Asaltan cuatro comercios la misma semana en El Palmar
Los ladrones robaron en noches consecutivas en comercios de la calle Pintor Muñoz Barberán
Un local de estética, una perfumería, una peluquería canina y un asador. Son los establecimientos asaltados por un grupo de ladrones que la semana pasada marcaron como objetivo los comercios de la calle Pintor Muñoz Barberán, de El Palmar, cerca del centro de salud. El primer robo lo sufrió un local en obras, una futura peluquería canina cuyo dueño está de reformas.
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Los ladrones entraron en la madrugada del 23 de febrero, saltaron un muro de la parte trasera de la calle, junto a un descampado. Bajaron por la pared e hicieron palanca en la puerta con una 'pata de cabra'. «Se llevaron todas las herramientas. No han esperado ni a que inauguremos», lamenta José Palazón, el propietario.
Los encapuchados no dejaron pasar ni 24 horas para volver a actuar y, sobre las dos de la madrugada del jueves, intentaron entrar en el asador Monreal, en la misma calle. Una cámara de videovigilancia captó a un encapuchado tratando de reventar la puerta; el detector de movimiento se activó y saltó la alarma. «Huyeron de vacío», confirma Conchi, la dueña.
En la perfumería Romero, sus propietarias no tuvieron tanta suerte. En la madrugada siguiente, los ladrones volvieron a utilizar el descampado paralelo a la vía para ocultarse y accedieron al local por el aseo, en la trasera del establecimiento. Para ello, usaron una herramienta tipo radial para abrir la reja que protegía una ventana. Desde ese lugar, intentaron forzar una puerta, pero al ver que no podían, se colaron por el falso techo de local para llegar hasta el almacén y descender sigilosamente y con movimientos muy medidos, para evitar ser detectados por la alarma. «Tal y como lo hicieron, parece una escena de película», indica Carmen, una de las dueñas. Una vez en esa estancia, se llevaron un sobre con dinero y perfumes.
La peluquería Rou's Estilistas, frente al asador, fue el último objetivo de los activos ladrones. El pasado sábado por la tarde, los encapuchados forzaron la puerta trasera del local y entraron. «Fueron directos al mostrador, donde está la caja registradora, y se llevaron las ganancias de esa jornada, un móvil y un iPad. Tuvo que ser entre las 16 horas, cuando cerramos, y las 21 horas, que acudí a recoger ese dinero, aunque fue demasiado tarde», afirma resignado Javier, el encargado del establecimiento.
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