El Ayuntamiento de Murcia confía en firmar este mismo año el convenio para visitar el Castillo de Monteagudo

Cierto es que la actual situación política, con un gobierno en funciones en Madrid, es de interinidad. No obstante, según indica Marco Antonio Fernández, concejal de Pedanías, Participación y Descentralización y responsable del proyecto de Las Fortalezas del Rey Lobo, los contactos con la Dirección General de Patrimonio Cultural y Bellas Artes se reanudaron la semana pasada pasada con una reunión que se repetirá en septiembre.

Este convenio debe definir quién asume los gastos de mantenimiento básico, sobre todo los de la luz y la seguridad, de manera que en el próximo encuentro ya se presentarán estimaciones revisadas por los técnicos. «Finalmente deberemos acordar la fórmula para sellar esa encomienda de gestión, que puede ser un convenio de colaboración, para dejarla cerrada, tal y como esperamos, antes de fin de año y arrancar con las visitas en 2024», apuntó Fernández.

No es este ni mucho menos el único atractivo patrimonial dentro del Sitio Histórico de Monteagudo y Cabezo de Torres; tampoco será el único que se acondicione para que ciudadanos y visitantes puedan sumergirse en la historia y el patrimonio de la Murcia medieval. Al final, tal y como señala la arqueóloga municipal, Carmen Martínez, este parque arqueológico en potencia pudo acoger un complejo palaciego lleno de similitudes con la cordobesa Medina Azahara, plagado de almunias ocupadas por familias nobles.

Sin embargo, a pesar de que se sabe que este enclave andalusí vivió su esplendor entre los siglos XI y XII, aún queda pendiente encontrar un relato que dé explicación exacta a los periodos de uso y utilidades de los diferentes elementos que se encuentran esparcidos por la huerta, entre bancales y maleza, casas y carriles. «Sabemos que el Larache y el Castillejo -residencia veraniega de Ibn Mardanis- tuvieron un carácter de palacio y que la fortaleza de Monteagudo tenía una naturaleza más defensiva, pero aún nos falta fijar las cronologías para saber quién las usó en cada momento y para qué, así como interpretarlas en su conjunto con otros elementos como las albercas y jardines.

Construir este relato y articular un proyecto de rehabilitación para convertirlo en un recurso turístico es lo que busca la campaña de excavación arqueológica que se desarrolla este verano, de la mano de la Universidad de Murcia, en el recinto superior del Castillejo y en las albercas de Larache y el Molino Armero. «Hace un siglo de la última vez que se excavó aquí», señalaba el alcalde, José Ballesta, en la visita a unos trabajos que acometen 24 profesionales, supervisados por ocho arqueólogos y un arquitecto, gracias a una subvención autonómica de 400.000 euros.

El diagnóstico que se realice en esta primera etapa, utilizando tecnología puntera -incluido el uso de un georradar, drones o microscopía electrónica- servirá de base para elaborar el Plan Director del Castillejo de Monteagudo, que se comenzará a redactar el 15 de agosto y se espera acabar en dos meses. En este se detallarán las actuaciones para abrirlo al público. Mientras, se siguen ejecutando las actuaciones de restauración del recinto inferior del Castillejo gracias a la subvención de 1,5 Cultural del Ministerio de Fomento.