Aumentan las solicitudes de mayores para tener compañía de voluntarios de Cruz Roja en Murcia

Es el caso de María Izquierdo, una mujer de 69 años que vive con su único hijo en el barrio del Carmen. Aunque no está sola, añoraba poder relacionarse con alguien externo a su reducido círculo familiar. «Mi hijo Eugenio tiene un puesto de churros y pasa mucho tiempo fuera de casa por su negocio. Hace un año la trabajadora social nos dijo que teníamos este servicio disponible y me apunté en busca de una persona con la que poder conversar y entretenerme», cuenta esta mujer que ha trabajado en el campo durante gran parte de su vida y que arrastra problemas de espalda que hacen que algunos días no se encuentre bien para salir de su vivienda.

María define la aparición de la voluntaria que le asignó en septiembre del año pasado Cruz Roja como «un rayo de luz en mi vida». Y nunca mejor dicho, porque su nombre es Luz Amparo Acevedo, una colombiana de 45 años que lleva desde el año 2000 viviendo en Murcia y que le regala a María parte de su tiempo, «lo más valioso que tenemos», apunta esta mujer que «tenía ganas de ayudar a las personas mayores», consciente de lo mal que lo han pasado durante la pandemia de la Covid, «sobre todo aquellas que apenas han podido salir de casa». «Tengo muy lejos a mi familia y estar con María es para mí una forma de devolver el cariño que mi madre recibe de su entorno en Colombia», explica.

Luz Amparo y María quedan todos los sábados. «Voy a su casa a recogerla y normalmente damos un paseo y tomanos algo en una cafetería cercana mientras nos ponemos al día sobre cosas cotidianas, como haría con mi madre o con cualquiera de mis amigas», detalla la voluntaria de Cruz Roja.

Para María, Luz Amparo se ha convertido en los diez meses que llevan de relación en parte de su familia. «Es muy alegre y siempre tiene tema de conversación. Me lo paso muy bien con ella y estoy toda la semana deseando que llegue el sábado para vernos. Yo la llamo mi 'influencer'», destaca entre risas.

Un sentimiento que su hijo Eugenio corrobora. «En casa la nombramos mucho. Se mandan mensajes a diario y tienen una relación muy bonita que han forjado en poco tiempo. Es una mujer estupenda y estoy muy agradecido por todo lo que está haciendo por mi madre», pone de manifiesto.

Agradecimiento que también muestra Luz Amparo hacia María, ya que se trata de «un acompañamiento recíproco y tiene muchos detalles conmigo». «La labor social en mi familia es algo intrínseco. Siempre hemos estado ahí donde hacemos falta», dice la voluntaria, que forma parte del equipo de trece personas con el que cuenta el programa 'Enrédate', que se puso en marcha hace seis años en Murcia.

«Cuando hablamos de soledad en este proyecto nos referimos a la involuntaria, la que no se elige, la que padecen las personas que se sienten solas. No se trata de ausencia como tal, sino de soledad emocional, el sentimiento doloroso que experimentan muchos de nuestros mayores», puntualiza Marisa Gómez, directora de Mayores, Discapacidad y Teleasistencia de Cruz Roja en la Región de Murcia.

«Debido a la naturaleza de las necesidades que cubre, es uno de los proyectos de continuidad de Cruz Roja que ha visto reforzada su implantación en la Región, tanto en el número de localidades como en la variedad de intervenciones a desarrollar, siendo sus actividades de las más demandadas», afirmó Gómez. «Aquellas personas mayores de 65 años que no vivan acompañadas o se sientan solas, sin apoyo familiar, con periodos de larga duración en hospitales, centros residenciales o en su propio domicilio pueden formar parte de este programa, que no sería posible sin la implicación de los voluntarios», recordó.