acaban las clases las abordan porque se piensan que pueden ser prostitutas, e imagínese cómo se quedan ellas», lamentó el director, que lleva seis años en el puesto, pero que, antes y durante más de diez, ha ejercido de jefe de estudios en el mismo instituto.
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«Por desgracia, no hay nada nuevo en esta situación y seguimos a la espera de que el Ayuntamiento nos haga caso», añadió, indicando que también las profesoras han tenido que lidiar con estos equívocos.
El Ramón y Cajal se encuentra a escasos metros de la calle Enrique Tierno Galván, lugar donde habitualmente se colocan las prostitutas y donde suele moverse también droga, y la puerta de salida del centro da a la calle Colegio de Procuradores de Murcia, donde suelen ubicarse los travestis.
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«Nos ha tocado también expulsar del centro a drogadictos que se han metido al anochecer en el edificio; y, alguna vez, los profesores han tenido que bajar las persianas de las clases porque en este parque de al lado practicaban sexo de manera explícita», indicó Gómez, quien insistió en que solo piden más vigilancia al caer la noche, mejor iluminación y un extra de limpieza para que el día a día del centro sea más 'amable' y saludable.
Iván también es testigo diario del mal estado de las calles al abrir, a las 7 de la mañana, la cafetería que hay frente a la puerta principal de la Ciudad de la Justicia. «Envoltorios o condones son habituales en la calle», dijo, comentando que como esa calle es muy solitaria se ejerce sin problemas la prostitución en los coches aparcados.
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No está prohibida
Sin embargo, la prostitución aún no ha sido despenalizada, aunque en sí no está prohibida en el Código Penal español, sí lo está la explotación y el proxenetismo, por lo que fuentes municipales dejaron ayer claro que no pueden evitar que se produzcan este tipo de situaciones: «No podemos echarlas de allí».
Pese a todo, indicaron que la queja y la petición del equipo directivo del instituto se va a trasladar a las concejalías responsables, tanto de Seguridad –para estudiar la posibilidad de incrementar la presencia policial a la salida de clase del turno de tarde–, como de Desarrollo Urbano, para estudiar la solicitud de que haya más iluminación en la zona.
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En cualquier caso, las mismas fuentes indicaron que agentes de la Policía Local de Murcia suelen acudir con frecuencia a esta zona, pues «el ejercicio de la prostitución suele estar ligado al consumo de drogas», con lo que insistieron en que «sí hay presión policial». Y, para demostrarlo, comentaron que, con motivo de la pandemia, se están incrementando las rondas y, debido a ello, en la última semana se han impuesto 25 sanciones por incumplir las normas.
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