El Ayuntamiento de Murcia cederá el centro social de Espinardo a otras entidades si los mayores no convocan elecciones

En un salón de actos repleto, dos funcionarios de la Concejalía de Mayores, que dirige Ascensión Carreño, como trabajadores sociales de este Servicio, expusieron calendario en mano, los acontecimientos que llevaron a ese desenlace, y que comenzaron el pasado 25 de marzo con la dimisión de 5 de los 9 miembros de la junta directiva de la Asociación de Mayores de Espinardo, entre ellos el vicepresidente y la tesorera.

Desde entonces y hasta el momento del cierre del centro, explicaron que el Ayuntamiento ha intentado con reuniones, escritos y requerimientos que se convocara una asamblea para la elección de una nueva directiva. Pero no solo no se les hizo caso, indicaron, sino que la asociación convocó una asamblea el 20 de mayo «con otro orden del día», asamblea que fue impugnada por «varios socios por escrito, que entró en el registro municipal el 23 de mayo».

«Los servicios jurídicos del Ayuntamiento corroboran que los acuerdos de aquella asamblea no son efectivos, nacen nulos, por ser una convocatoria irregular», subrayaron los funcionarios, por lo que la Concejalía citó el día 30 de mayo a reunión al actual presidente de los mayores de Espinardo, Pedro Ruiz, que tampoco acabó teniendo los resultados esperados. De ahí la decisión final del cierre de las instalaciones que la Asociación lleva utilizando desde 2022.

Sin posibilidad de acceder, y sin los servicios de cantina y peluquería que tenía contratados la Asociación de Mayores, los funcionarios advirtieron a los presentes de que si no se convocan elecciones para renovar la junta directiva el Ayuntamiento, como propietario del local, «es libre de cederlo a cualquier otra asociación, sea de mayores o no, o gestionarlo directamente para otros usos».

Y dejaron claro que «es deseo expreso de la concejala y de la Concejalía que se solucione esta situación cuanto antes»; si bien explicaron que el Ayuntamiento no puede intervenir en la Asociación, «eso deben hacerlo los socios».

La asamblea se prolongó una hora y durante su desarrollo hubo momentos de tensión entre parte de los asistentes, lo que llevó a los funcionarios a pedir la presencia policial, aunque los ánimos se calmaron sin mayores consecuencias.

Lo que sí hubo por parte del actual presidente fueron críticas por el formato de la reunión, ya que no se le permitió explicarse ante los socios ni contestar a lo que él calificó como «mentiras» contra su persona, pese a que se le nombró directamente. «Han coartado mi derecho a hablar; esto es una dictadura».

«Tengo derecho a explicar a los socios lo que ha ocurrido, pero no me han dejado hablar», lamentaba Ruiz, quien aseguró que «no hemos incumplido ningún convenio ni legislación vigente» y mencionó, entre otras, a la ley de asociaciones. «Siempre que haya un presidente, este puede reconfigurar su directiva sin convocar elecciones», indicó, tal y como le habían asesorado los juristas con los que han estado en contacto.

Ruiz anunció también que «presentaremos una demanda ante el juzgado contra la entidad bancaria que ha bloqueado nuestras cuentas y contra el Ayuntamiento», al que consideran responsable de esta actuación bancaria. En este punto, los funcionarios aseguraron que «fue una decisión del banco ante la impugnación de los socios» de la asamblea del 20 de mayo. «El Ayuntamiento no tiene potestad para bloquear nada».

A pocos minutos de que acabara la reunión, uno de los funcionarios indicó que esa misma mañana -del miércoles- había entrado en el registro del Ayuntamiento otro documento, avalado por 193 firmas, en la que estos socios reclamaban la convocatorio de una asamblea para elegir nueva directiva de la Asociación de Mayores de Espinardo «lo antes posible». Mostró el documento, junto con las firmas, al actual presidente, Pedro Ruiz, para que comprobara que era cierto.

Asimismo, el Ayuntamiento de Murcia ofreció a los presentes la posibilidad de reabrir el centro antes del proceso electoral y pidió voluntarios para constituir una comisión que se comprometiera a abrir y cerrar el centro para que pudieran acceder los mayores, eso sí, sin el servicio de cantina ni peluquería.

Se apuntaron ocho personas, que este jueves conocerán las condiciones de su participación. Si se abre -lo que podría ocurrir en pocos días-, los socios podrán entrar para charlar, jugar a cartas o dominó, leer la prensa o un libro «y estar frescos, ahora que viene el calor», indicó el funcionario.